Garum 2.1

La comida está muy rica pero no es apto si vas con un bebé. Nosotros preguntamos y nos dejaron caer que no había sitios para carritos, ni sillitas.
Conseguimos una mesa en la terraza y tardaron muchísimo en servirnos y no nos dieron carta (tuve que ir a pedirla). La barra fue la única amable.
Gastronómicamente muy bien, el trato bastante decepcionante.

Todo aquel que quiera disfrutar de la cocina de fusión desde una base culinaria eminentemente cordobesa debe acudir a Garum 2.1. Este restaurante próximo al río ha sido galardonado con los premios a la mejor tapa en ediciones anteriores en esta ciudad, y la verdad es que trabajan para sorprender. La fusión de sabores y la originalidad de conceptos es muy peculiar y los resultados sorprendentes.
Para muestra un botón: acudimos unos amigos a comer hace unos días y pedimos mazamorra de pan negro y pistachos; pavías de bacalao; patatas al pelotón; salmón con base de arroz y crema de calabaza y canela; y pulpo al chimichurri. Todo ello delicioso y sabroso, quizás con lo que me quedaría más es con la mazamorra y el salmón, que sin duda repetiré para otra ocasión. La carta es variada, y es adecuado dejarse aconsejar por el personal. No es caro proporcionalmente como cabría esperar de un sitio así. Y además entre semana hay menú del día, que también merece mucho la pena degustar.

El Garum 2.1. me encantó por sus tapas y sobre todo porque tienen huerto propio (y además orgánico).
Cuando fuimos elegimos algunas de las tapas y postres que han sido galardonados. Aunque los platos más típicos para pedir en este restaurante son el salmorejo, la mazamorra, las ensaladas y el cochifrito.
Desde fuera no es un local por el que yo me hubiera interesado, así a primera vista pero animada por las buenas recomendaciones de amigos fuimos y lo probamos. Y quedamos muy contentos.
De entrada probamos las patatas TNT que se hacían con chiles de su huerta y nos aseguraron que eran muy, muy picantes. Estaban deliciosas. Venían con dos salsas que nos parecieron muy auténticas y nos recordaron a México. También probamos las berenjenas con miel. Para mi gusto tenían demasiada masa. A mí me gustan más las berenjenas fritas con muy poquita harina pero la miel estaba muy buena.
Después trajeron el cochifrito, que son como torreznos de textura crujiente pero a la vez suave por su lenta cocción antes de ser frito. Esta tapa la tomó principalmente mi marido. Yo me tomé la tapa de ensalada de pollo escabechado con fruta en almíbar y queso de cabra y la verdad es que me volvió loca. Se podía apreciar la frescura absoluta de la lechuga de su huerto propio, el dulzor de la fruta. Presentación sencilla pero cuidada. Como a mí me gusta. Además el pollo estaba jugoso y sabroso. Una ensalada, sin duda, para repetir.
Otro plato de los que gusta a todos (sobre todo si vas con niños) fue el secreto ibérico porque viene con huevos rotos, jamón y patatas fritas. Estaba rico y jugoso y era un buen corte de cerdo aunque me pareció que había poquita carne.
Finalmente probamos una de las tapas galardonadas, el churro con chocolate. Era un rollito crujiente hecho con pasta filo y relleno de deliciosa carne de rabo de toro. El sabor de la carne era intenso y exquisito. Y al mojarlo en el chocolate el sabor toma un matiz exótico que también me recordó a México (al mole).
De los dos postres que probamos el que más nos gustó fue el cremoso de queso de cabra en salsa de tocino de cielo.
Pasamos un rato estupendo en este céntrico y moderno restaurante y el precio final no llegó a 60 € (incluyendo una botella de vino y una botella grande de agua). No me pareció mal por la cantidad de cosas que probamos y la calidad del producto.

Hacia tiempo que no estaba en un sitio que me sorprendiera de esta forma, a veces parece que todo está descubierto… Pero no… De lo cual me alegro, comer aquí es toda una experiencia, para recrearse sin prisas, cocina excepcional entre lo tradicional y lo mas innovador, elaborado con buen producto y buen hacer. El plato más sencillo puede ser una verdadera explosión de sabores, como la mazamorra, imperdonable irte de aquí sin probarla. La presentación tampoco te dejará indiferente, con la ensalada de ibérico quedamos alucinados.
Servicio impecable y el local acogedor, de esos pocos que quedan que ofrecen la posibilidad un poco de intimidad respetando espacio entre mesas.
Tienen una carta amplia, eso sí, se hace complicado elegir…
En cuanto a precios no puedo decir mucho porque fuimos invitados, aunque la carta no me pareció excesivo, y más después de probarlo todo.

Excepcional sitio, la única pega es que el precio es un pelín elevado, de ahí que no se lleve el «¡Lo más! Sensacional». Suelo ir a Córdoba varias veces al año y tenía a este local en el punto de mira. Además tiene varios premios por sus tapas, otro motivo para ir.
Este verano finalmente lo probé y no me decepcionó en absoluto. El local tiene restos arqueológicos integrados. Se divide en tres zonas, una pequeña barra donde se puede tapear, un salón con varias mesas y otro idéntico en la planta superior.
En cuanto a la comida, la elección fue la que sigue:
— Comenzamos con un salmorejo amontillado. Simplemente espectacular, con razón es una tapa premiada, tenéis que probarlo. El fino de Montilla está en formato gelatina, la combinación es maravillosa.
— También tomamos de primero unas croquetas de choco. Muy ricas, pero fue lo que menos me impactó, de hecho, no me impactaron.
— Seguimos con pulpo con oreja, sublime, simplemente sublime. La suma de ambas texturas y sabores todavía resuenan en mis papilas gustativas. Fue lo que más me gustó y además, con mucha diferencia.
— Por último, tachán, otra tapa premiada. En concreto churro de cola de toro con cacao amargo, puede parecer una mezcla extraña, pero os aseguro que maridan perfectamente. Sorprendente, realmente sorprendente y sabroso.
El servicio es muy profesional y atento. La calidad del producto y la maestría de su elaboración inmejorables. Eso sí, el precio está algo por encima a la cantidad servida. Aunque hay que admitir que la calidad y la experiencia compensa la minuta.
Buon Appetito.

Since I was alone and feeling fancy, I ended up at Garum 2.1, a well-​known bistro tapas bar with award-​winning food items (or so they said).
All the Spaniards told me that I had to try two items in Cordoba: salmojero (basically a creamy gazpacho) and rabo del toro (oxtail). The waiter recommended I try the salmojero that had won some gastronomic award, so I ordered a bowl of that and of the rabo. Both dishes were, in my humble opinion, mind-​blowingly amazing. The salmojero was creamy and well-​seasoned, and the rabo was perfectly tender and fell right off the bone. Easily one of the best meals I’ve had in Spain.
Service was excellent, prices weren’t too bad (a little higher than average), and food was amazing. Very chic and modern — I would definitely come back!

I was not really a fan of this place despite having sought it out for the fantastic reviews it received. We ordered the special menú del día which was the pricier of the two set lunch menus and consisted of 6 dishes. Half of them were really bad to inedible. To start we had the mazamorra which tasted kind of like uncooked pancake batter. Then we had ortiguillas (fried sea anemone) which were fried and battered nicely but just wasn’t my thing. We also had a squid ink croquette which was excellent and it was the highlight of our lunch. The other three dishes I honestly can’t even remember what they were nor did I really understand what they were anyway, but they were no better than the croquettes and pretty bad all around. Pricey for not really good food, but it is possible that we just didn’t order correctly. On the flip side, I got a glass of their Garum wine and it was pretty good.

We landed in Córdoba with intrepid tour and went here for lunch, it did not disappoint .the double crispy fried pork is to die for.
So we went again for dinner
Amazing place

Garum 2.1 es un restaurante muy próximo al centro histórico de Córdoba, donde podrás tomar tapas tradicionales pero con mucha elaboración y creatividad.
En varias ocasiones han sido premiados por sus platos y postres tan deliciosos, así que con cualquier tapa que te aventures a probar acabarás sorprendido.
El precio de las tapas es un poco alto, porque no son muy abundantes y tendrás que pedir varias, pero están deliciosas y son elaboradas con mucho arte. El precio es igual a la alta calidad que ofrecen. El trato es muy cercano, amable y cordial.
Además, y lo mejor de todo es que una de sus paredes es la antigua muralla de la ciudad, que junto a la decoración tan moderna del restaurante hacen de Garum 2.1 un lugar lleno de encanto, único e inolvidable.

Great high-​end tapas bar. Modern design, chic interior. Very popular with locals. (No english menu.) Recommended.