Se encuentra en uno de los lugares más emblemáticos de Crevillente, la plaza de la iglesia. Lo más interesante es la terraza en la que puedes sentarte a tomar un café en la plaza, en la que nunca deja de pasar gente. Me atrevería a decir que la terraza es incluso más grande que el interior del local, el cual suele estar vacío porque todos están fuera ya que en los días de frío/viento/lluvia en el pueblo(que suelen ser pocos) está totalmente cerrada. Lo que les permite mantenerla todo el año. Un sitio muy transitado e ideal tanto para el almuerzo, el aperitivo de mediodía, el café de la tarde, tapear y cervecear por la noche e incluso tomar una copa un poco más tarde. Un lugar muy acogedor e incluso bonito. Un trato bastante rápido y amable . Suelen tener ofertas que van variando y que están anunciadas en la pared para que las puedas encontrar fácilmente . Si me permitís una recomendación gastronómica acompañar la cerveza con su ensaladilla es un verdadero placer.