El Candil

5 estrellas merecidísimas para este lugar. Situado a la entrada de Montequinto, vinimos a cenar por recomendación de un amigo que se merece un monumento)
El Candil es de estos restaurantes tradicionales en los que se cuida hasta el último detalle y, sobretodo, la atención.
No hubo ningún fallo, ningún pero, ningún ná.
Aunque disponen de terraza, esta vez nos tocó cenar dentro por la lluvia. El interior era muy muy agradable: música con el volumen perfecto, ambiente tranquilo, mesas situadas cómodamente, buena temperatura,…y, cómo no, buena compañía.
En cuanto llegamos anotaron las bebidas y nos trajeron cubiertos y una tapa de papitas aliñás (+10 000). Los camareros muy atentos, nos fueron haciendo recomendaciones. Tomamos pulpo con patatas y salsa de queso, tournedo (riquisisisiimo), hojaldre de solomillo, queso, jamón y setas, san jacobo, tabla de lomo con foie (inmejorable) y tabla de presa con alioli rojo. De postre, por recomendación, leche frita (Con anís y una presentación estupenda) y tarta de queso muuuuuy buena también. Lo acompañamos con unos chupitos, detalle de la casa y muy acertado.
Todo perfecto. Mi enhorabuena a cada una de las personas que hacen de este lugar una maravilla.
Volveré.