Cal Tet i Ca l’Arana

En 2004 se inauguró esta nueva zona, incluída dentro de los 5 espacios visitables de los «Espais Naturals del Delta del Llobregat». Se trata de una «compensación ecológica» por la desviación de la desembocadura del río para la ampliación de grandes infrastructuras (puerto y aeropuerto). La enésima destrucción de áreas de elevado interés natural en pos del «progreso» motivó la rebelión de los arraigados movimientos ecologistas de la zona. Pese a la presión popular, tan solo se consiguieron preservar parte de los ya maltratadísimos y fragmentados sectores de alto valor ecológico.
Actualmente, gracias a la gestión de organismos a todos los niveles (ayuntamientos, consorcios, asociaciones, voluntarios…) se ha conseguido construir una interesante red de itinerarios que comprenden una elevada diversidad de ecosistemas. En unas 145 ha, se pueden encontrar prados húmedos, lagunas litorales, junqueras, pinedas… Es como un delta en miniatura. Todos estos ingredientes lo convierten en un importante refugio de especies (especialmente avifauna), pero también en un privilegiado espacio pedagógico. Hay un punto de información en la entrada, pero existen también multitud de observatorios, torres, «hides», paneles informativos… Es ideal para introducirse en el apasionante mundo de la observación de aves (birdwatching) y empezar a familiarizar a los niños con los hábitats litorales a tan sólo 15 minutos del centro de Barcelona.
Os recomiendo llevar prismáticos y acercaros al amanecer y/​o al anochecer, que es cuando mayor actividad observaréis.
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