Se trata de una antigua casona del S. XIX y recientemente rehabilitada. A orillas del río Baztan, el hostal está ubicado en pleno casco antiguo de Elizondo, en uno de los rincones más emblemáticos de la localidad: el barrio de Txokoto. Las habitaciones son muy amplias y acogedoras y están distribuidas en 3 plantas. La ventaja de estar en la primera y segunda es que puedes disponer de wifi. En la tercera planta no funciona, que fue mi caso, pero la verdad es que lo compensó la habitación buhardillada, la comodidad de la cama y el amplio baño. Otro detalle a tener en cuenta es que no están muy insonorizadas las habitaciones. El personal es muy atento y servicial. Si quieres desayunar en el restaurate, debes reservarlo un día antes. Cuesta 4 euros y consta de cruasán, tostadas, fruta, café o yogurt casero y zumo. Es de lo más barato y parecido a un desayuno que encontrarás por la zona. Como curiosidad, adosado al hotel, hay un trinquete(una pista de frontón) para practicar el juego de la pelota. Varias veces fuimos a ver partidos de la pelota vasca. Es fascinante la fuerza que ejercen los jugadores cuando lanzan la pelota, que es una bola dura recubierta de plástico. Para los friquis de la trilogía del Baztán, os informo que el Hostal Antxitonea es el lugar donde se hospeda la escritora Dolores Redondo cuando visita Elizondo. No quiero presumir pero tengo entendido que casualmente me alojé en su habitación ;-) En conclusión, si volviera a Elizondo no dudaría en volverme a quedar aquí por su ubicación, comodidad y servicios.