Restaurante de diseño vanguardiasta ubicado en el corazón de Granollers. Está en una plaza muy céntrica y eso hace difícil aparcar, además toda la zona alrededor es zona azul de pago. Está situado en un primer piso, se hace extraño, al entrar ves en el recibidor que hay que subir unas escaleras para llegar a las mesas. La comida es de una excelente calidad y la presentación sobresaliente. El servicio es bueno y de precio aunque un poco elevado, no se pasan. A modo comparativo creo que puede equipararse a la Fonda Europa pero con mejor calidad-precio. A mí personalmente me apasiona la ensalada tibia de rape y el bacalao a la musselina de all. El pulpo riquisimo y en buena cantidad y los postres son la perdición de mi mujer. A la hora del menú del mediodía el precio no se dispara. La oferta no es muy extensa pero sale por unos 12 € con café. Beto