Rockadelic, sí, ese sitio que siempre está vacío al lado de Varadero, que sí hombre, que lo conoces, has pasado por la puerta mil veces. Tiene una buena pinta y pasas por la puerta y te preguntas porqué un bar tiene tan poca gente y el otro siempre está a tope y cuando pasas un rato allí te das cuenta de todo. Tiene una estética cuidada, la música es agradable y promete, hay servicio de camareros, fuera y dentro del local. Hacen mojitos, de todos los sabores, tiene un escenario y una terraza amplia, está bien de precio. Peeeero, cuando entras te da un tufillo extraño, dicen que es al limpiador de los suelos, pero para mi es un olor a desagüe que tira para atrás. El escenario no se usa, al menos yo he pasado dos veces y no se ha usado y los camareros precisamente simpáticos no nacieron. No podían cambiar la música, aunque éramos los únicos que estábamos en el bar. Les molestábamos en la barra y no querían que nadie tocara el escenario. La terraza tampoco invita a sentarse, está ubicada en el lateral de local y es muy estrechita, así que para que parezca que está lleno deberían estar todas las mesas ocupadas, al contrario que pasa en los de al lado, que tiene la terraza justo en la puerta de la calle y favorece las relaciones sociales y el cotilleo.
Manolo L.
Rating des Ortes: 3 Valencia
Junto a Varadero, pasas por un local con una terracita pequeña. Te paras en la puerta. Miras al cartel. «Rockadelic» y en tu cabeza suena«Smoke on the water» de los Purple… ¡Qué bien! Te fijas un poco más. Luces a media asta, una barra larga con cervezas de muchos tipos. Música setentera entra por tus oídos… te sientes hasta un poco gafapastilla y todo, hasta más cultureta. Te empieza a gustar, pero te das cuenta de que estás solo en el local. Algo extraño. Al fondo ves un escenario y unas escaleras que llevan a una planta superior. Este local lo tiene todo para triunfar… pero sigues solo dentro del local. Siempre solo. Durante años y más años este sitio no tiene gente, nunca… y no es explicable… o sí. Tras media hora de estar en el interior, la música setentera empieza a enmustiarte, porque no conoces ni una de las canciones y todas suenan a lo mismo al final. Te diriges al camarero y amablemente le pides«Stuck in the middle with you» para hacer el famoso bailecito de «Reservoir Dogs» y animar un poco el ambiente… pero con la cara del que lleva 5 años trabajando en un sitio sin gente, el camarero te responde amablemente: «Es que no podemos cambiar la lista de reproducción». Miras a tu alrededor y te cercioras de que sigues solo en el local. ¿En serio no puedes poner una canción algo más movidita? Estamos solos en el local… pero vuelven a responderte: «no podemos cambiar la lista de reproduccion». Agachas la mirada. Te bebes tu mojito(está bueno), sales a la calle, tomas aire, miras atrás y entiendes por qué no hay nadie. Durante años he ido al Rockadelic dándole una y otra oportunidad, pero después de la última noche, me he dado cuenta de que Rockadelic es ese amigo depresivo que no quiere cambiar y cada vez que quedas a tomar algo con él, te cuenta sus problemas. Lo cierto es que las bebidas son buenas, hacen todo tipo de cócteles y tienen muchas marcas de cervezas, el local es bonito y la música no está mal… pero para un ratito.