Estábamos de paseo con unas cervezas en terraza en mente y al ir a la torre, la de Guadarrama, pasamos por delante de este mesón el cual tenía una terraza vacía esperándonos, fuimos a la torre y a la vuelta nos sentamos en una de las dos mesas que había. Rápidamente vino el camarero el cual nos indicó que el grifo era de Estrella de Galicia, me vale, y pedimos dos dobles. Cuando nos los trajo nos preguntó si nos gustaban los torreznos ¡claro! y nos trajo una tapita. En la segunda ronda aparecieron unas patatas fritas, caseras, con salsa barbacoa. El trato fue excelente tanto fuera como dentro a la hora de pagar(2 € el doble). En la pared tenían una pizarra con sugerencias con buenísima pinta y como muy modernas y sofisticadas para lo que parecía el sitio(tartar, tataki, leóncomegamba…). Tranquilo, terracita un poco inventada pero agradable y caña con tapita. Win.