Piccola Cucina Italiana

Una experiencia gastronómica completa. No se si sabré describir en una crítica lo mucho que me ha gustado este lugar perdido entre Barcelona y St. Cugat…
Tan importante ha sido la calidad de la propuesta gastronómica de Vittorio, su carismático dueño, como el encanto del lugar.
El restaurante es un garaje reconvertido a restaurante. Caben unas 8 mesas y ni una más. El lugar es realmente pequeño. En otras circustancias, podría decir que es incluso cutre, y no dudo que a muchos les parecerá cutre, pero en mi opinión cuando el servicio es tan encantador y sincero, ofreciendo una comida tan casera y de tanta calidad, lo cutre se convierte en acogedor. Lo interesante de una experiencia gastronómica es que son muchos los factores que entran en juego: comida, servicio, compañía, ambientación, autenticidad, originalidad… En este caso, la combinación de calidad, autenticidad y amabilidad combinan perfectamente para sentir que comes en la cocina de tu primo italiano lejano al que estás visitando en algún lugar perdido de Italia…
La cocina es realmente espectacular. Muy centrada en el respeto por la tradición de las recetas italianas clásicas y, sin lugar a dudas, a partir de un producto de primera calidad con una elaboración perfecta. Agradecimiento es lo que sentí al presenciar como iban desfilando platos italianos típicos pero no tópicos. Judias con tomate, berenjenas escalibadas con almendras… Creo que podría decir que es tratar a tus clientes con respeto si además de pastas y burratas (espectaculares) incluyes otros platos que nunca hubiera reconocido como italianos. Y encima de una calidad excelente. No os preocupéis los amantes de la pasta porque probaréis 3 propuestas suculentas de pasta casera.
Un 10. Si encima le añades que sus 8 platos del menú degustación los ofrece a un precio de 22 euros, que tiene una carta de vinos italianos bastante decentes y que, insisto, Vittorio te trata como si fueras su sobrino, se convierte en un lugar irresistible para sorprender a cualquiera demasiado acostumbrado a restaurantes que ni fu ni fa… Una joya.
Ah¡ No olvidéis los postres. No podía ser de otra manera, hay postres varios. Mi recomendación es que no vayáis a por el tiramisú. Dejaros sorprender por otros que no conozcáis…

Este restaurante tiene todos los elementos de un restaurante 10 (o en este caso, 5)! Sorprende el local, sorprende la comida y sorprende el precio.
Para ir al Piccola Cucina es necesario, primero de todo, reservar ya que hay muy pocas mesas y por otro lado, lo más probable es que se necesite vehículo para acceder a él. Y es que está ubicado en el corazón de La Floresta, justo detrás de la ciudad de Barcelona.
Una vez entramos en el local os sorprenderá encontrar un local de penas 20 – 30 metros cuadrados con 6 – 7 mesas muy juntitas y Vittorio, su carismático dueño napolitano.
A la hora de elegir qué comer lo tendréis muy fácil ya que sólo hay 2 tipos de menús: uno de 2 platos más el postre o el de 8 platos sin postre.
Decidimos elegir el de 8 platos para poder probar un poco de todo y no nos equivocamos porque fueron 8 más que sorprendentes platos: burrata, queso fresco, tomates traídos de Italia, ensaladas de legumbres y 3 platos de pasta. Mis favoritos fueron los quesos, que tenían un sabor a leche muy intenso y los condimentamos con sal de trufa blanca que le daba un toque sofisticado, y los tagliatelle con boloñesa blanca, hecha con carne, mantequilla y salvia. Lamentablemente (o afortunadamente) no puedo deciros que pidáis estos platos porque Vittorio va cambiando la carta según los ingredientes que encuentra en cada temporada. Pero seguro que cuando vayáis descubrís nuevos platos tan o más buenos que los que nosotros comimos.
Algo que me gustó mucho del Piccola Cucina es que, este menú, me ha permitido conocer nuevos platos de la cocina italiana que probablemente no lo hubiera elegido yo si hubiera elegido de una carta. Las legumbres, por ejemplo, estuvieron a la altura de las pastas, de las cuales yo tenía altas expectativas.
De postres, le pedimos a Vittorio que eligiera los que él quisiera (bueno, el tiramisú lo queríamos probar sí o sí) y nos trajo una tarta llamada «pastiera napoletana», una tarta exquisita y muy diferente a lo que estamos acostumbrados elaborada con ricotta y flor de naranjo.
Ya para finalizar, vino la cuenta y nuestra sorpresa final fue que pagamos 25 € por persona por todo este festín que nos brindamos (bebida de vino y agua incluídas).
Por más puedo deciros, que cojáis el coche, os acerquéis a La Floresta y os entreguéis a los placeres de este pequeño pero enorme restaurante.

Como experiencia ha sido genial! Nos lo propusieron unos amigos y no dudamos en ir.
Es un sitio pequeño en La Floresta. Si esperas un lugar con mucho glamour no lo vas a encontrar. Lo que tiene es personalidad propia, un restaurant de 5 mesas con pocas pretenciones pero con una comida casera de lo más buena.
Solamente llegar y Vittorio, el dueño del lugar, nos recibe con bromas y risas, vamos, como si nos conociéramos de siempre.
Pedimos el menú degustación, el cual consistía en 8 platos. Gracias al ingenio de Vittorio, uno de los menús lo pedimos en versión vegetariana y sin duda no le pedía nada a la versión normal.
La ventaja del menú degustación es que probamos platosque si los hubiéramos escogido nosotros no lo habríamos hecho, así que fueron grandes sopresas, como los entrantes.
De entrantes, queso fresco con una textura espectacular, una burrata de muerte acompañada con unos tomates traídos de Sicilia que eran increíblemente sabrosos, judías, berenjenas con almendras.
La pasta… dios! La pasta estaba buenísima. Una era con doble mantequilla y salvia que dentro de esa sencillez estaba todo el sabor, otra tenía un toque picante.
Como panarra que soy, tengo que decir que el pan estaba estupendo!
Los postres, buenos pero para mi gusto no estaban a la altura de los demás platos.
El trato, como dije al principio, un trato cercano, relajado, cordial.
El precio, excelente! 25 euros por persona, incluyendo postre, vino y agua. Normalmente no enfatizo el precio, pero me ha soprendido porque se encuentran pocos lugares con estos precios y esta calidad tan alta.
Sin duda, es un lugar para repetir, un sitio para llevar a gente que quieras sorprender con una buena comida.

OMG, I L-​O-​V-​E this restaurant. The owner is super friendly and the food… magnificent! My sweetheart and I were tourists and we didn’t think to bring cash to the establishment. They don’t take credit card because they are a small restaurant (but still very busy). The owner said we could bring the cash by later, no problem. I have a feeling he thought as we were leaving the restaurant, promising fervently that we’d be back to pay him, «Oh, there they go… never to be seen again.» But we came back to pay him a couple days later when we got access to an ATM, and he had a very surprised look on his face. He was so grateful that we came back to pay him that he gave us a whole bottle of fizzy red wine, which honestly, is the best red wine I have ever had! And I’m not a big fan of red wine! Anyway, I just have to say his food & SERVICE is AMAZING! Thanks so much for making our experience is La Floresta a meaningful one.

Picolissimo restaurante en la Floresta, está literalmente en un garaje!, y caben justo 20 personas, aunque en la «terraza» de 1 mesa caben 4 más. La extrema pequeñez y sencillez es parte de su encanto, otra parte es Vittorio, el encantador dueño, y la otra la estupenda comida casera.
Los dias de fiesta a mediodia tienen menú, de dos platos a 18e y degustación a 20e, con 6 antipasti diferentes (con burrata fresquisima y riquísima) y tres segundos de pasta. Y todo está buenísimo de la muerte.
Y encima no queda lejos de la estación! Y es superfácil de encontrar desde la autovía. A qué estás esperando para hacer una excursión a La Floresta?
Gracias Vittorio, por tu cannolo de regalo y por tu sonrisa.

Pedimos el menú de degustación y estuvo excelente! Ñoquis, tagliatelle, quesos, etc… De postre el tiramisu y el cake de chocolate! Muy recomendable para un fin de semana que te de ganas de salir de Barcelona!