Desde qué cambiaron de propietarios, éste lugar ha ganado todo lo que tenía perdido. Una chica estupenda y simpatiquísima lo lleva ahora y es una gozada estar ahí! Le han dado vida a un local que tenía los días –y los clientes– contados. Ofrecen un trato muy cercano y familiar, con lo que te hacen sentir muy bien y parte de ellos. Disponen de una terraza muy agradable donde poder tomar algo y probar sus tapas, todas ellas caseras y muy buenas! Además de hacer promociones muy interesantes, como cubos de cinco quintos+tapa gratis por cinco euros, también realizan noches animadas, flamencas, de rumba, karaōke e incluso de los años 80! Donde la alegría y el buen rollo reinan por encima de todo, haciendo que los clientes pasen un buen rato entre risas y ambiente familiar, siempre a precios asequibles con buenas promociones en menús especiales para la ocasión. Otro punto a su favor, además de la simpatía y el buen trato que ofrece la chica y la familia, es que siempre acompaña las consumiciones con alguna cortesía de la casa, e incluso –ya que nos volvimos asiduos-, algún que otro día nos dió a probar las nuevas tapas que tenía. Así, sí da gusto estar ahí y disfrutar de las tardes de verano en buena compañía y mejor atención! Olé por ellos!