Escondido en la montaña de L’Orxa, a unos kilómetros de Muro de Alcoy se encuentra este albergue. Lleva abierto relativamente poco tiempo, pero ha sido este año, cuando ha cogido la gerencia Quino de la mano de Tururac cuando ha dado un giro de 180 grados. Es un albergue bastante nuevo, con instalaciones reformadas y con personal requeteamable. Ya me habían recomendado comer ahí, porque además de buena calidad, el precio era muy pero que muy bueno y la verdad es que no se equivocaban. Yo sólo tengo palabras de elogio, porque incluso antes de llegar ya nos estaban«regalando» cosas. íbamos a ir un grupo de 7 personas a pasar la noche del viernes y a aprovechar para hacer actividades el sábado. Volveríamos a casa el sábado sobre las siete u ocho de la tarde. Como el albergue estaba vacío ese finde, nos dejaron quedarnos una noche más sin coste. ¡Un punto positivo por majetes! Llegamos viernes, cenamos por todo lo alto la comida que prepara Juan y estuvimos fenomenalmente atendidos por Quino. El sábado desayuno especial con mermeladas caseras y de productos de la zona. Alquilamos bicis, que tampoco nos cobraron completas porque íbamos a estar un ratito con ellas. Disponen de varios tipos de bicis y cascos para que los puedas alquilar allí, precio del día 15 euros con casco y agua incluídos. Nos prepararon unos bocatas para almorzar y nos fuimos de ruta. Lo que hay en los alrededores del albergue, bien merece la visita; el río Serpis, la vía verde que une Gandía y Alcoy, el barranco de la encantada… Después de cuatro horitas de paseo en bici y un dolor de trasero bastante considerable(ruta que nos recomendó Quino indicando los lugares donde debíamos parar) y un baño en una charca congelada muy cerca del albergue, volvimos a comer: UNAPEDAZODEPAELLADEARROZCONPELOTASDECOCIDO Y GUISANTESQUENOSEPUEDEAGUANTAR. Aunque así no parezca muy atractivo, el sabor era espectacular. Ensaldas, hummus, guacamole, croquetas de setas… delicias para mi paladar y todo riquísimo. De postre brownie con helado y una buena siesta. Desde el minuto uno la atención ha sido inmejorable, lo que hace que le plante cinco estrellas y que quiera volver a seguir descubriendo nuevas rutas por la zona. El albergue, pequeñito pero acogedor, súper limpio, con taquillas con llave(no hace falta candado), literas con mantas y sábanas, tendedero, juegos, televisión, libros, etc. La zona es espectacular, las vistas chulísimas, el entorno para visitar casi cada fin de semana y la comida que hemos probado y la atención que hemos recibido hacen que le plante cinco estrellas como cinco soles. Si tengo que poner una pega, pero por poner algo negativo, es que las camas hacen mucho ruido y si alguien duerme encima en la litera escuchas cada pequeño movimiento que hace y si tienes el sueño ligero, molesta. Pero lo pongo por poner, porque la verdad es que me ha encantado. Mucho. Mucho.