Un restaurante normal, con comida decente y no muy caro. Tienen menú, pero decidimos pedir de la carta. Para 4 personas pedimos para compartir: un pastel de cabracho, una sartén de gulas y langostinos y 2 cahopos. El pastel de cabracho estaba bueno y venía muchísima cantidad, dio de sobra para los 4. Muy recomendable. La sartén de gulas, psssssss me esperaba algo bastante mejor, y más estando al lado del mar. Era casi todo patatas y de las congeladas, además se hace muy seco al comerla(si las patatas hubieran sido caseras habría mejorado mucho). Mejor otra cosa. El cachopo, ¡esto sí!, era enorme, se salía del plato por todas partes. Menos mal que sólo pedimos 2 para los cuatro. Si llegamos a pedir uno cada uno ¡hubiéramos explotado! además estaba muy bueno. La cuenta, pues como cabe esperar, unos 14 € por persona. En resumen, un sitio normal, sin nada especial que destacar.