Restaurante de cocina de mercado, con un buen producto. La carta es amplia, varias opciones de entrantes, pescados con muy buena pinta y carnes. De los entrantes las berenjenas a la andaluza con jamón ibérico son una gran opción. Si ese día disponen de buenas almejas, pedidlas, enormes y sabrosas. Las croquetas tampoco están mal. En cuanto a los segundos hay varias opciones de pescado, tales como lomos de atún, lubina a la sal, pero el carpaccio de atún rojo es sublime. En cuanto a las carnes hay steak tartar y el villagodio de buey, presentado a la piedra, está muy bueno. Hubo algún detalle que no me gustó, como el hecho de que no dieran a probar el vino al abrirlo, sino que lo sirvieran directamente. En un local con este precio y servicio eso es algo que se debería cuidar. Los postres no estaban mal, pero creo que no llegaban a la altura del resto de la comida. En cuanto al precio, pues no es un restaurante barato, así que recomendaría mirar si hay disponibilidad con La sala es grande y está dividido en dos zonas, una para fumadores. En verano disponen de una pequeña terraza
Avelino C.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Los dueños de Al Paseo, uno de mis restaurantes preferidos de Madrid, pusieron hace poco una sucursal en la Avenida de Machu Pichu al lado del Palacio del Hielo, llamado ALPUNTO. Teníamos ganas de ir desde que nos enteramos que abrían y hoy por fin ha caído. Como su hermano mayor, se trata de un restaurante con una carta de cocina de mercado de lo más apetecible, con propuestas sin demasiada complicación, pues trabajan un producto de primera que no necesita demasiada elaboración: mariscos, pescados a la sal, carnes a la brasa, arroces, tartares, algún guiso, etc. El sitio tiene una decoración sencilla pero elegante, en tonos oscuros, cañizo y velas. Nos recibe una terraza alargada de teka, a través de la cual se accede a un amplio comedor acristalado de lo más acogedor. Tres adultos y una peque. Nada más sentarnos nos ponen un aperitivo de la casa consistente en unos bastoncitos de zanahoria cruda con queso batido y unas variantes de muy buena calidad. Por recomendación del maître, de entrada pedimos unas navajas al ajillo para compartir. Un acierto, muy buen tamaño, fresquísimas y perfectas de punto. De segundo, fuera de carta, yo pedí una paletilla de cabrito asada, sabrosa y tierna, extraordinaria. También se pidió un cochinillo confitado con el exterior bien crujiente y una carne que se deshacía, una hamburguesa de wagyu para la peque, y un tartar de atún que se dio a catar hasta conseguir el punto deseado, de los mejores que hemos probado. De postre, también a compartir, una milhojas con nata y chocolate caliente que remató estupendamente el ágape. Carta de vinos extensa presentada en un Ipad, nosotros pedimos un albariño Terras Gaudas, que siempre es una garantía. Para acabar unos cafés y chupitos, tejas y bombones invitación de la casa. Ambiente de familias bien del barrio. Servicio de buena escuela, la comida servida a su debido tiempo, muy amables, pero no pesados. Cristalería, manteles y vajilla de nivel. Mesas amplias y con buena separación. La cuanta ascendió a 130 euros, treinta y pocos euros por barba. Muy buena relación calidad-precio. En definitiva, un restaurante redondo en el que todo acompaña. Nos fuimos comentando que a ver si empezaba a hacer calor de verdad para probar por la noche esa terracita.