Ares

Acostumbramos (mi chica y yo) a ir a esta cafetería en una situación muy concreta: cuando nos vamos de acampada o de ruta de senderismo. El tema es que un amiguete que nos suele acompañar vive al lado, y siempre quedamos en esa esquina, aparcamos y desayunamos allí. A la vuelta, como le dejamos en su casa, pues aparcamos otra vez y nos tomamos allí «las cañas de después» (el senderismo, la acampada y en general las actividades al aire libre no serían lo mismo sin «las cañas de después», como todos sabéis…).
Y la verdad es que es un sitio ideal para este tipo de planes. El local es amplio, los desayunos están ricos y no son caros, las cervezas están bien tiradas… Y el ambiente es tranquilo, ideal para rememorar los momentos interesantes, divertidos e incluso ridículos de la excursión, con unas cañas delante. Lo que viene siendo «la moviola», vaya…
A esto tenemos que sumar un descubrimiento que interesará a los paladares golosos: sus tortitas con nata y distintos siropes. Están claramente anunciadas en el local, pero hace poco descubrimos que las sirven durante todo el día. Desde entonces, nada más llegar del campo, mi novia y un servidor nos metemos un buen «chute» de azúcar en forma de tortitas, que nos sienta de vicio después de estar todo el día subiendo y bajando montes por ahí.