Normalmente me resisto a comentar los sitios que no me molan, porque pueden haber tenido un mal día, siempre hay perjudicados, gente que vive de ello, etc. lo que no aguanto es que me tomen el pelo, os cuento. Sabado tarde, nos sentamos en la terraza 5 personas a tomar algo. Pedimos 1 refresco, 3 cervezas(copas de Estrella de 33cl.) y un vino blanco. El vino blanco viene ya servido en la copa y caliente(mal rollo), sin embargo las cervezas fresquitas y bien tiradas. No sé vosotros, pero yo no me puedo meter entre pecho y espalda casi medio litro de cerveza sin acompañarlo con algo sólido, si me ponen un buen aperitivo mejor, pero me conformo con unas patatas chips o unas aceitunas. Al ver que pasaban 10 minutos y no ponían nada, se lo digo al camarero y me contesta que sólo ponen aperitivo si lo piden los clientes, pero que no me preocupe que ya me pone algo para pasar la cerveza. Pasan otros 10 minutos y nada… 20 minutos y nada… upss, si ya me he terminado la cerveza. — «Camarero por favor me trae la cuenta»(13 euracos), — «Y por cierto… muy rico el aperitivo». Y va y me dice el tío que no le había dado tiempo a ponerlo. Pero que se piensa, que soy tonto, si han pasado 40 minutos y tiene cinco mesas en la terraza, venga ya hombre! Mira chaval, hubieras quedado mejor diciendo que no se pone nada de aperitivo y punto. A mi no me vuelven a ver el pelo por este bar que para mí pasa a llamarse«el lumpen»(sin lo de aristócratas). Conclusión: N.p.i. de hostelería, la gente que sabe de esto trata al cliente de otra manera. Si nos hubieran puesto algo de condumio para acompañar la bebida seguro que nos hubiéramos tomado otra ronda, y mira así han perdido de golpe 1, 2, 3, 4… 5 clientes.
Lolo R.
Rating des Ortes: 4 Madrid
La verdad es que la calle del Ave María es demasiado empinada para mi gusto, pero el otro día, al olor de Tapapiés y ya que íbamos desde arriba, era el momento ideal para visitar este bar — restaurante que tiene bastante enjundia. Porque si bien su montadito mediterráneo no era ni de lejos lo mejor que te podías encontrar en la acción, sería injusto criticar el lugar tan solo por ese pequeño bocado que nos ofrecieron. Así que hay que tener en cuenta la amabilidad y la eficiencia detrás de la barra, pero también que la carta tiene bastante buena pinta… tanto como para que me pase un día a comer o a cenar seguro. Aunque lo mejor es reconocer que yo no tenía ni idea de lo que era el lumpen, y ahora estoy enganchado a la palabra. Mis agradecimientos a la Unilocaler que me sacó de mi error, que ahora soy capaz de encontrar la gracia que reside en el nombre de este singular local.