Artesanía de Madagascar

Una de mis amigas vivó durante una añito en Isla Reunión (aladito mismo de Madagascar) y viajó hasta esta otra isla, como no.
Sí, ya lo sé, yo también lo pienso: la envidia me corroeeeee!
El caso es que cuando volvió nos trajo a mi novio ya mi un regalito de allí. Un precioso baoba hecho de rafia, un material autóctono de caraterísticas similares al mimbre, por expertas manos nativas de la isla. Realmente precioso, lleva ya más de tres años adornando mi salón y no pienso cambiarlo por nada.
Como comprendereis, el día que descubrí este lugar no podía creermelo! tienen todo tipo de artesanía típica de Madagascar. Entre ella, por supuesto, baobas, jirafas y elefantes de rafia! igualitos que el que me trajo mi amiga de allí! y ademas en diferentes colores y tamaños!
El mio es muy pequeñito (limites de equipaje en el avión, ya se sabe) pero aquí tienen unos enormes, casi tan altos como yo! y la verdad que están superbien de precio para ser verdaderamente originales de este maravilloso rincón perdido en el planeta. Ya te digo, el mas grande por algo menos de 100 euros, y los medianos (pero ya de un tamaño considerable) por 30 eurillos de nada. El día que pueda pagarme una casa más espaciosa que la de ahora iré a comprarme uno para decorar alguna esquina, sin duda!
La dueña del local es una mujer malgache (es el topónimo, lo he buscado, jeje) super agradable, simpática y atenta. Te explica de que están hechas las cosas y todo lo que quieras preguntarle con una sonrisa.
Tienen montones de figuritas hechas con cuerno de cebú y objetos utilitarios fabricados a partir de de fibras vegetales tales como la rafia, el junco, las palmeras o el cocotero.
También tienen gran cantidad de objetos decorativos en colomita, cuarzo rosa, labradonta y cristal de roca, como bolas, ceniceros y huevos pulidos. Los malgaches extraen los minerales del subsuelo de la isla de manera artesanal y transforman los bloques de piedra bruta en estas pequeñas maravillas.

Una pequeña tienda con cosa traídas de un sitio muy grande, ni más ni menos que la cuarta isla más grande del planeta: Madagascar. Esta es una de esas tiendas que se descubren por casualidad, en mi caso, en una de mis numerosas visitas al museo Reina Sofía. Está un poco escondida en una de las calles de entrada a la plaza, así que si te despistas… te la pierdes, y eso no puede ser. Si estáis buscando todo tipo de objetos exóticos a un precio bastante justo, es vuestro sitio. Tienen ropa, joyas, y todo tipo de objetos de decoración, tallas en madera (os las recomiendo), y cosas muy curiosas. Si buscáis algo un poco fuera de lo común para decorar vuestra casa o para regalar, pasaos, porque os puede sorprender gratamente. No dudéis en preguntar, la señora te explica todo lo que necesites saber.

Seguramente eclipsada por el Reina Sofía, esta tiendecita de regalos y artesanía de Madagascar pasa totalmente desapercibida. Y lo cierto es que no es muy llamativa, para qué engañarnos, pero una cosa está clara, y es que tiene regalos originales que se salen de lo habitual. Así que si tienes un amigo o amiga amante del mundo africano, aquí encontrarás algo seguro: desde fósiles hasta sombreros pasando por figuritas y bisutería. Los precios no son tan caros como uno podría esperar de una tienda de productos «exóticos».
Como el museo cierra los martes, la tienda también cierra, ya que seguramente mucha de su clientela sean turistas de la zona.

Había pasado millones de veces por esta tienda. Pero no entré hasta un día en el que estaba haciendo un trabajo sobre Madagascar.
Cuando entré, unos turistas estaban comprando unas piedras y la dependienta, una señora malgache (proveniente de Madagascar), estaba haciéndoles sus recomendaciones con una paciencia y un trato exquisito.
Por fin llegó mi turno. Le expliqué que estaba haciendo un trabajo sobre Madagascar y que quería llevar a clase objetos típicos sin gastarme demasiado.
Como yo ya había estado preparándome cosas de artesanía, pude comprobar que allí tenían de todo sobre lo que yo había leído: papel de Antaimoro, representaciones de baobas (árbol típico), esculturas y figuritas de lemures (el animal típico), cajas con labores de marquetería típica y ropa.
La tienda me encantó por su sencillez, no es de estas tiendas que parece que se te va a caer todo encima.
Y luego porque la dependienta me conquistó. Empezó a rebuscar en el almacén para darme artículos sobre Madagascar que habían salido en el periódico, ya que ella los recortaba todos.
Salí super contenta con mi bolsa de recuerdos y un paquete de barritas de vainilla, que por si no lo sabéis, Madagascar es el primer exportador de vainilla del mundo y de hecho uno de sus clientes es Coca-​cola.