Un lugar para escuchar blues en directo mientras te tomas unas cañas y tapeas. De jueves a domingo
Jesus O.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Pues, además ahora, los domingos con música(de la de verdad, al menos para mi gusto, blues, rithm&blues, rock) en directo.
Alfonso L.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Una taberna de estilo tradicional donde tomar un vino o una tosta de una forma tranquila y reposada. Atendida amablemente y lejos(en cuanto a estilo) de los bares más modernos y musicalmente ruidosos de la zona.
Óscar H.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Esta tasca es una de mis favoritas para acabar una mañana de domingo de rastro. Tostas de jamón, de gambas, de queso, con unas cañas bien echadas y bien frias. El problema de este local y de muchos otros es que se llena hasta la bandera el domingo al medio día y hay veces que se te hace eterna la espera. Me gusta especialmente por el ambiente alternativo que la frecuenta.
Alberto P.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Otra de las tascas de vino con encanto del entorno de la calle de Calatrava. Es un valor seguro. Todo con un buen vino sabe mejor, y aquí tienen buenos caldos. El ambiente es muy agradable, tranquilo, sin ruidos, nada que ver con los decibélicos bares de la latina pija. Comes, bebes mejor y no te clavan. Entre semana es perfecto, y los fines de semana no es agobiante. Hay varias mesas, así que es muy posible que puedas sentarte. Una vez sentadito pídete alguna de sus variadas tostas. Todas están muy ricas, por algo más de tres euros. Yo te recomiendo dos: La de queso de cabra con cebolla caramelizada y una clásica, la de jamón con tomate. No por clásica menos buena. También merece una mención el humus y la cecina. Es un lugar para echarla larga, seguro que si vais os caen más de tres rondas de vinos, cañas o lo que se tercie. El águila, qué gran turrón. Bueno, no hacen turrón, pero seguro que si lo hiciesen les saldría buenísimo.
Carlos M.
Rating des Ortes: 3 Madrid
Esta clásica bodega que lleva el nombre de la calle donde se ubica, ha sabido adaptarse a los tiempos para estar siempre a la última, por eso sigue estando tan a tope como siempre. Yo suelo visitarla los domingos a mediodía, que es cuando puedo y me gusta salir de cañas y tapas por el centro. Y la verdad es que este sitio es perfecto para hacer una parada en la ruta de este barrio, tan lleno de bares, tabernas y bodegas. El interior es acogedor y unas cortinas separan un poco los distintos espacios y ambientes, creando rincones que invitan a la intimidad. Así, te puedes sentar con amigos o con tu pareja y sentirte a gusto. Si digo esto es porque hace poco, un domingo nos sentamos un grupo de amigos para comer algo a mediodía y, en la mesa de al lado, había una pareja bastante acaramelada. Supongo que estaban de empalmada, porque no se cortaban un pelo y se comían mutuamente mientras nosotros comíamos tostas variadas. La verdad es que todo estaba rico, aunque hay que tener paciencia porque cuando la bodega se llena el servicio no da abasto. Mejor relajarse y disfrutar del buen ambiente que impera aquí, dejarse llevar por la música y la conversación sin agobios.