Vaya por delante que es una opinión personal, muy personal y que lo siento mucho pues nunca han sido netamente desagradables conmigo, pero no es lo mío, Burger King tiene un problema para mi y es que no tienen la calidad suficiente para ser una burger gourmet y sin embargo, se sigue empeñando en sacar hamburguesas grandes y caras, prácticamente tan caras como las de algunos locales de la zona noble del imperio hamburguesero, un verdadero drama. Después de una sesión de cine y por no pensar mucho nos decidimos a cenar aquí, donde dos burger con patatas y bebidas nos acabaron saliendo por 18 euros, a mi juicio, desorbitado para un fast-food. Y ojo, que estaba bueno, sus patatas son muy buenas(quizás lo mejor del menú) pero con la oferta culinaria de la capital, el balance calidad-precio es nefasto.