Café Berlín

Fuimos a un concierto de flamenco (Montse Cortés) a este sitio art-​decó bastante de modé, los bancos tapizados en rojo al igual que los asientos no desentonan con el resto de la decoración algo pasada, entrar al baño es como vivir en otra época, al igual que barandillas techos y todo el local en su conjunto parece sacado de una peli de época.
Conciertos íntimos, con una acústica buena, cervezas a 5 euros durante el concierto (es un poco subidito de precio) y no mucho espacio ni muy buena visibilidad como no llegues de los primeros. Además mucha gente vio el concierto de pie y si no es todos sentados para un concierto calmado de los de escuchar con tranquilidad estar de pie puede hacerse un poco pesado.
Dicho lo cual el concierto no fue caro (11 € gastos de distribución incluidos) y si hay otro concierto que me llame la atención no dudaré en volver.
Como sala de fiestas (abren hasta las 6) me parece que el espacio puede ser un poco escaso sobre todo si no quitan las sillas, y me parece caro.

Un clásico de Madrid, del Madrid del jazz. Como buen clásico, no requiere llamar la atención: La entrada es pequeña y el cartel en el que anuncian a los músicos, está escrito a mano, con caligrafía casual y sofisticada. El interior, que queda en la primera planta, es PRECIOSO, una joya de Art Decó de luz difusa, sofás de terciopelo rojo y un escenario íntimo. Los artistas, los clientes habituales y los anfitriones son fantásticos, y lo hacen un club imprescindible para los amantes del jazz, la elegancia y la noche.
Es un poco caro, pero merece mucho la pena… Para mi lo único que rompe la magia del club, son los camareros que van de modernillos y no tienen la sofisticación necesaria acabando con la unidad de la atmósfera.
Además está genial poder disfrutar de este lugar hasta las 6 de la mañana. Love it!!!

El bastión del jazz en Madrid no llama nada la atención por fuera, y eso que está céntrico, al ladito de Callao. Si pasas por delante ni te das cuenta que estás pasando por uno de los locales más emblemáticos de la escena jazzística de Madrid y por el que han pasado multitud de artistas. La entrada es minúscula y hay que subir unas escaleras, ya que el café se encuentra en la primera planta y no en el bajo.
Una vez arriba, te enamoras completamente de él. Luz tenue y la disposición de espacios perfecta para disfrutar de una actuación de jazz en directo en sus cómodos sofás. El escenario está prácticamente al mismo nivel que la sala, lo que otorga una gran sensación de cercanía del artista con el público.
No es un sitio al que se pueda ir de fiesta y a liarte a copazos, sino un sitio al que ir, pedirte una cerveza o un gintonic y disfrutar de la gran calidad de los artistas que pasan por allí.
El año pasado, la cerveza San Miguel organizó una gira de conciertos en el Berlín Café en el que por 10 € tenías la entrada al concierto con una cerveza, y estaba bien, ya que a otros conciertos que he ido sin estar dentro de la gira de conciertos de San Miguel, la entrada era algo más cara y venía sin consumición. No sé si lo habrán vuelto a organizar este año.
La única pega es que es algo caro, no es un sitio al que se pueda ir cada semana, a no ser que dispongas de un gran poder adquisitivo. Aún así, recomendadísimo pasarse al menos un par de veces y disfrutar de uno de los locales con más solera del panorama jazzístico de Madrid.

El otro dia llegué a este sitio. En mi vida me había fijado en él. La verdad es que la calle Jacometrezo casi noa transito, no hay nada en ella que me llame la atención y menos para salir… pero el otro día andábamos borrachos, tras una fiesta y acabamos allí.
Me apreció muy interesante lo de la entrada. Entrada+ cerveza 5 euros o entrada+copa 9 euros. No está mal para una discoteca que cierra a las 6 de la mañana.
Tienes que subir unas escaleras y luego hay una planta arriba donde hacen conciertos, porque los amigos que nos dijeron que estaban allí es porque habían tocado y nos apuntamos con la idea de alejarnos del bunker malasañero.
La música, la poca que recuerdo, me sonaba a algo de hip hop pero muy light como de gente blanca con pasta.
Luego la copa son 8 euros y la cerveza 4. La gente estaba a tope y había mucho niño/​niña guapa y bastantes guiris!
A las 6 un hombre negro grandote, amablemente nos invitó a irnos a dormir. Yo quería abrazarle.

Sigo yendo!

Si te gusta el jazz pero no sabes donde poder disfrutar de él, tienes pendiente una visita obligada al Café Berlín. Actuaciones en directo que amenizan una noche con encanto y que hacen que los fines de semanas ese lugar esté lleno.
Durante la semana, más tranquilo pero con la misma magia. Puedes ir a cenar allí, mientras de fondo escuchas un espectáculo de jazz en toda regla.
Además de la música a este sitio lo hace especial su distribución, su decoración, su iluminación…No sé muy bien como explicar las sensaciones con las que salgo siempre que voy allí, creo que lo mejor es que vayas y lo descubras por tí mism@.

Seguramente, el local de jazz con más encanto de Madrid, tal vez de España. La puerta es más bien pequeña, y para acceder a la sala hay que subir unas estrechas escaleras. Una vez en el primer piso, la sensación es mágica: un cuidado máximo con el tratamiento de la luz, la disposición de las mesas, el ventanal que da a la calle y por el que se filtra el hechizo de la noche… y, cómo no, los artistas que tocan cada noche hacen del local la referencia jazzística de la ciudad. Imprescindible. A tener en cuenta el aforo reducido y la clientela: ahí se va única y exclusivamente a escuchar el mejor jazz (por supuesto, tomando algo), así que si uno tiene ganas de armar jaleo lo mejor es que se vaya a otro sitio, o de lo contrario caerá fulminado por la mirada reprobatoria de los puristas musicales…