Cantina Matadero

Como luchar lo tiene todo, el servicio es lento y las porciones son pequeñas y caro… pero no deja de ser un sitio bastante Cool– llevado por Olivia te cuida !

Acabé allí por mediación de una amiga y no pudo ser más acertada la recomendación.
Íbamos tres comensales, dos humanos y un perro ¿Por qué digo esto? Porque desde que entramos en el local hasta que salimos, el servicio se portó de manera excelente con la mascota de mi amiga. Algo digno de admirar porque hizo que la velada fuese aún más acogedora de lo que prometía.
La comida es acorde al lugar, todo rústico y artesanal para que no desentone con la estética del establecimiento que hace que en todo momento desconectes de la amalgama de ruido y contaminación que es Madrid.
No hay ninguna estridencia ni elemento que pueda chafar tu plan porque el plantel de camareros está al mismo nivel que el resto, así que siéntate a disfrutar sin prisas ni alboroto y desconecta de todo.

Una pequeña cantina para comer después de haber estado en algunas de las muchas actividades que ofrece el matadero.
Los precios son un pelín caros para el tamaño de hamburguesa y platos que te ponen pero hay que reconocer que por lo menos están ricos.
La atención para mi no fue demasiado buena pero tampoco de las peores. Personalmente yo probaré suerte la próxima vez que tenga que comer por esta zona en los bares de alrededor

Una pena que el que probablemente sea uno de los sitios con mas encanto y con ambiente más «berlinés» de Madrid no tenga cócteles y que de un servicio de camareros tan rancio.

Este era uno de los espacios del Matadero que me quedaban por conocer aún. Está ubicado en la antigua sala de calderas y tiene una distribución bastante extraña, con unas escaleras adyacentes a unas gradas, unas cuantas mesitas interiores y un patio con varias mesas (varias de ellas comunales) y una barra propia. Vinimos aquí a tomar el postre tras una comida no demasiado copiosa en un sitio cercano y confieso haberme asombrado por encontrarlo tan vacío, aunque supongo que el calor extremo a esas horas de la tarde tendría mucho que ver.
Pedimos unos cuantos cafés y tartas de zanahoria y de plátano con chocolate; confieso que tras ver la segunda me arrepentí un poco de haber pedido la primera, pero la probaré otro día. La de zanahoria, por su parte, estaba buena sin ser para tirar cohetes, aunque un punto a su favor es que el frosting no me resultó tan pesado como es habitual.
La terraza es bastante cómoda y creo que debe ser un sitio fantástico donde ir a cenar o tomar copas por la noche, del estilo de la terraza de las Escuelas Pías aunque ligeramente mejor atendido (o esa es mi sensación).
Tampoco nos quedamos mucho más allá de esto porque, a pesar de la sombrilla, hacía bastante calor y el cuerpo nos pedía temperaturas menos estresantes; aún así pienso volver en otro momento porque creo que se le puede exprimir mucho más jugo.
Ah, y la música que ponen mola bastante, y que diga eso siendo yo quien soy…

3 appetizer + 1 main +one small beer sin alcohol = 12,50 €
All in a very nice place with a lot of room and design.
calm music and fast service !
All in one great.

Me gusta mucho este sitio, quizás no solo por la comida sino por el lugar, en Arganzuela la oferta es más limitada que en otras zonas de Madrid, y un sitio como este es bastante único.
El menú del día consta de 3 primeros pequeñitos y un segundo, estaba bastante bueno, con ensalada, sopa de tomate y cuscus de primero y de segundo había ceviche o carne con cítricos, pobré los 2, estaba todo muy rico.
También pedimos hummus de entrante y unas pizzas, todo correcto y rico. La comida es estilo sano, europeo, y el ambiente es bastante guay, me gustan esas mesas enormes en las que te sientas con desconocidos. Fuimos con niños y estaban correteando por ahí, sin molestar, el espacio es grande y está bastante bien para ir con chavales.

Cuando entré en el local me enamoré de él. Parecía un teatro o algo parecido porque había que bajar unas escaleras y llegabas a un espacio abierto inmenso con unos techos interminables y una especie de gradas escaladas a la izquierda que me recordaron a un teatro romano. Pero no, había sido un antiguo matadero y ahora es un bar, restaurante y cafetería. De mel, oye, porque el hecho de reutilizar un espacio que tuvo un uso completamente diferente hace años es muy práctico y si se hace con gusto ¡triunfa! es el caso de La Cantina.
Me limitaré a comentar lo que probamos: el café y el espacio, claro. Nos podrían haber mandado a freír monas perfectamente, porque llegamos unas 25 personas así tranquilamente a tomar café un día entre semana sin avisar ni nada, pero no. Nos atendieron con paciencia y nos hicieron los miles de cafés sin prisa pero sin pausa, y pudimos disfrutar de un momento de relax bien merecido en unas jornadas de trabajo que tuvimos en Madrid, muy cerquita del local.
El ambiente que se respiraba era tranquilo, la gente comía, charlaba, bebía y nosotros cafeteábamos mientras tanto en una mesa enorme que quedó vacía y que llenamos al instante. Algunos nos sentamos en las gradas, otros permanecieron de pie. Yo me quedé encantada con la decoración industrial y la luz ténue del lugar, me entraron ganas de volver, e incluso imaginé fiestas allí, eventos, encuentros, citas… Pero tendrán que quedar pendientes porque sólo hubo un café cortado, muy rico e intenso, por cierto, y que repetiré sin duda cuando regrese a Madrid. Olé por el invento.

El sitio no está mal aunque me esperaba más la verdad. muy modernito e industrial pero caro y el trato horrible. pedimos un doble de cerveza que no era doble ni era nada y una coca cola y 5 euros. a todo el mundo le pusieron un cuenco de patatas y a nosotros no y para colmo se lo comentamos al camarero y sólo mostró pasotismo e indiferencia y según el es que justo se habían acabado cuando llegamos (pero nos habíamos fijado que al que iba después nuestra le pusieron patatas, que casualidad!!!)Me parece increíble que haya tanta gente en paro y que dejen trabajar a incompetentes como alguno de sus camareros. Hemos leído muchos comentarios después de la decepción y no hemos sido los únicos. Lo tenemos al lado de casa pero seguro que no volvemos. En los pequeños detalles está la diferencia y parece ser que no se dan cuenta. Una pena

Wow, mais quel endroit génial ! Le genre que j’adorerais avoir à Lyon ! A peine entrée, je me voyais déjà y organiser des cafés, des rendez-​vous… et des soirées Unilocal ! ;) Car oui, il y a de l’espace. La partie «cantina» est spacieuse, ultra haute de plafond, avec des grandes tables et des gradins sur lesquels on a pu s’asseoir en attendant nos cafés. Il y a un côté super urbain, super industriel et c’est vraiment beau et très bien agencé et refait. Le genre de lieu que j’adore illico, à vrai dire, et oui qui est définitivement hipster-​bobo, il faut bien le dire.
Je vous le recommande totalement pour un café ou pour déjeuner, ça doit être vraiment super sympa. Pour ma part je n’ai pu y boire qu’un café, la deuxième fois n’ayant pas été la bonne pour nous puisque le service était trop débordé pour nous servir… mais c’est pas bien grave ! Mon caffe con leche du premier jour était en tout cas fort bon, alors à découvrir !

Cool. Raw. Edgy. Fancy. So hip, it hurts.
Totally recommend! Go, go, goooooo if you have the chance!
It’s in the neighbourhood Arganzuela, which is quite far from city centre. It’s an upcoming area and perhaps you’re staying here, but probably not.
Tip: take train 3 — it’s the fastest way to get there and not a bad journey at all! If you take a taxi from city centre, it’s about € 15.
Back to the location!
This former slaughterhouse has been totally transformed into an urban fun-things-to-do-let’s-hang-out-here area. And it’s huge! The Matadero itself holds a cinema, garden, bars & restaurants, art gallery, and SO many more things. And, the Cantina Matadero is part of this awesome location as well.
Go here for good coffee, lunch, wines, diner, and a fan-​fabulous-​tastic terrace! You can sit here in the sun all day and gives you the idea that you’re out of the city and somewhere on holiday… They also have Sunday Markets here, with all sorts of businesses that sell there products, all super cool & local. Definitely worth going so when you’re in Madrid, check the website if there’s one while you’re there!

Fuimos el viernes a comer menú de mediodía. El sitio no defrauda.
Lo que me dio pena es que al mediodía solo tienen menú así que no pude pedir las pizzas que recomendaban en algún comentario.
El menú consiste en tren entrantes y dos principales. El precio varia según la combinación que hagas de los platos. Nosotros cogimos cada uno 2 entrantes y dos principales, cada uno sin postre ni bebida 9,50 €.
Te lo presentan como un plato combinado. La ración no es especialmente grande pero estaba todo bueniiisimo.
Ya solo el local merece la pena visitarlo. Tal como dicen en otros comentarios el local no es muy grande así que te puede tocar esperar.
Le pondría 4 estrellas y media no las cinco por el tamaño de las raciones.
Ah¡ aviso sobre la ubicación para torpes como nosotros que no lo encontrábamos… Según vas desde Legazpi la primera puerta que encuentras es la de información y entradas, por ahi¡ no os paseis como nosotros que casi damos la vuelta al matadero. Una vez que accedes por ahí hay que seguir recto hasta al fondo para salir a la plaza del matadero y ahí a la izquierda.

Un café vraiment insolite puisqu’il a été construit dans les anciens abattoirs de Madrid. Tout ici est presque d’origine: les murs de briques rouges, les grosses poutres métalliques, les grandes fenêtres. Seul l’intérieur a été repensé pour qu’on se sente un minimum… dans un café. L’espace est lui aussi atypique. On descend dans l’unique salle par un escalier qui jouxte une grande estrade. Assez old school d’ailleurs de boire son café sur une estrade. Ça m’a plu ! La salle est assez petite mais toutes les tables sont prises d’assaut entre 13h et 15h (heure espagnole oblige !) du coup premier jour, nous avons tous eu nos cafés et thés mais le deuxième jour, la serveuse a manqué de professionnalisme en nous disant «ok on peut vous servir» pour finalement nous annoncer 20 minutes après que ce né sera pas possible. Cela leur a valu 1 étoile en moins ! Mais force est de constater que leurs boissons sont délicieuses ! N’étant pas amatrice de café, j’ai pourtant trouvé les cappuccino et latte terriblement attirants. J’ai pour ma part craqué sur un thé à la menthe (beaucoup plus classique je vous l’accorde !)
Bön à savoir: Je vous parle de boissons mais la Cantina Matadero c’est aussi, comme son nom l’indique, une cantine !

Vivo al lado y la verdad es que no he ido mucho porque las mayoría estaba lleno o los camareros no nos han hecho ni caso y mira que nosotros somos de los que entendemos que hay veces que no te pueden atender en el momento pero hasta cierto punto aguanto q me ignoren. El otro día fui con unos amigos a cenar y la terraza tenía una espera de 1 hora y cenamos dentro a pesar del calor de muerte que hacía. La comida me sorprendió gratamente. Las pizzas por 5,50 € están geniales y un entrante para compartir que era como pan de pita con humus y otras dos salsas estaba para morirse. Y el sitio en sí esta muy chulo claro. Por todo las 4*

Este es el sitio ideal para unas copas y cena de viernes en la noche. El ambiente es fantástico, las escalera con sus cojines o la mesa comunal hacen de la Cantina un sitio muy agradable para pasar un buen rato. El sitio es muy chulo y además la decoración lo hace aún más encantador.
Recomiendo totalmente las pizzas, que además de estar buenísimas, están a muy buen precio como el resto de la carta. Eso sí, el servicio no es el mejor ya que por lo general hay que esperar un buen rato para que te atiendan y también para que te lleven lo que has pedido. De resto, fenomenal!

Es uno de mis sitios favoritos de Madrid, sobre todo en verano. Tanto si quieres tomar una cerveza como picar algo, la terraza es ideal
La comida tiene mucho sabor, las pizzetas están de muerte. Aunque si tengo que ponerles un pero es que el servicio flojea un poco, a veces son un poco desorganizados aunque creo que poco a poco van mejorando

Las antiguas calderas del Matadero de Madrid sirven ahora de punto de encuentro para que los visitantes se sienten a charlar un rato, a disfrutar del espacio y, sobre todo a compartir una cerveza o a comer algo rápido. La Cantina se enclava, precisamente, en un espacio preciosísimo, cuidado y organizado al milímetro, que sorprende por su amplitud desde el primer momento. A mí me encanta porque me parece que han sabido aprovecharlo al milímetro, haciéndolo un lugar encantador del que no apetece ni salir.
Por otro lado, los días que hace bueno tienen una terraza espectacular, en la que te puedes sentar y disfrutar al solecito de su menú del día, o de las cosas que Olivia Te Cuida, que son quienes llevan la cocina en este momento, ofrecen.
Si no se lleva la quinta estrella es solo porque tienen un pequeño problema: el servicio tiende a ser levemente lento, a veces despistado, y trata de forma diferente a los clientes, encima sin seguir un patrón claro. Nosotros nos sentamos y pedimos un par de cervezas: mientras que al resto del mundo le llevaban unas patatitas, para pasar el botellín, a nosotros no nos trajeron nada. El motivo será un misterio para mí por los siglos de los siglos…

La Cantina no es un lugar de comida mexicana, eso por delante. Por contra, sirven unos primeros para compartir muy sabrosos (selección de humus o cuscus) y de segundo pizzas de coca individuales muy conseguidas. El entorno es muy agradable: una suerte de patio interior dentro del propio complejo de Matadero, con música chill-​out de fondo que permite buenas conversaciones. Recomendable, y excelente relacion calidad precio.

Esta cantina se encuentra junto a entrada este del Matadero, al lado de la Cineteca con la que, de hecho, se comunica por dentro, lo que la convierte en el sitio idóneo para tomarte algo mientras esperas que comience la película, o comentando la jugada a la salida.
A nivel ambiente y decoración me resulta un sitio fascinante, super industrial y neoyorquino (no en vano, el Matadero es la versión patria del Meatpacking District de NYC). Se trata del edificio que alberga las antiguas calderas de carbón para generación del vapor que daba servicio a las naves de despiece del antiguo matadero, y de hecho allí las conserva, majestuosas. Aunque se coman la mitad del espacio disponible, se agradece que estén.
Por otro lado, cuenta con una terraza (supongo que donde se ubicaban las carboneras de antaño, donde en cuanto empieza el buen tiempo da gusto estar, con bancos y mesas comunales donde poder conocer gente.
Yo siempre que he venido ha sido a tomar cañas (tienen un surtido medio interesante de marcas y tipos de cerveza) y poco más, aunque cuentan con un servicio de comidas para picotear algunas cosillas, tipo quesadillas y demás.
Como único pero diría que no es barato (1,5 € por una caña normal) pero la verdad es que por el entorno, merece la pena pagar un poquito más.