Casa Diego

Casa de Diego is a very small shop on the Puerta Del Sol. I had heard it was overpriced, but checked it out anyways. I really wanted to find an authentic gift for my sister from Spain. I thought a hand painted fan would be something she’d like. And this was the place to go.
I was pleasantly surprised by the price range. I bought two fans on the mid-​high end, but I really like them. I skipped the specially designed stands because at 100 € a piece, I can’t afford the stand to cost more than the fan.
The service in the store was good. They were pleasant, but a little abrupt. It could have been the language barrier. So I won’t really fault them.
Other items including Paraguas (umbrellas) can be found here. Definitely worth at least a look in the Windows if only to admire the handiwork.

Llegué a este lugar por investigar previamente sobre abanicos ya que una amiga me había pedido algún recuerdo con un toque flamenco y qué mejor que un abanico, no?
El lugar tiene también pañoletas y paraguas pero la locura es la variedad.
imposible decidirse porque tienen pintados, de tela, nacarados, baratos y caros. No soy entendida en la materia y las opciones eran muchísimas!!!
Como turista, disfruté hasta de la vidriera que es una cosa de locos.
La ubicación es genial ya que obviamente la Puerta del Sol es paso obligado para turistear y te quedás pegado mirando todos los abanicos que venden.
Para hacer regalos y quedar de 1000 puntos es el lugar ideal pero llevá billetera porque lo más lindo también es lo más caro.

A mi madre le encantan los abanicos y un año, por su cumpleaños (que afortunadamente cae en Agosto, así que me venía que ni pintado), fui a comprarle uno. El trato fue increíble, me aconsejaron fenomenal y me hicieron varias preguntas sobre el estilo en el que quería ahondar (no es lo mismo moderno que clásico). Me costó unos 35 euros que, os lo digo, no es en absoluto caro (en Cádiz pagué 45 por otro… tan ricamente también, por cierto, pero es que en Cádiz pagas hasta por quedarte). A los pocos días se le salió un tornillito y mi madre lo guardó preocupada por si se estropeaba… Lo llevamos a la tienda y nos lo arreglaron al instante, así que se demuestra que ¡no sólo el Corte Inglés tiene servicio post-​venta!

Pues sí, este sitio podría considerarse ‘tourist trap’, pero ojalá todos los ‘tourist traps’ fueran así.
Obviamente, con el paso del tiempo, a Casa Diego no le ha quedado otra que renovarse (mejor que morir). Madrid se carga, a pasos agigantados, algunos comercios locales que llevan ahí absolutamente toda la vida, y que están especializados en determinadas cosas. En el caso que nos ocupa, fundamentalmente paraguas y abanicos, en cantidades industriales y de todas las formas, tamaños y colores (hasta de hombre, como dice Óscar H, que son un poco más pequeños que los de señora).
Con esta perspectiva, en la que todos nos hemos lanzado a comprar paraguas y y abanicos en tiendas que los ofrecen por cuatro pesetas pero de una ínfima calidad, Casa Diego se mantiene, en su localización de la Puerta del Sol, llueva, nieve o haga calor –aunque está muy preparada para cualquiera de esas, porque ya sabéis lo que vende…–
La cosa está en que sí, es una tienda cara. Pero yo, que soy muy fan del refranero español diría: ¿es verdaderamente tan cara? Cuántos de los aquí presentes no habremos escuchado, en multitud de ocasiones que lo barato sale caro. Y es verdad que lo hace. Un paraguas cualquiera, de esos que cuestan tres o cuatro euros, no dura ni dos meses. Viene una ráfaga de viento y se lo lleva, prácticamente lo deshace. A la semana, las varillas empiezan a deformarse, y al mes, tienes suerte si la empuñadura sigue en su sitio.
Si echásemos la cuenta, en todos los paraguas que hemos usado a lo largo de los últimos años, nos hemos gastado una millonada. Y luego voy un día, salgo con mi madre de compras y se presenta con un paraguas que tiene desde que tengo uso de razón. «¿Cómo es que te duran tanto?». «Pues porque no los compro en cualquier sitio». Y razón no le falta, qué sabias son las madres a veces.

Poca gente, al menos de mi generación, habrá pasado a Casa de Diego, y eso que estoy segura de que han pasado al menos mil veces por delante. Situada en la Puerta del Sol y con su reclamo de abanicos, le falta el cartel de «sólo para turistas» en la puerta para confirmar nuestras sospechas de que sólo va a haber souvenirs, caros, pero souvenirs. Y nada más lejos de la realidad. Es una tienda muy castiza, de las de toda la vida, en la que se venden tanto abanicos como mantones, sombreros, bastones, peinetas… vamos, más español y tradicional no puede ser, y su clientela de lo más variada. Yo tampoco me habría aventurado si la madre de una amiga mía, coleccionista de abanicos, no me lo hubiese recomendado cuando le pregunté dónde podía comprar uno para un regalo (sí, esta vez a una extranjera), y os aseguro que triunfé. Fue un poco caro (no de los carísimos), pero era artesanal y una auténtica maravilla.

Solo he entrado una vez en este establecimiento y ha sido porque estaba lloviendo y no tenía ningún paraguas. Y antes de comprarle uno al típico chino oportunista que aparece entre las sombras, decidí entrar a esta tienda para poder comprar uno baratito y que me durase algo más que para llegar a la vuelta de la esquina.
En esta tienda encuentras de todo, es alucinante. Siempre que he pasado por delante pensaba que solo entraban guiris ya que se encuentra en pleno centro de Madrid en la Puerta del Sol, pero no, había gente de todo tipo, despistados como yo comprando también paraguas y otros viendo el stock de sombrillas, sombreros y un sinfín de artículos que a hasta ese momento no sabía ni que se vendían en España.
Me encantaría conocer a alguien que haya gastado más de 500 € en comprar uno de sus artículos, porque o bien es un coleccionista o le sobra el dinero. De todos modos en esa tienda te encuentras con auténticas joyas.

Pese a que Casa de Diego, siempre me había parecido una tienda de abanicos para guiris, un día por necesidad (estaba lloviendo) entré a comprar un paraguas.
Casa de Diego no es una tienda para guiris, es más, es una fábrica y comercio con solera, llevan más de 150 años protegiéndonos del clima y acicalándonos.
Creo que sus productos más famosos son los abanicos (descubrí que los había incluso para hombres) y los paraguas. Tienen de mil tipos y de mil calidades, de mango retorcido, recto, con acabados metálicos, de madera, plásticos, etc. Yo compre un paraguas de 16 euros, de los baratos (aunque no el más barato), pero me mostraron como curiosidad alguno que señora que valía casi 300 euros.
Hablando de señoras, además de abanicos también tienen sombrillas, mantones, mantillas, todo muy castizo. Me parecieron muy interesantes los bastones, nunca les había prestado atención y desde luego jamás me había planteado que podían costar 600 euros.
Si quieres comprarte un paraguas artesanal, de calidad y duradero, o quieres incluso uno un poco más exclusivo, date una vuelta por este comercio tan nuestro.