Casa Zoilo

Taberna de toda la vida, con encanto. Había leído que era toda una institución por la zona pero que la pareja que lo regentaba habían pasado el relevo del local y fuimos a probar. Después de las buenas reseñas de Unilocal había que darle una oportunidad.
Al principio los camareros un poco secos. Se notaba que los clientes eran los habituales, incluso algunos familiares de los nuevos dueños.
Al pedirles la carta de raciones nos indicaron que estaban todas escritas en una pizarra en la pared: tortilla, morcilla, embutido… pedimos una de boquerones en vinagre para acompañar las cañas. Muy bonitos en el plato pero un poco secos y excesivamente salados para mi gusto.

Pues me voy a sumar a la ola de 5 estrellas.
Un día perdido por Lavapiés, domingo previo al 12 de octubre acabé aquí gracias al checkin previo de Elena M. Y vamos, acierto!!!
El sitio curioso, taberna de toda la vida, con su camarero de toda la vida y bastante majete el hombre.
Como había un poco de hambre pedimos dos empanadillas (recién hechas por la mujer del hombre de la barra), media ración de callos y una tapa de patatas con torreznos. Los callos estaban congelados y las patatas en la nevera, pero todo era casero.
La comida más dos vermúes y dos jarritas de cerveza fueron 17 euros.

Este sitio es lo más !!
¡Qué lástima que los dueños reales lo traspasen este mes! Espero que los nuevos dueños lo sigan manteniendo tal cual! Si es que estos son los bares que hay que frecuentar, a los que hay que llevar a alguien que te visita, los que hay que recomendar a los turistas, en los que empiezas la noche, la cita con el nuevo ligue o en los que quedas para charlar un martes de chanzas!! Además tiene el mismo azulejo que La Alegría así que ya de por sí le brota buena energía!
El otro día llegamos ya un poco tarde pero nos atendieron divinamente. Iban a cerrar como en media hora pero nos vieron cara de hambrientos y nos dieron una estupenda cena. Unos cuantos botijos, bocadillos e incluso una ensalada de tomate para el vegano del grupo nos salvó de una buena resaca con el estómago vacío. Yo me pedí un bocadillo de Jamón que estaba buenísimo :) lo cortaron al momento y riquísimo! Incluso fueron a comprar pan al chino porque se habían quedado sin pan! Eso sí que es buen servicio!
Es un sitio pequeño pero tienen unas raciones muy ricas y con pintaza! Ojalá dure mucho tiempo más y mucha gente se deje ahí los dineros y las conversaciones :)

Una taberna de toda la vida en Lavapiés y que no es cutre (que quedan pocas). Está regentado por una pareja muy maja, y todo lo que ofrecen para comer es casero (nosotros incluso vimos como la mujer traía platos de comida). El local no tiene mucho sitio para sentarse (para grupos grandes), pero es espacioso (es decir, se puede esta en la barra, sentado e ir al baño sin molestar a nadie). Los precios baratísimos (1.5 € un vino blanco bastante bueno), y cada consumición incluye una tapa. Nosotros pedimos aparte las patatas revolconas, que nos las habían aconsejado, y efectivamente muy buenas. También aconsejo el vermú de grifo. Yo ya me quiero convertir en un asiduo de este sitio.