Cena Secreta #1 @ Atelier Belge

¡Qué ilusión me hacen estas cosas! Cuando oigo la palabra secreto la espía frustrada que llevo dentro se pone a indagar. Aunque sólo había una pista, 119, encontré un libro de Javier Sierra que lleva por título «La cena secreta» y leí dicha página en busca de la solución del misterio… pero nada. Se puede afirmar que Lolo sí sabe guardar un secreto.
En cuanto al restaurante, tenía muchas ganas de ir a su «hermano», el que lleva el mismo nombre delante de la palabra Brasserie. Había leído algunas críticas ya y una vez allí, superó todas mis expectativas. Me encantan esos restaurantes que cuidan los detalles, que con un bocado te hacen revivir sabores, que las cosas están hechas con mimo. Puedo afirmar que he comido allí el codillo más sabroso hasta el momento y un tiramisú fino, fino, con galletas con sabor a caramelo que me ha cautivado.
Después la compañía, de primera, a pesar de llevar poco tiempo en Unilocal y conocer a poca gente me sentí muy a gusto, muchas gracias a todos, sobre todo a Lolo y a Cristina que con este tipo de actividades ya me tienen enganchada. ¿Cuándo será la siguiente?

Cuando me entere lo de la cena, quise apuntarme inmediatamente, me fascinaba la idea. Y la verdad no me defraudo.
La misma mañana de la cena nos citaron en un sitio para desde allí llevarnos hasta el restaurante. Resulto ser un restaurante belga que esta recién reformado llamado Atelier Belge. El cual yo no conocía.
Cuando entramos nos ofrecieron un copa de Kirr (vino blanco con licor Cassis) me gusto bastante, rápidamente nos llevaron a nuestra mesa en la planta de arriba.
Allí empezaron a traernos los aperitivos, empezando con unas palomitas con canela y unos cacahuetes algo dulces. Siguieron un hummus, patatas con pimentón y grisinis junto con un queso, todo bastante rico pero quizás algo escaso.
Después nos abrieron el apetito con un licor Cointreau y limón y seguidamente trajeron una bandeja de panes y mantequilla a las hierbas provenzales. Despedimos los entrantes con lo que para mi fue el mejor aperitivo la crema de mejillones, me encanto y eso que no soy mucho de mejillones, una buena textura y un sabor extraordinario, hacia que la crema entrará perfectamente.
Los dos platos principales estuvieron a la altura. El primero y para mi gusto lo mejor de la noche fue el salmón ahumado de manera casera con pan frito y a continuación un Codillo cocinado lentamente durante más de 10 horas, quedó suave y sabroso.
De postre un delicioso tiramisú de especuloos, con una textura y sabor espectaculares.
Unos cafés junto con un chupito de mousse de chocolate cerraron la noche.
Y aunque costo despedirse con eso cerramos una gran noche acompañada por comida deliciosa y una gran compañia.
Nos vemos en la segunda :)

Imaginaros el plan. Jueves por la noche. Quedamos en una esquina de calle Santa Engracia a las 20:45 horas. Ni idea de a dónde vamos a ir, ni qué vamos a comer. Confianza ciega en Lolo R., y expectativas muy altas.
Cuando vi que íbamos al Atelier Belge, casi me pongo a saltar de la emoción. Tenía este restaurante en mi lista de favoritos para probar, y mira por dónde inauguramos el Club de las Cenas Secretas en un lugar al que ya le había echado el ojo.
De principio a fin, el desfile de platos fue todo un espectáculo para los sentidos. Me gustó todo todito todo, incluso la presentación estaba cuidadísima.
Si tuviera que destacar un plato, nombraríà la crema de mejillones, aunque el tiramisú, del cual me comí ración y media gracias a Elena M., estaba de vicio también.
Me quedé con las ganas de tomarme una cerveza belga de grifo, y es que yo pensaba que iba a romper un menú tan armoniosamente preparado. Pero ya lo compensaré la próxima vez que pase por el restaurante, porque vi que tienen una barra con una selección muy cuidada de quiches, croquetas y otras tapas para acompañar un par de cervezas.
Mis expectativas quedaron satisfechas y sólo me queda darle las gracias a Lolo por saber guardar tan bien el secreto y por prepararnos una velada única. ¡Ya estoy deseando que llegue la segunda cena del Club! :D

Divertidísimo!
Lo primero, quiero decir que por muy pesados que fuéramos pidiendo pistas, mola mucho que el sitio fuera secreto. Además que sí.
La comida me flipó, sobre todo el salmón (OMG qué maravilla) y el tiramisú, que me hubiera bañado en él. Tal cual.
Otra cosa que me gustó es estar en una cena sentados, aunque es imposible que luego coincidamos todos, la verdad es que está muy bien charlar más.
Nos vemos en la próxima, no? ;)

Que tendrán los misterios, los secretos, lo desconocido que suelen ser capaces (casi) siempre de despertar nuestros primarios instintos animales, y presa de la curiosidad que mato hasta al gato, hacernos aguzar todos nuestros sentidos y recorrer nuestra maraña de memoria y conocimientos en busca de la verdad, que como afirmaba sagazmente Scully está alli fuera.
La cena secreta Unilocal,la primera y única, ha supuesto un reto intelectual primero, para todos. Desde los participantes, hasta los amigos, parientes y conocidos de los participantes y de los organizadores. Y eso que ya ibamos con callo cada uno en lo suyo. Que Lolo se ponga nervioso cuando ya ha organizado más eventos que la Preisler temiendo un fracaso estrepitoso es la mejor prueba de todo lo que os digo. Durante semanas, días, horas, según se acercaba el momento, incluso en el trayecto previo que intentamos escudriñar el lugar, todos nos ibamos poniendo nerviosos.
El lugar elegido fue el Atelier Belga, un restaurante belga coqueto, recientisimamente reformado a la luz de los focos. Nos recibieron en la planta baja con una copa de Krikk, una especie de champan rosado para brindar porque ¿ibamos a mover el bigote?, y como todo evento novel, se notaban los nervios. Nos subieron a la planta de arriba, y como en las bodas, un papel para ponernos en la mesa y sitio cerca del cuñado pesado o no tanto.
El servicio comenzo su maquinaría y nos dispusieron de entrantes un humus de garbanzos con patata salpimentada con pimentón rojo, trocitos de queso especiado, mantequilla especiada con ROMERO (si no me equivoco), y una crema de mejillones con trocitos de jamón y pimienta negra. Ningún lacteo.
Terminada los entrantes nos sirvieron un salmón ahumado, técnica que a día de hoy, no podemos hacer ninguno con recursos de cocina normal, estaba muy rico. Y aunque yo no soy fan de la cebolla, ni de la chalota ni de sus variantes, he de decir que casi ni se notaba y que estába requete rico.
De principal nos sirvieron un codillo asado a 80ª presurizado con cerveza kriek durante 10 horas sobre cama de puré de patata. El codillo (o cualquier alimento), hecho a baja temperatura, es decir, durante más horas, y presurizado hecho en su propio jugo, le da a la cocina y a los alimentos un sabor espectacular. Además, sobre el codillo habían caramelizado o ligado una salsa dulce de cerveza que le daba otro toque más de alegría que se expresaba en el paladar.
Para beber, además de agua y a falta de cerveza, una copa de vino blanco afrutado y un tinto muy rico.
De postre nos sirvieron un tiramisú rico y un chupito de espuma de chocolate negro o trufa.
Todo muy rico oiga. El servicio bien. La compañía gente normal y dicharachera, con conversaciones desde juegos de chupitos, karate a muerte en torrelodones, kinitos, fumadores y risas diversas. El evento fue un éxito. Como siempre. Y eso, sí que es un misterio. ¿Como lo logran?

Gracias chicos por una velada tan genial como la de ayer entre risas y vinos. Yo tenía puestas las expectativas muy altas sobre este evento, porque Lolo es un genial organizador y porque todo el misterio que rodeaba al evento generaba aún más expectación, pero además porque fue un jueves que coincidía con GH Vip y era muy duro perderse la gala jejeje.
La cena fue maravillosa, desde los entrantes hasta el postre. Todo delicioso, muy bien presentado y con un servicio extraordinario.
Pero la compañía fue aún mejor.
El evento comenzó con Lolo recogiéndonos en un punto estratégico, a una hora concreta, para llevarnos al restaurante que todos desconocíamos.
Al llegar al Atelier Belge una copa de vino de bienvenida nos estaba esperando, y tras el brindis, comenzaba la cena, donde Lolo, no me canso de decir lo buen organizador que es, ya nos había seleccionado un sitio a cada uno.
No paramos de comer y beber, de reír, y de disfrutar que es para lo que vamos a estos eventos Unilocal.
Así que como ha dicho Zulayka, gracias, gracias y 1.000 gracias.
Nos vemos en la próxima!!!

Yo tenía muchísimas ganas de la cena secreta. Llevaba días contándoselo a la gente, googleando para ver si adivinaba donde era, haciendo quinielas de tipo de comida… así que iba con las expectativas muy a tope.
Que sorpresa la mía cuando descubrí que era un belga! Ya de primeras fue estupendo porque nunca he comido en un belga y segundo porque era muy de pitiminí así que un punto positivo para la sorpresa :)
Fue estupendo compartir mesa, una pena no hablar tanto con buena parte de los que allí estaban, pero los compis de asiento fueron estupendos y la charleta genial. Yo me entoné con las copas de vino, y es que a mí s eme sube todo rápido.
Me gustó mucho que nos recibiesen con una copa, no recuerdo el tipo de vino pero estaba rico y cuando te tomabas las palomitas el sabor se hacía más intenso. Quizás eché de menos una cerveza belga, no tenía ni idea de si podíamos pedirla o no, pero hubiese estado genial una pequeña cata de cervezas al inicio ;)
El menú estaba cerrado, así que no había que pensar, sólo dejarse lleva. Agradezco enormemente que pusieran cosas sin leche, más viniendo de una cocina como esta, que junto a la francesa pues como que están todo el día con la mantequilla poniéndolo en todo. Como no, fue lo que triunfó, el untarse bien de mantequilla en los preciosos panes que nos pusieron.
De los entrantes he de decir que fueron un poco rarunos. Tenían que haber sido como para compartir entre 2 – 3 porque eran pequeños y no sabías si eran de la persona de al lado o podía pillarlo. Eso sí, la patata esa súper lisa fue genial, ¿Cómo lo hacen? También me gustó el cointreau con limón y azúcar. Vamos que me hubiese bebido un buen mini de ello. Estaban en unas botellas my bonitas que me quería llevar.
El salmón perfumado, la crema de mejillones y, por su puesto, el codillo estaban riquísimos. Y además me encantaba la vajilla que utilizaban, sobre todo el plato del codillo. A mí el codillo me encanta porque me recuerda a mi yaya muchísimo, que lo preparaba en las comidas familiares!!! Viva el codillo!
Luego probé una cucharada de los postres. El tiramisú estaba glorioso y la mousse de chocolate buenísima. Genial ponerla después del café para dejar ya la guinda a la cena. También estupenda la variedad de azúcares entre los que podías escoger.
Fue una velada que espero que la repitamos porque a parte de comer bien puedes tener un poco más de tiempo para intimar con otros Unilocalerse.

Espectacular
Cena belga con sabores sorprendentes y riquísimos.
Una auténtica sorpresa.
No esperaba tanto. Quiero decir, TANTO.
Gracias, gracias y 1.000 gracias.