Centro de Ocio y Deporte Tercer Depósito

Aunque sabía perfectamente dónde estaba, y en multitud de ocasiones lo he visto desde un coche al pasar, nunca había entrado propiamente dicho a este enorme complejo, que camina a paso firme entre el complejo deportivo y el parque recreativo, aunque es más lo primero que lo segundo. Y digo esto porque como parque recreativo el lugar tiene poca chicha: no hay espacios verdes en los que poder esparcirse, y casi todo se reduce a mesas de picnic, a sitios sobre la arena o a bancos colocados sobre suelo de cemento. Se echa de menos un poco más de verde y algo menos de cementazo, la verdad.
Pero la realidad sea dicha, como centro deportivo es inigualable, incluso a pesar de que en el medio está el campo de golf contra el que tantos madrileños se manifestaron en su día. Un poco más adelante, campos de fútbol, al igual que más atrás, que están la piscina y la pista de padel (a las que se entra por Islas Filipinas).
Aunque lo que más me gusta de este parque es la pista porosa de atletismo o Tartan, que es como la conoce la mayor parte de la gente, aunque este es el nombre comercial de un material comercializado por 3M. No es muy grande, de hecho, pero tiene una longitud de 1200 metros (ideal para darse cuatro vueltecitas y casi hacerse cinco kilómetros) y es totalmente plana, así que se corre muy cómodamente… siempre y cuando sepas sortear a todas esas hordas de viandantes que, ignorando la enorme acera contigua, deciden que prefieren caminar (o incluso pararse a charlar, y en el peor de los casos FUMAR) en la pista de atletismo.
Lo peor es que cuando pasas a su lado, hay gente que se enfada en plan «ya no se puede estar tranquilo ni en un parque». De verdad, yo es que a la gente no la entiendo. Como si no hubiera espacio para ponerse…
Por otro lado, el parque cuenta con una pequeñísima zona de musculación y calistenia, ideal para el ejercicio libre. Suele estar hasta las trancas siempre, pero si necesitas una barra de dominadas, o unas paralelas, este es tu sitio.