Charada

Parece mentira que un sitio relativamente nuevo (abrió sus puertas en 2008), haya envejecido tan rápido y mal. Cuando entras tienes la sensación de estar en una discoteca vieja, pero sin la solera que puede hacer de una disco antigua algo atractivo. Es como si hubiesen dejado que se deteriorase sin invertir en reformas o cuidados, mientras que las bebidas siguen siendo igual de caras.

When writing this, I still have a little hangover after a hard night out in Charada.
I’ve been there twice and both times there was very good music (deephouse) on both floors. Staff is very friendly at the entry and you can negotiate a special offer when you are a group of people.
The interior of the club is ok but nothing special. I would like to have some more love into the detail.
Great occasion for electronic music lovers!

People and staff are very friendly here or at least when I went on a Saturday night. Crowd is very laid back and the music is very chill. Prices are pretty standard for Madrid and there is a downstairs bar as well.

Si cabe alguna duda de que el sitio te va a gustar sí o sí, pásate por una de las sesiones y alucina! Espacio amplio y diáfano, con varios ambientes. El techo de la sala son pantallas en las que se proyectan formas al ritmo de la música, que son EL SUBIDÓN (sobre todo cuando quieres ver la cara de la persona con la que hablas)…
Barra accesible, personal amable, y gente guapa (sobre todo del «ambiente») que hacen que sea un rato estupendo!
Musicón, por cierto!
*tip: aquí se celebran las sesiones de «Que Trabaje Rita», que ya van por la III Edición. Es un MUST de la nueva movida madrileña.

Ha reabierto sus puertas el pasado 27 de diciembre. si por fin después de hacerse esperar, con algún cambio que otro en la plantilla y en las sesiones, pero con la misma esencia. Yo estuve el sábado, abajo como siempre, en la sesión sport y de decir una vez más que me sorprendió gratamente, volveré a ser incondicional. Los viernes hay sesión fabuloso arriba y si el les rojo sigue en el techo, casi todo sigue igual aunque suena mejor y por fin reformaron los baños. Así k ya sabéis, a encharadarse de nuevoooo!

Siempre me ha gustado mucho como sala: el techo de la parte de arriba con luces de néón, buen trato, buena bebida, un par de plantas para cambiar de ambiente, gente hetero y gay mezclada, se puede pagar con tarjeta… Un poco caro entrar (15 euros), pero supongo que es el precio que hay que pagar para no soportar niñatos.
Ahora, como Spray los viernes me parece más guay. Buena música, pista sin estar saturada de gente… Ahora mismo mi sitio favorito para salir.

Todavía recuerdo cuando abrieron Charada, que todo el mundo hablaba de este lugar como «The ultimate place». Lo cierto es que lo era: un club moderno, que casi olía a nuevo y en una localización inmejorable: al lado de la Plaza de Santo Domingo, a dos pasos de la Gran Vía y en todo el meollo.
La experiencia mejoraba tres veces más con lo que te encontrabas dentro. El Charada era (y es) caro como él solo, pero merecíà la pena ir allí a ver cómo un nutrido grupo de barman profesionales te ponían las bebidas en copa balón mientras hacían todo tipo de florituras con las botellas. Los camareros, además, iban impecablemente vestidos, pajarita mediante, y todos ellos eran jovencísimos y guapísimos.
Por si esto no fuera suficiente como para visitar el local, la música era buena, la gente guapa y en el techo había una enorme pantalla de LEDs que hacia las delicias del respetable a base de proyecciones y juegos de luces.
Por desgracia, de ese antiguo Charada quedan únicamente los precios (sigue siendo sensiblemente caro) y, aunque algo maltrecha y con varias líneas que no funcionan, la pantalla de LEDs. Ni siquiera las copas de balón han sobrevivido a la hecatombe (a peor) que ha sufrido el local.
Obviamente, todo depende de la sesión a la que asistas. Puedo certificar y certifico que sigue yendo gente guapa, que hay días que la música está fenomenal y que la división entre la parte de arriba y la de abajo y esos baños que parecen un laberinto de espejos siguen siendo algunos de sus grandes activos. Pero los que acudimos aquel día a su inauguración y rápidamente lo incluimos como un imprescindible en nuestra ruta nocturna, echamos mucho de menos aquel tiempo tan feliz en el que habías visto cómo la ginebra de tu bebida, antes de tocar un vaso digno, había dado in tirabuzón en el aire. Cualquier tiempo pasado fue mejor.

Alguna que otra noche he terminado aquí con mis compis de piso. Mucho moderneo y horas interminables de bailes que me he pegao, como me pillase un día motivada no había quién me sacara de ahí.
Está muy bien, y como han dicho, la música va a depender de la sesión que haya ese día, así que si no quieres que te pille por sorpresa infórmate antes en la web, aunque personalmente para mí los jueves es el mejor día.

El Charada es mi sitio preferido para salir a bailar. Según como tengo el ánimo me decanto por la pista de arriba o la pequeña «leonera» como dice mi compi Nabor. Aunque siempre termino en la de abajo, ¿será porque me gusta más el roce?, el caso está en que aquí es donde he pasado mis mejores momentos de juerga.
Las sesiones varían según el día de la semana pero yo recomiendo ir un jueves o sábado ya que el estilo es electrónico pero un poco más melódico, no sé si me explico bien. En cuanto al servicio… de todo hay en la viña del señor, prefiero pedir en la pista pequeña, siempre son mas simpáticos, quizás sea porque tienen menos gente a la que atender. Recuerdo una vez que me dieron una botella que tenía trocitos de cristal porque se habría roto la de al lado y me corté, estuve un buen rato con el dedo sangrando y la camarera casi ni se inmutó (eso fue en la sala grande). Pero por otro lado, la última vez, estaba un poco «chof» de ánimo y el camarero mulato de la sala pequeña fue muy majo conmigo.
¡Ah, y una vez que necesitaba ir al baño muy muy urgente, el «segurata» me dejó colarme en el de los chicos! (lo digo porque están muy «al loro»).
Pero chicos, el Charada es TOTAL, es una fábrica de noches inolvidables.

El garito de moda. Ambiente gay friendly, supercool y trendy: es como si cada noche fletaran Ryanairs desde Londres para llenar el local. Arriba está la pista de baile con una zona de reservados y abajo está una especie de ‘leonera’ sofisticada para la gente aficionada a las ceremonias colectivas del sudor y los bailes más desenfrenados. Yo estuve un jueves, y he de decir que pasé una noche inolvidable. Recuerdo hasta haber echado carreras entre la gente… las noches en Charada son noches prohibidas.
Para los interesados, la página web tiene una lista detallada de la programación de las sesiones.