Chatarrería Embajadores

Esta es la chatarrería a la que voy a vender el cobre. De las que quedan en Madrid centro es la que más ofrece por kilo. A veces llevo Zinc, aunque está muy bajo de precio y no compensa reunir 10 kilos para sacar 40 euros.
¡Para, para, no vayas por ahí! No creas que soy de esos que se dedican a arramplar con los cables de cobre de los nuevos PAUS de Madrid, dejándolos a oscuras. Tampoco levanto las alcantarillas creando un paisaje de puntos negros en las calles.
Llevo las planchas de cobre que a mi amigo Antonio, el escultor, no le valen porque no consiguió proyectar sobre la plancha lo que creó en su cabeza. Y las llevo, además de para sacarme un dinerillo, porque me encanta el cuadro costumbrista que se representa en la fachada de la chatarrería: *El abuelillo sentado en la calle en su silla de mimbre pelando el cable, dentro una maraña de cobre ordenados de cualquier manera, la antigua balanza para pesar el metal (yo creo que está trucada, si tenéis sobrepeso subiros, saldréis más contentos de la tienda).
Pero lo mejor está abajo, en el subsuelo. Podría ser una pedanía del País de las Maravillas. Si tienes la suerte de caerle bien al chatarrero y dominas el arte de la zalamería, te enseñará el cuarto de caballos balancines de juguete. Caballos de todas formas y colores que ha ido coleccionado a lo largo de su vida.
¡Eh, deja esa tapa de alcantarilla! No hace falta que lleves nada. Pásate, echa un ojo y a ver si le camelas.
* Me acabo de enterar que el abuelillo está muy malito. Ya no le veréis pelando cobre. Qué se recupere pronto.