Chifa

Partamos de dos bases: esto es comida peruana de verdad y si nunca la has comido vale la pena que la descubras con alguien que sí lo ha hecho previamente. Básicamente porque si no entenderás poco (o nada) de su carta.
La segunda es que hay que disfrutarla. Hay que ir con la mente abierta, porque las texturas y los sabores son muy distintos a lo que estamos acostumbrados a probar en la dieta mediterránea.
Dicho esto, explico el por qué de las cuatro estrellas, porque entiendo que habrá gente que no comparta mi opinión porque es difícil homogeneizar una cocina tan peculiar.
Una estrella por el diseño. Es como una pequeña caja, con un comedor de apenas nueves mesas y la cocina al descubierto, donde sin embargo puedes cenar con cierta intimidad.
Dos por el servicio. Muy atento, explicándote con paciencia lo mucho que normalmente no sabrás e incluso aconsejándote para maridar con cervezas que ellos mismos fabrican y que varían según las estaciones del año.
Tres por la comida. Te guste más o menos, te piqué más o menos, el hecho de tener que mezclarlo todo, de echarle lima a todo, de que casi todo lleve arroz, del intenso sabor de cada plato… Ahí radica lo especial del lugar.
Y cuatro por el antipostureo. Mantiene desde sus inicios un postre básico y sencillo que mezcla bizcocho con chocolate y helado en un vaso. Nada de alta cocina. Pero sensacional para compartir.
Así que, dentro de todo lo bueno gastronómico que tiene Madrid, si queremos probar algo muy diferente vale la pena. Está muy cerca del Corte Inglés de la Castellana, tiene la parada de metro de Nuevos Ministerios al lado y una de las mejores conexiones de la ciudad. No hay excusa.

Reservamos un día a la semana y como el local sólo dispone de 7 mesas por supuesto estaba lleno. No puedo ponerle ninguna pega. Quizá al ser tan pequeño la distancia entre las mesas no deja mucha intimidad pero la comida es fantástica. La fusión peruana-​asiática me chifla y esta es genial. Pedimos varios platos para compartir y así probar más cosas y fue un acierto. Si vas algo perdido es mejor que pidas recomendaciones a los camareros.

Cinco estrellas bien merecidas. El sitio es bonito por fuera (como una caja, muy original, y aún más en una zona tan clásica como en la que está, Ríos Rosas), como por dentro (pequeño, mucha madera pero oscura, no al estilo escandinavo, y con la barra descubierta). La atención nada más entrar fue estupenda, camareros muy atentos que nos explicaron todo al detalle.
En cuanto a lo esencial, la comida, he de reconocer que en un inicio me pareció más peruana tradicional con toques asiáticos que chifa, pero tienen platos, como el aeropuerto de calamar o los tallarines con marisco que efectivamente son bien chinos!
La comida está cuidadísima, bien presentada y se nota que los ingredientes son de una calidad total (se nota especialmente en el pescado). 100% recomendable la causa con anguila y huevo taiwanés y el escabeche filipino. El bonito se deshace en la boca!
4 platos, una botella de vino blanco y un postre (el vaso de chocolate, bastante generoso), por 80 €. Teniendo en cuenta la calidad de la comida y el trato, muy buena relación calidad — precio.
Ninguna queja. ¡Volveré!

Bad service and really small portions. The ceviche came with 4 small pieces of fish. Had much better ceviches in Madrid. Try LA cevichria or Mis tradiciones. No repeat here.

¡Sorprendente! Comida de fusión peruano– asiática de muy buena calidad. Restaurante pequeño con muy pocas mesas, importante reservar. Aconsejable degustar unos de sus maravillosos cocteles antes de comer — cenar. Buen servicio, déjate aconsejar. Precio medio-​alto.

Los tallarines con cerdo y marisco se te va la olla. El tamal, lejos de estar mal está genial!
El cuadril es el plato al que mejor le va el cilantro de los que probé. Una carne especiada excelente.
En fin, un absoluto MUST sí te gusta la fusión peruana asiática.