Si no fuese porque este establecimiento está al ladito del Parque de Berlín, al que voy de vez en cuando con una amiga, no lo conocería. Pero es que está tan a mano cuando llega la hora de echar la tarde en este parque que es imposible no entrar a comprarte una latilla, unas patatuelas o unas chuches. Es un frutos secos de toda la vida, pero bastante grande y con mucha variedad; de hecho, aparte de las chuches y frutos secos típicos, tienen mucho refresco donde elegir, un gran surtido de encurtidos y helados(de los de palo, etc.). El horario arriba mencionado es el de verano, pero en invierno cambia.