Circo de las tapas

Empecé a visitar este local en pleno barrio de Malasaña cuando un amigo trabajaba allí, y siempre que lo he visitado después mi impresión ha seguido siendo magnífica. Una entrada con unas cuantas mesas junto a la barra y, al fondo, un mediano salón para cenar. La música está a un volumen razonable y se pueden probar unas tapas bastante ricas. Un local muy recomendable donde parar a tomar algo a 5 minutos de las plazas del Dos de Mayo y Callao.

Fuimos a este lugar porque buscábamos algo para cenar cerca de la universidad, llamamos, hicimos nuestra reserva, pero cuando llegamos al lugar no la habían apuntado. Fue extraño, por suerte había mesa y nos acomodaron, la moza se puso un poco pesada con el tema de saber quién nos había tomado la reserva para ver el tema a quien echarle la culpa, no me importa, quiero comer, déjame en paz.
El lugar es bonito, aunque los baños son extraños, no tienen puerta, salvo la del excusado en sí mismo, la luz es de sensores, pero cuando pasa un rato se apaga y terminas ahí en el baño sin luz. Que amor!
Parecía que teníamos dos mozos, porque iban y venían los dos, fueron amables pero pasó que a la hora de tomar pedidos los hacíamos con uno y el otro luego venía a tomarnos de nuevo el pedido, sin haber consultado con su colega.
La comida estuvo bien, tampoco nada del otro mundo, hay varias opciones de tapeo justamente, pero yo fui por unos ñoquis, soy fan. Por suerte también amo el queso azul, porque venía súper cargado y es un sabor muy fuerte, a otras amigas que pidieron lo mismo les resultó demasiado y no terminaron sus platos, o bueno, yo lo hice por ellas, porque ante todo gordobeso.
Pedimos la cuenta y vimos que nos cobraron de menos, avisamos y ganamos chupitos de tequila por buenos samaritanos. Tardaron dos horas en traernos los chupitos gratis, cuanto te tardas en abrir una botella y llenar 5 vasitos?
Tendrían que pulir varios detalles para que la experiencia de ir al circo de las tapas sea mucho mejor.

Quede un poco defraudada con el lugar lo vimos por Unilocal y nos animamos a reservar con para ir algunos de la universidad.
Al llegar nos dicen que no había reserva pero encontraron una mesa y nos lograron acomodar. Es un lugar lindo, pero primero la mesa que nos toco estaba chueca se movía mucho, mi silla era un poco incómoda me deslizaba cada vez que me acercaba a comer y los meseros se demoraban mucho en atendernos no sé si era porque no nos veían o es así.
Pedimos unas tostas, ñoquis y unas croquetas lo único que me gusto, la tosta estaba pasable he comido mejores sé que los ñoquis estaban ricos, un poco fuerte el sabor para mi gusto.
Es rico pero nada del otro mismo esperaba algo mejor. Además de esto la letra de la carta los precios son diminutos no se entienden mucho.

Testé pour le déjeuner: 10 euros le menu entrée — plat — dessert + boisson. Petit nid adorable à l’accueil très chaleureux. La cuisine familiale est très réussie: caldo de chorizo, morcilla et haricots rouges, petits poivrons farcis succulents servis avec des patates dorées maison, puis cheese cake ou tarte tatin très réussis. Un régal du début à la fin, et un ventre bien rond en sortant de table !

Went there last night for tapas and a beer. Service was absolutely terrible, something I’ve read I should expect from European eateries but I still find unacceptable.
The food, however, was delicious. And the ambience is great too :-)

Une petite faim en fin de journée nous a amené jusqu’à Circo de las tapas !
Le lieu est très sympa et surf un peu sur la tendance récup ! A l’ouverture de la porte, un petit espace en face du bar puis une salle dans le fond et une salle au sous sol toute cosy ! C’est ici que nous nous installons.
A la carte, des tapas (tortilla de patatas, tarte…) des plats, des toasts et des desserts. Les prix allant d’environ 3 € à 15 €.
Nous avons pris la tortilla qui était délicieuse et la quiche au bacon qui était bonne mais sans plus. En dessert, nous avons opté pour le brownie accompagné de glacé qui était vraiment très bon !
Vers 21h30 — 22h le lieu devient assez bruyant et bondé à l’étage, à éviter si vous n’aimez pas être les uns sur les autres, autrement l’ambiance était très sympathique.
⁴⁄₅ pourquoi? ⁵⁄₅ pour le lieu qui est vraiment très sympa et ³⁄₅ pour la nourriture qui est bonne mais pas non plus exceptionnelle.

Un lugar donde refugiarse del mundo, el circo de las tapas te ofrece una amplia carta de tapas riquisimas, y sinó siempre puedes tomarte una cañas con las que te acompañaran con unas aceitunas, una tapa de tortilla de patatas i/​o quiche! Totalmente recomendado y no es muy caro! Dos cañas acompañadas de esas tapas gratis, 3 euros!

Sinceramente, creo que ha ido perdiendo con el paso del tiempo, porque hace años todo el mundo lo recomendaba y –aunque sigue de bote en bote– el hype ha ido mermando significativamente.
Un día estas navidades, después de una preceptiva sesión de cine, nos dirigimos aquí. Entramos y había bastante gente, pero había una mesa libre en la que podíamos arrejuntarnos. Como vimos que nadie se sentaba, nos abalanzamos sobre ella, pero apareció una camarera de la nada y nos dijo que tenía gente esperando. «Ok, como la hemos visto vacía un ratillo, pues pensábamos que estaba libre». La chica prometió que enseguida estaba con nosotros de nuevo.
Casi quince minutos después, cuando ya creíamos que se había olvidado de nosotros, nos ofrece bajar abajo. Ok, pues bajamos. Nos sientan en una mesa que, obviamente, es insuficiente para los que somos, se nos queda bastante pequeña. «Ahora vengo a tomaros nota».
El «ahora vengo a tomaros nota» se convierte en tener que subir dos veces a ver si es que a la camarera se la había tragado el monstruo de los ojos verdes. Después de dos recordatorios, baja. Pedimos una ronda rápida, y le pedimos la carta. Cuando vuelve con las bebidas le decimos que si hay posibilidad de movernos a una mesa más cómoda, que queremos comer. Ella asegura que hay una mesa que se va a marchar en cuestión de minutos, y decimos que mientras vamos a mirar a ver qué queremos.
Pasan los minutos y, con nuestras consumiciones ya acabadas, empezamos a impacientarnos. Decidimos darle cinco minutos más, y si no vuelve, subir, pagar y buscar otro sitio donde cenar, aunque ya se ha hecho bastante tarde y nos va a costar. Minutos después aparece y nos dice que la mesa ya está. Ya sabíamos lo que queríamos, y lo pedimos al dedillo. Les suplicamos que lo traigan todo junto, pues cada uno va a tomar un plato.
Sale una tosta. Como vemos que a los minutos no sale nada más, nos acercamos al camarero y le decimos que, por favor, lo traiga todo junto. Él creía que íbamos a compartir, y se ofrece a llevarse la tosta y traerla de nuevo caliente. «No, no, no te preocupes». Salen el resto de platos: yo había pedido una hamburguesa que no estaba mal, pero es normalita. Mis amigos los que habían pedido tostas se percatan de que una, cuyo ingrediente principal era el aguacate, no tiene. Volvemos a preguntar al camarero, que se va a preguntar a cocina. Cuando vuelve nos dice que el aguacate se ha acabado y se ofrece a cambiarla. Mis amigos declinan la oferta, pero la verdad es que podían haber avisado antes, en lugar de ponerla como si no pasara nada.
Y este detalle, precisamente, es lo que menos me gustó. El resto me lo trago, porque mira, el bar estaba lleno, era Navidad y entiendo que la gente está como loca por salir, así que suele haber mucho trabajo, gente de vacaciones, extras que desconocen su trabajo… Pero no me traigas un plato a medias y cierres el pico como si no pasara nada, porque me vas a cobrar el mismo precio de la carta pese a que le falta un ingrediente principal. Salvando las distancias (monetarias) es como si pides un plato acompañado de foie y cuando llegas, el foie ni está ni se le espera, pero nadie dice nada. ¿No os parece raro?

A great little spot. Nice food, and a laid back friendly crowd. I loved it.

Normalito. Pedimos un par de vinos tipo Rueda y nos pusieron unas aceitunillas. Como era poca cosa, pedimos una coca catalana de verduritas. El hojaldre era muy bueno y, menos mal porque las verduritas eran la mar de escasas.
Esto nos desanimó, así que decidimos ir a cenar a otro lugar. Pedimos la cuenta y resulta que nos cobraron mal. Se lo reclamamos a una de las camareras y, ni corta ni perezosa, nos dice que el precio del cartel que hay colgado en la barra es erróneo y se va. No sabemos si nos van a devolver el dinero o no. Viene su compañera, le contamos lo que ha pasado y ninguna respuesta. Así que vuelve la primera camarera y nos dice que ya nos ha dicho que es un error, que qué queremos, pues… Blanco y en botella: nuestro dinero!!!
No creo que vuelva, lo siento. La atención fue muy muy mala.

Siempre que vengo me sorprenden! Tanto de carta como de menú. Todo muy casero y realmente sabroso.

When we visited Madrid, we went to a LOT of different restaurants. None came close to this one. The food was amazing, the atmosphere perfect. I am writing this review, more than a year after I went there, and it is still strong in my mind. Don’t go anywhere else, this place is the real deal.

Tiene un encanto personal del que te enamoras. Comimos de menú por 10 € postre, bebida y pan incluido. Muy, muy bueno. Lo recomiendo! Uno de los mejores lugares de Madrid, sin duda alguna.

#juevesdereseña Este sitio ideal para tomar copas, pero lo que me ha sorprendido realmente…¡Es que la cocina está abierta hasta la madrugada! Llegamos a la 1:00 y nos dieron de comer, se cuenta y no se cree. Tampoco imaginéis que la comida es muy allá, son tapas y cosas de picoteo, pero a esa hora te sabe a gloria.
Los mojitos estaban muy buenos.

Deambulando por las calles nos encontramos de frente con dos garitos, y lo que tiene el nombre… nos decidimos por este. Así a primera vista de calle era un sitio normalillo con una barra y un par de mesas, pero al entrar a la vez que otro grupo que ocupó la última mesa nos obligó a recorrer un poquito más el local y fué todo un acierto. A través de un pasillo llegas a otra estancia donde las mesas estaban más preparadas para cenar, así que nos dimos la vuelta y encontramos unas escaleras que bajaban a una sala decorada muy camarote-​urbano (ni idea de términos de decoración tengo yo). La cosa era que había unas 4 «mesas» (digo porque una rea un palé, la otra una especie de rejilla…) donde podías tomarte tapas/​copas.
Nosotros nos decidimos por lo último, mojitos y caipiriña (es toda la oferta de cócktel que tienen). Los que os queráis coger una buena cogorza… muy recomendable, vamos que estaban cargaditos de 3 pares de narices. Así que… para gustos colores ;-)
La oferta culinaria era amplia y los precios no estaban muy pasados, así que igual en otra nos olvidamos del alcohol y nos pasamos directamente a la comida *seguiremos informando*

Sitio muy recomendable, fui un sábado a mediodía, los sábados ofrecen un menú (mínimo para dos) de un buen entrante, paella (muy buena también) y postre.
El servicio excelente, las camareras muy agradables y atentas; estábamos celebrando un cumpleaños y nos invitaron a una botellita de crema de orujo.
En cuanto al ambiente, también muy bueno, muy muy agradable y tranquilo, tienen un patio al que puedes salir a tomarte el café al fresquito: D

Normalito ito. Del mismo rollo que todo local abierto en estos dos ultimos años, acogedor, antiguo, con camareras en camisetas de tirantes (O_​O), camareros con bigote, en fin la zona es lo que tiene… surge una idea y los demas lo copian.
Solo recuerdo que a la segunda caña nos pusieron un miniguini de tortilla, entiendase por miniguini una pizca o similar, que cayó bien en el estómago y asi poder irnos a cenar a algun sitio donde saciar el hambre y dejar de calentar la boca con caña sin tapa.
Pdta, dicen que se cena/​come bien pero no tuve el placer porque estaba lleno y porque la idea de cenar croquetas «caseras» y tortillas en grupo me aburre.

Sí, el sitio es agradable, siempre que no estés sentado al lado de la puerta en un dia frío porque la gente debe tener cortinas en casa y no la cierra nunca.
El trato del personal es correcto y agradable aunque no se destaca por su rapidez y profesionalidad.
Hablando de gastronomía, los platos son bastante irregulares, muy ricas las cocas de calabacín y queso de cabra, los huevos a la flamenca, los pimientos rellenos, las papas con mojo… pero bastante discretos, por no decir malos, los arroces que ofrecen fuera de carta y unos callos mal lavados,
¿Vinos? Sólo tienen 3: un blanco de Rueda y 2 tintos, un Rioja y un Ribera lo que te facilita bastante su elección pero la limita en exceso.
En definitiva, bastantes cosas que mejorar en un local privilegiado por su ubicación y estructura.

Conocí el lugar ayer por la noche cuando una amiga quería tomar algo para celebrar su cumpleaños. Había reservado una zona en este lugar. El nombre lo cierto es que me hizo pensar en algo con una decoración pobre y más aceite en el plato que otra cosa.
Me equivoqué y me alegro mucho de haberlo hecho.
El lugar es encantador. La decoración, mesas, sillas todo tiene su encanto. La música no está demasiado alta ni demasiado baja y te permite hablar sin tener que alzar la voz. Los servicios están perfectos y muy divertido el detalle del lavabo compartido con el de caballeros.
La atención es buena y sobre todo, la comida está rica. Probamos las croquetas, pinchos de tortilla, quiche y un hojaldre con calabacín y queso de cabra. Todo buenísimo.
Vale la pena ir, además lo incluyo como cafetería con encanto de Madrid en mi guía. Malasaña nunca deja de sorprenderme. Cada día me gusta más ese barrio.

Es el típico sitio que lo ves y piensas: joder, esto es la definición de lo cool: Minimalismo en la decoración, sensación de limpieza, colores planos…
El sitio está muy bien, para qué negarlo. Además de para una cervecita en lo personal nos salvó una noche que íbamos a un concierto en el Teatro Lara y tienen una carta de platos y raciones bastante original. Comimos una Provoleta y unas empanadillas muy ricas. De hecho desde ese día nos queda pendiente volver al menú del día que tenía buena pinta.

Es un sitio cosmopolita y moderno en el que uno se siente muy agusto charlando y tomando una tapa. El domingo pasado tenían una música brasileña magnífica con el volumen de sonido y la acústica correcta… agradable.
El ambiente es lo más destacable de este sitio. Si estoy cerca seguro que me paso a tomar una cervecilla.

El Circo es de esos bares socorridos a los que no puedes dejar de ir. La decoración es muy en plan IKEA, con tres ambientes distinguidos: la barra, con dos mesitas; el salón central, donde sirven menús del día (que, según me han dicho, no están muy allá) y una zona estrecha con sofás ideal para grupos de entre quince y veinte personas. Yo estuve en esa parte en un cumpleaños, y la verdad, me pareció un sitio muy acertado para cualquier tipo de celebración.
En invierno hace bastante frío, pero creo que el local es bastante chulo y tranquilo como para tomarse algo a cualquier hora. Yo suelo ir de sobremesa a tomarme un gin-​tonic si como de menú por cualquier restaurante cercano, y la verdad, se agradece la tranquilidad que se respira a esa hora en el local.