Crátera

Organizamos una comida de varios amigos ahí y fue un gusto, porque todo se gestionó antes de venir, vía email con uno de los camareros, muy amable.
La verdad es que aparte de ser muy barato, 10 €/​persona los dos platos junto con el postre o café a elegir, los platos eran grandes, yo no conseguí acabar ninguno porque soy de poco comer. Pero la verdad es que te sirven bien.
El menú es bien extenso y el nivel calidad precio está realmente bien. Para el dinero que pagamos, nos atendieron como a unos reyes.
Sin más, muy recomendable.

Una de esas veces en las que a la familia le da por pasar el día en Madrid y, de paso, ver a los hijos, sobrinos, etc., una llamada mañanera (demasiado mañanera, era domingo) me alertó de que mis tíos se presentaban en la puerta de mi piso en dos horas más o menos. Venciendo a la resaca y a los improperios que se me pasaban por la cabeza por tener que hacer de guía en la única mañana en la que podía dormir, me di una vuelta por el barrio.
Como sabía que lo que a mí más me gustaba, El Lagar, no les iba a agradar y encima estaba cerrado, hice una pequeña expedición a ver qué encontraba en los alrededores. En plena calle Marqués de Urquijo está Crátera, posiblemente la cafetería más sobria y elegante de la zona. Un establecimiento amplio y muy tranquilo, ideal para tomar algo sin mucha luz ni jaleo. Pedimos un par de cañas y una tosta de setas con jamón y queso, muy buena por cierto y que fue recomendación expresa de la camarera. Minipunto para ella.
A mis familiares les llamó especialmente la atención la extensa carta de vinos que ofertaban y de la que cataron un par de referencias.
Yo no soy muy de cocina elaborada y pinchos experimentales, pero lo cierto es que todo tenía muy buena pinta. El precio, claro, no es el de las raciones que te puedes tomar en El Lagar, pero como pagaban ellos…
Ahora que llega el buen tiempo, ponen terraza.

Conocí este local porque hace unos años realicé una exposición en él.
Crátera estaba adscrito al programa de «arte joven» de la comunidad de Madrid y ellos me seleccionaron para ocupar su espacio por un mes.
Mayormente estuve en contacto con los camareros que fueron muy amables y me ayudaron en todo momento (uno de ellos incluso me compró uno de los cuadros!).
También conocí a uno de los dueños (no sé si son varios) que me resultó muy agradable.
Desde que suspendieron el programa de exposiciones y recitales de la comunidad (gracias a los de siempre) la verdad es que no sé si siguen programando exposiciones o no.
Como vinatería tienen una gran oferta y a la vez son un restaurante de cocina de autor. Yo no he comido alli, pero he visto la carta y tampoco podría aunque quisiera, ya que casi todo lleva jamón.
El bar es muy elegante y a la tarde bastante tranquilo.
Los precios acorde con el diseño y el tipo de clientela.