D. O. C. C.

Wife and I went to this small place for breakfast one morning while visiting Madrid. Walked in and was greeted as we sat down. Place was busy but not packed and very clean! After a couple of minutes the waitress came over to ask what we wanted then realized we only spoke English. She seemed embarrassed that she assumed we spoke Spanish (which was fine since we actually were the only ones in there that didn’t speak Spanish). She immediately went and got us a cpl of English menus then took our order. They don’t have a huge breakfast menu but have hot and cold sandwiches along with toast and a few pastries. Food was very good and reasonable. Would definitely go back just based on the great service from our waitress, but the food was also good and cheap!

Tome barrita con tomate. Hay algo en el pan integral que no me convence! No me entusiasmal. Lo dejo a criterio.

La injustificada POCA fama de este lugar me recuerda a eso de que más vale caer en gracia que ser gracioso. Por ejemplo, no sé porqué no había hecho antes una reseña de este lugar porque la idea es estupenda: servir productos de calidad con denominación de origen.
Todos los embutidos y pinchos en general están estupendos y los precios para la zona son razonables ¿Por qué no es un sitio más famoso? No sé, quizás por ese aire externo de tienda más que de bar. No solo me gusta mucho sino que frecuentemente lo he recomendado como una de las mejores opciones para desayuno o tentempié de ibéricos (brunch sin huevos benedict) que hay por la zona.

He estado pocas veces en el D.O.C.C. (Denominación de Origen de Calidad Contrastada) y siempre me han tratado bien. Aunque la mayoría de las ocasiones ha sido para para tomar café, la comida que he probado ahí me ha gustado mucho, sobre todo un pincho de tortilla muy logrado que tienen. El sitio es muy luminoso y tiene una decoración sobria, lo que resulta bastante agradable. Tendré que acercarme más a menudo para descubrir su amplia carta, que se compone fundamentalmente de bocadillos, pulgas y ensaladas.

«Denominación de Origen de Calidad Contrastada» es el significado tras las siglas de este pequeño bar que ha abierto recientemente sus puertas y al que ya se ha abonado la mayor parte del personal ocioso de mi centro de trabajo (yo estuve fuera de mi horario por alguna extraña razón). Aunque visto desde fuera parece bastante aséptico y normal, con su pantalla de televisión enorme, su escasa decoración aparte de las estanterías con latas de aceite y vinos para vender, y lo cutre que resulta la nevera con productos para llevar, la sorpresa viene a la hora de los aperitivos y raciones: un platito bastante abundante de embutidos catalanes o quesos manchegos con colines en el caso del primero, o unos platos inmensos con un poco de todo en el caso del segundo, ¡y encima está todo bueno! Ah, y tienen cierta alternativa vegetariana si esa es tu opción.
Pero lo realmente impresionante es ver que, tras varias rondas de bebidas (por cierto que las copas de vino son bastante generosas), varios aperitivos y un par de raciones, el monto individual es el mismo que hubieras pagado en cualquier otro sitio de la zona por apenas dos refrescos, pero saliendo comido y bebido, en especial esto último.
Una opción más que aconsejable para las cañas del mediodía, maldita sea.