Diverxo

Estoy dudando si ponerle 5 estrellas o 4… Nunca antes había estado en un restaurante de 3 estrellas, ni me había gastado nunca tanto en una comida.
Reservamos en septiembre para la primera fecha que había libre, el 9 de marzo…7 meses, eso también influye ya que las expectativas se acrecentan conforme pasa el tiempo y va llegando el día.
Llegamos a las 21h y nos recibieron con un «buenos días» que nos dejo un poco perplejos y que esperasemos que nos estaban preparando la mesa… cuando estuvo lista subimos al salón que estaba medio en penumbra, las mesa estaba preparada y detrás de una cortina, como el resto de mesas de la sala. Nos sentamos y nos empiezan a servir el desayuno madrileño según Dabiz, la verdad es que es todo un poco desconcertante pero curioso, después de ese «desayuno» que es el primer lienzo aparece ya el maitre que nos explica los menús (la duración y cantidad), optamos por el intermedio y un vino de montsant que era más bien normalito (32 euros).
No voy a recrearme en cada plato, todo estaba increiblemente bueno y una cantidad abundante, acabamos bastante llenos, en total eran 8 lienzos pero dentro de alguno había variantes y es como si fueran en total unos 12 –13 platos. El servicio fue muy bueno, aunque para mi gusto fue demasiado rápido, casi no había pausa entre plato y plato fueron 2 horas y cuarto casi sin parar… me gusta algo de tiempo entre cada plato para poder «analizar» por así decirlo el plato anterior.
Al final salimos por 210 euros cada uno, es muchísimo dinero lo máximo que había pagado eran 70 euros… salí muy satisfecho y contento del restaurante es verdad pero… no sé si me volvería a gastarme tanto dinero y si lo hiciera probaria antes otro restaurante de este nivel para poder comparar y tener un punto de vista más amplio. El mayor problema al que se enfrentan este tipo de restaurantes según mi opinión es que las expectativas son altisimas, y no es que decepcionen sino que puede que no te hagan sentir lo que esperabas o lo que te habias imaginado.
Pese a todo no me arrepiento y me volveria a gastar ese dinero sin pensarlo, para mi fue una muy buena experiencia y salí muy satisfecho.
No le voy a poner las 5 estrellas, pese a que la comida fue magnífica porque quizas me esperaba algo más, me falto esa sensación de querer reservar o volver enseguida que si he tenido con otros sitios.

Truly delicious, a must try.
Delicioso, todas las veces que ido por ahora, esta todo de de vicio. He tomado una torta de salmón, buenísima y de aspecto que da hambre. La cocina es un chef creativo de 3 estrella con una decoración de ensueño
. La verdad es que esta apuesta por añadir esta restaurante junto con la renovación de hotel Eurobuilding es todo un éxito.
Puedes comer, coctail bar o tomar una buena merienda.

My first 5 rating. What an amazing experience — artistic and creative from the moment you walk into the eccentric Willy Wonka-​like décor to the wonderful friendly and fun staff to the delicious and preeminent cuisine. Do not, do not pass this up or put it on your bucket list.

Uf, ¿por dónde empezar?
Podría escribir una reseña larga y farragosa, describiendo con todo lujo de detalles cada «lienzo», cada uno de los momentos que viví a lo largo de las más de 3 horas de experiencia gastronómica que supone comer o cenar en Diverxo…
Pero creo que no serviría de nada, sobre todo porque lo MÁGICO de esta experiencia es que no se puede explicar con palabras, ni con imágenes, hay que vivirlo y sentirlo, con los 5 sentidos (¡y porque no hay un sexto, que si no también lo utilizarías aquí!
Además, soy de la opinión que es mejor ir sin conocer, llegar «virgen», dispuesta a sorprenderte y dejarte sorprender… Yo misma cuando supe que iba a ir (reservé justo con 6 meses de antelación), no quise indagar demasiado, ni ver fotos. Ahora lo agradezco.
Algunas «pinceladas» sobre mi experiencia, o más bien datos curiosos que llamaron poderosamente mi atención.
–El local está exquisitamente decorado. No sabes bien si estás en el País de las Maravillas, en una nave espacial o en casa del hombre Michelín. Cada mesa es distinta, estás como en tu propia nube, no reparas en las demás, y eso es algo que me encanta.
–Todos los empleados (al menos los que están en sala) van vestidos iguales, en azul o rojo, con gafitas de culo de vaso sin cristales (!), con nike. Pero más que eso, son todos/​as auténticamente majos, y recalco lo de «auténticamente». Con ese punto justo entre amabilidad, empatía y rigor.
–El menú consta de 7 lienzos (que no platos). 7 lienzos que el mismo David elige según le inspire y vea desde su mesa de operaciones la mesa. De esta manera, cada mesa tiene un menú distinto, customizado por así decirlo. Eso sí, previamente se pregunta si hay alguna preferencia o no por algún tipo de alimento.
–Cada lienzo es como un acto con un mismo hilo conductor, pero con distintos momentos dentro del mismo acto. Cuando crees que vas por el tercer «plato», sigues aún en el primer lienzo que todavía no ha acabado.
Cada uno de ellos es especial y único, con distintas «actuaciones» tanto por parte del comensal, como por parte del personal del restaurante.
Aquí no descansa ni tu estómago ni tú mismo, ya sea porque te tienes que mover, porque tienes que oler, saborear o tocar.
–Los postres, al contrario de lo que he podido leer de otras reseñas, en mi caso sí estuvieron más que a la altura del resto del menú. Tremendamente originales y con un sabor, de nuevo, espectacular.
–El menú «normal» (hay otro que se llama «Glotón» que debe ser como el día del Juicio Final), aun constando de «solo» 7 lienzos, es MÁS que suficiente. Tanto que llegados al último postre a mí por lo menos ya no me cabía ni una gota de agua en mi ser.
–En definitiva, la sensación unánime de las 4 personas que cenamos fue que el menú es barato no, ¡¡lo siguiente! teniendo en cuenta el nivel cuantitativo y sobre todo cualitativo de la experiencia.
Sin duda, vale las 3 estrellitas que tiene. Aunque no me voy sin decir antes que me hubiera ido mil veces más satisfecha y contenta si David se hubiera pasado 1 minutito por cada mesa. Creo que no cuesta mucho, y es una manera de establecer un contacto directo con el cliente, que ha estado esperando pacientemente durante tantos meses para que llegue ese momento. He estado en otros restaurantes Michelín y siempre he podido saludar y conocer al chef, y darle personalmente la enhorabuena. Pero en este caso, me da la sensación de que David Muñoz quiere seguir apostando por esa actitud de chef no mediático, invisible, como si su obra fuera a degradarse por el hecho de abrirse a su público…

Culinária exclusiva à partir de frutos do
Mar. Sugiro o camarão saltado! Acompanhado com uma jarra de sangria.

Tercera visita a DiverXo anoche, en la que disfrutamos de su XOW largo… ¡y qué bien cenamos!
¿El único problema? Que la experiencia gastronómica de DiverXo no se puede contar con palabras, no se pude mostrar con fotos. Hay que vivirla. Hay que sentirla. Hay que tocarla con las manos. Hay que saborearla. Así que no sé muy bien qué poner en esta reseña, ya me perdonaréis :D
Pero a ver, intentaré decir algo. Simplemente puedo decir que la experiencia de DiverXo es de 10, en todos los sentidos, y que si vas con ganas de dejarte hacer y dejarte sorprender, alucinarás. Creo que no hay otro verbo para calificar la experiencia.
Mesas enormes, sillones comodísimos, personal simpático y cercano que explica todo y sigue el juego, luces que van y vienen, cortinas que se corren para un lienzo (experiencia) concreto… vamos, una maravilla. Y sorprende también el uniforme violeta, ni más ni menos, del equipo de sala :)
Y por cierto, si en mis dos anteriores visitas a DiverXo los postres me habían dejado un poco más indiferente (especialmente comprándolos con las sensaciones que me habían dejado el resto de lienzos, claro), en esta tercera visita subieron muchísimo de nivel en este aspecto y disfruté mucho desus sabores, de 10 (además de ser preciosos), así que mi enhorabuena por la mejoría (o al menos por haber mejorao *mi* experiencia).
En fin, que a DiverXo hay que ir. Hay que ir y vivir la experiencia. Y disfrutarla ;)

Un lugar espectacular, sin duda, aunque cada vez hay que reservar con más antelación. Se nota el efecto de las 3 estrellas Michelín y que el chef, David Muñoz, cada vez es más mediático.
Su Xow, como él lo llama, son en realidad 2 menús, uno más largo que el otro. No hay más. Eso sí, cada plato es un tour de force creativo, con gran producto y una gran puesta en escena que, con el tiempo, va adquiriendo más y más protagonismo.
Pero pese a todo lo artificioso que a algunos les pueda parecer esta propuesta gastronómica, lo cierto es que los platos de DiverXO están ricos. Luego hay mil juegos con texturas, sabores agripicantes, mezclas curiosas, untuosas, saladas cuando esperas dulce y al revés, pero sobre todo, está bueno.
Los postres es, para mi gusto, lo único que, pese a estar buenos, no tiene el mismo nivel que su cocina salada.
Eso sí, los precios están en consonancia (200 euros el menú largo, y sin bebidas). Ahora, además, hay que sacar «ticket» en la web, con lo que se pagan 60 euros al hacer la reserva que se descuentan de la cuenta final cuando vas.

Hands down, the best meal I have ever had was at Diverxo. I still think about the meal I had at Diverxo almost every day, since my experience here was just unbelievable. I would give this place so many more stars if I could. Any time in the future when I’m in Spain, I will make a stop in Diverxo for a visit, this place was just that good! I’m a relatively newbie in the Michelin star restaurants, but when my boyfriend and I were in Madrid, we knew we had to splurge and dine at Diverxo. Actually, the price is pretty reasonable for a 3-​star Michelin restaurant when compared to other 3-​star Michelin restaurants in the United States, so to me, this seemed like a relatively good bargain for the quality of meal and experience we had.
Anyways, the restaurant itself is located in a pretty unassuming part of Spain. When I first got there, I was certain we must have come to the wrong area actually. But nope, we were in the right place. The interior itself is pretty sparse, and has some whimsical decorations that I was first confused by, but then by the end of the meal, I found to be really endearing.
The best way to describe my meal was an ADVENTURE. Everything on your plate can be – and is meant to be – eaten. For example, that means that even the little flower petals on your plate, which you thought were just decoration, actually were thoughtfully prepared and complement the dish. It won’t be a tasteless petal, but it will be packed full of unique flavors that just fit the dish perfectly. One of my dishes had a baby corn as part of the dish, wrapped in what appeared to be charred foil. However, fear not, it was not foil — not sure exactly what it was but it made eating that baby corn a whole lot more fun. Diverxo will create dishes you never in your wildest imagination could have thought up – I had carrot foam, which I never would have thought was even possible. The presentation of the dishes was absolutely stunning, they were like works of art, with every ingredient, drop of sauce, etc. strategically placed. Diverxo creates not just an experience for your taste buds, but for all your senses. All your courses in the meal are united by a common theme, and they provide you with a paper description of your dishes that explain everything.
Service here was beyond top-​notch. You are serviced by at least a dozen waiters/​waitresses, so it seemed. Everything was perfectly timed and executed, you never feel rushed, you also are never waiting around for an excessively long time for your next course. If you request, you can have a waiter/​waitress speak English. I consider my Spanish to be fairly good, but even I had some trouble understanding the fancy food-​preparation terms that aren’t used in every day language, so we ended up having an English-​speaking waiter explain all the dishes to us, which they were very kind about.
Book early!!! I’d recommend months ahead of time, if you know your plans that far ahead of time. This place gets filled up quickly, as I’m sure you can expect. My experience was memorable, fun, whimsical, adventurous, delicious, etc. — and I’m sure yours will be too. I cannot say enough good things about my experience here. Happy eating :)

Muy buen restaurante, la verdad es que tanto oír hablar de el quizás hizo que me esperara más. Pero en general todo muy bien. El servicio excelente y el precio elevado.

Two years later and the third Michelin star and I finally went back.
They moved locations and the new place is awesome. It’s a mix from Alice in wonderland and Goofy’s kitchen. It’s like being an assemble character in a play.
Everything was amazing. No wonder why it’s the only 3 star in Madrid.
Totally worthy but be ready to pay good money.
Cheers

Hace tiempo que no escribo pero vengo fuerte hoy, he ido a Diverxo. Sin duda uno de esos restaurantes a los que vas a una «experiencia gastronómica» en toda regla. Sin duda hay que ir, puedes salir enfadado, desilusionado, asombrado, maravillado, etc. pero nunca indiferente. De alguna manera te hará saltar alguna emoción. Sin duda arte llevado a la gastronomía.
Fuimos de los primeros en disfrutar del nuevo local en el hotel NH. Sinceramente, no me apasiona su aspecto. Soy algo más tradicional de lo que el local me puede ofrecer. Esos cerditos y mariposas no los llego a entender. Eso sí, unos baños espectaculares y una idea muy buena la de terminar lo platos en una cocina central de apoyo en el centro del local.
El servicio es maravilloso. Se aleja completamente de ese anticuado camarero con pajarita. Chicos jóvenes, sin miedo a dirigirse a los comensales y muy divertidos. A ver si empezamos a dejar de lado ese toque tan retrógrado en la gastronomía española. Se agradece, y mucho, este paso hacia adelante. Pero que no os confundan mis palabras, quizás el mejor restaurante a la hora de llenar las copas de vino, el agua con el vaso siempre lleno, etc. Sabían de lo que hablaban, conocían a la perfección todos los platos. Es decir, al nivel de un 3 estrellas como lo es el restaurante.
La comida, lo dicho, una experiencia. Esta vez no tengo fotos de todo porque hay que dejarse llevar en sitios así y dejarse de lado con cosas que puedan desconcentrarte. Hay dos menús y tiramos por el más pequeño, si escogéis el largo hay que ir con mucha, mucha, hambre.
Cada plato que llega es un lienzo a medio desarrollar. Con cada añadido van completando el plato. Muy curioso.
Primero traen unas palomitas y van lanzando unas esferificaciones de un ketchup que elaboran ellos, por la mesa. Incluso dan a cada comensal una para que la lancen también :D. Iba acompañado de una salsa oriental.
Luego llegó el primer lienzo. Unos corazoncitos de pato (que no te dicen lo que es hasta el final para no desagradar) que estaban muy buenos, con un toque a churruscadito muy acertado. Iba acompañado de un aire de naranja, cerezas confitadas (creo recordar) y una salsa de naranja sanguina.
Otro plato estaba compuesto de unos gnoccis muy suaves con un espagueti de Xerez (me imagino que elaborado con gelatina natural) y una salsa holandesa muy curiosa.
El plato que a mi más curioso me pareció fue el de un cangrejito frito. El caso es que se pescan estos cangrejos justo cuando están mudando el caparazón y están muy tiernos. Luego nos colgaron de la lámpara, literalmente, unas cabezas pequeñitas de una especie de gamba asiática. Estaba secada y luego frita. Es una tontería eso de colgar de un hilo sobre nuestras cabezas algo así, pero quizás es de lo que más me acuerdo de la cena. Sin duda algo tiene para que afecte así.
Un plato de carne y pescado muy interesante era el aquel en el que, sobre pan crujiente, llegaban unos pescaditos muy pequeños. La verdad es que no me gustó mucho eso de tomar unos pescaditos tan pequeños, soy algo contrario a eso. Luego llegó al mismo lienzo, una carne exquisita con salsa de mostaza, lima y trocito de papaya. Iba acompañado de otro elemento pero que no mencionaré para no desvelar secretos y sorpresas ;)
El postre me fascinó, un plato (recipiente) muy curioso. Prefiero no decir nada de ello. Tan sólo que estaba riquísimo y un sabor y texturas perfectas.
Para acompañar a los cafés e infusiones nos pusieron unos heladitos de colacao y un mochi de galletas maría cubierto por un algodón de azúcar con sal de aceituna.
Poco más puedo decir, es muy difícil describir este tipo de comida que va por fases y los platos cambian a lo largo de la cena. Simplemente decir que, si se tiene la ocasión, hay que ir. Es una experiencia de la que saldrás más o menos contento pero que recordarás toda la vida. Yo estuve ahí, podrás decir dentro de años. Quizás, por poner una pega, la falta de variedad. Todo muy centrado en el continente asiático acaba provocando que los platos nos sepan muy parecidos unos a otros por culpa de las especias a las que no estamos acostumbrados en Europa. No obstante se soluciona con la acertadísima variedad de texturas que tiene cada plato. Quizás eché en falta ese toque de cocina española, se nota que lo intentan meter pero, con calzador, quizás. Una pena que en el único restaurante 3 estrellas de la capital española pase eso. Pero eso no es culpa del chef, él tiene su estilo y debe ser fiel a él sin duda alguna.
Espero volver algún día.

Of all my Michelin star experiences this one blows everything out of the water. Being the only Michelin 3 star in Madrid I knew DiverXO would be good but nothing could truly prepare me for what I would experience.
The restaurant is located in a neighborhood of Madrid where you would never suspect this kind of place being located. Nestled between a grocery store and an ugly apartment building the restaurant seems out of place yet strangely at home.
The first thing you notice when you walk in is the casual atmosphere, something you rarely find at a Michelin 3 star. While very efficient, it becomes immediately apparent that the staff is more interested in entertaining you than putting on airs. The first thing that happens after you are seated is that a bag of popcorn is scattered across the table and you are then handed small balls filled with some kind of tart liquid that you are asked to splatter over the popcorn. This gives you an introduction to the surreal, epic culinary journey which you are about to embark on.
When you launch full-​on into your meal you realize that you are having an experience that very few on the planet ever will. Each course was more imaginative than the last and took my taste buds on a cosmic journey akin to consuming magic mushrooms. Many times the staff likes to play «tricks» on you by serving a miniature version of a given dish and as you consume it they swoop in and proclaim that you have just devoured the soul of the animal while presenting you with the full-​sized version. Much like the fabled El Bulli, DiverXO aspires to be more gastronomic laboratory than restaurant so you are truly on the cutting edge of culinary adventure here.
If you are anywhere near Madrid run to this food Mecca while it is still relativity unknown and inexpensive. My prediction is that within a couple of years it will overtake NOMA in Copenhagen as the best restaurant on the planet.

Tras haber salido de DiverXo, aún con todas esas explosiones aún en el paladar (y en la mente), uno se queda con una absoluta sensación de vacío. Porque, después de esto, ¿qué?
La realidad es que entrar en uno de los mejores restaurantes del mundo y ver cómo trabaja uno de tus ídolos tiene un aura mística que es difícil de explicar. Todo es pura magia.
Empezamos desde cero. Porque, si alguna vez habéis entrado en el circo o habéis escuchado a The Who sabréis de que hablo. Sentarte y que, sin darte tiempo a asimilarlo, te lancen una explosión de palomitas (porque aquí, como nos dicen y os digo, se viene a formar parte de un espectáculo), es solo comparable a que llegue Pete Townshend y te cuenta el Baba O’Riley en el salón de tu casa. Una maravilla.
Porque, ¿qué es DiverXo? Si me lo preguntan antes, diría que un restaurante. Si me lo preguntáis ahora, diría: una experiencia. Y probablemente una de las mejores de mi vida. Inexplicable hasta agotar adjetivos, todo el servicio empieza a desplegar ante tus sentidos cada lienzo de los que forman parte del mundo de Dabiz Muñoz. No sabes, porque no puedes, quedarte con nada… las sorpresas se suceden como en una gran obra con múltiples movimientos, que nunca quieres que acabe.
La verdad, la pura verdad, es que no se puede explicar con palabras todo este universo contenido en los bajos de una calle cualquiera de Madrid. Porque –ahora, y sólo ahora– ya lo sé: he tocado con mis manos el cielo, porque he visto cómo trabajan los genios.
He conocido de cerca la magia y la sinfonía de un lugar llamado DiverXo.
Y volveré. Una y otra vez.

Recomiendo este sitio para conmemorar un momento especial y no lo digo por las 3 estrellas michelin ni por el precio. Los platos ideados y creados en DiverXo son de un genio y de una dedicación del equipo plena de corazón y alma. Sino, no sería posible asimilar tales combinaciones tan opuestas y contradictorias pero que crean una espléndida sensación de unami en boca.
Es un cocina arriesgada y aventurera, a mi entender no apta para todo el mundo ya que creo que el comensal debe tener alguna cultura gastronómica desarrollada más allá de la paella, el cocido y el lechazo. La mayoría de los platos contienen fuertes influencias asiáticas por lo tanto es importante que tengas en cuenta que si no eres amante de los sabores y texturas extranjeras posiblemente no disfrutes del todo esta experiencia gastronómica.
Me sorprendió gratamente lo lleno que acabamos eligiendo el menú largo, creo que es verdad que con el menú corto es suficiente, pero mi opinión es que dejas de probar muchos platos que son necesarios para llevarte el impacto completo de DiverXo.
El servicio a la par de un restaurante de esta indole sin apabullar al comensal con excesivas visitas a la mesa. Y para los amantes de la gastronomía, agradecerás las explicaciones detalladas de los platos y la información adicional de algunos de los ingredientes utilizados de los platos de la velada.
Como critica constructiva, si diria que lo que mas flojea son los postres, tuve la impresion que el equipo no disfruta tanto elaborando los platos que cierran la cena y me hubiera gustado ver algo mas de ese genio con los dulces.

Invitado por mi mujer para celebrar su 50 aniversario y llevados por el interés de la 3ª estrella para David Muñoz, nos decidimos a conocer Diverxo. Al llegar nos recibe Ángela y nos lleva a nuestra mesa, buena ubicación dentro de la sala pero con la mala suerte de lindar con otra mesa donde había una comensal que más que hablar, chillaba con el consiguiente malestar. Pedimos unas cervezas para relajarnos y disfrutar del ambiente, antes de comenzar con la cena propiamente dicha, pero no nos dio tiempo a tomar 2 tragos cuando ya estaban trayendo el entrante de las vainas con salsas sin haber podido elegir el vino y sintiéndonos algo abrumados por la cantidad de inputs recibidos en muy poco tiempo… Menú difícil de interpretar, extensa carta de intenciones del chef, así pues tuvimos que ponernos las pilas con la cerveza porque ya traían el primero y el vino sin venir. Por fin, nos centramos y pudimos disfrutar de los platos que sucesivamente iban saliendo como cuadros del estudio de un pintor. Extraordinarios sabores y texturas en la mayoría de ellos, aunque alguno me dejara más bien frío, quizás por las expectativas que traía. En cantidades el menú corto elegido es correcto y quizás echamos de menos algún otro postre. 240 € con bebidas incluidas y cafés no nos pareció excesivo dada la categoría del restaurante, la cantidad de personas que veías trabajando allí, yo diría que casi una persona por comensal y por supuesto el arte con que la mayoría de los platos estaban elaborados. A mejorar el timing de servicio y el local, bien decorado pero algo pequeño y mal situado en calle oscura y enfrente de un club de alterne.

No sé muy bien como enfocar esta reseña porque DiverXO no es un restaurante… es un espectáculo fabuloso, desde que entras hasta que sales, y la sensación que provoca perdura aún varios días más tarde.
No creo que sea el restaurante más apropiado para alguien con muchas manías, un concepto muy clásico de lo que debe ser un restaurante o la mente cerrada. Conozco a mucha gente que no sería capaz de apreciarlo. Y a otra mucha que sí.
Pero desde luego este es un lugar al que hay que acudir con la mente abierta y disfrutarlo con todos los sentidos. Es un restaurante, un ballet, una galería de arte… un sitio increíble.
Y partiendo de esa base, pretender decidir si es caro o barato comparándolo con cualquier otro restaurante con dos turnos por comida enfocado a llenar satisfactoriamente las tripas de su clientela… me parece un error. Aquí el precio es por el pack completo, que a mi me pareció arte puro, y después de dos horas y media de espectáculo y con la boca aún saboreando cosas tan alucinantes, 220 € por dos menús con vino y agua, me pareció barato. De verdad.
Según entras lo primero que te encuentras es la cocina, con una larga mesa donde los cocineros emplatan, dibujan esos lienzos fantásticos. Y allí estaba David el día que fuimos, con las manos en una de esas maravillas…
El comedor es pequeño, pero acogedor y bien decorado, y las mesas amplias.
Elegimos el menú corto aconsejados por ellos mismos (no somos de inflarnos), y el sumiller nos recomienda un riesling teniendo en cuenta nuestras preferencias.
La atención es exquisita. por la mesa van desfilando lienzos que se terminan delante de nuestros ojos. Un cocinero tras otro desfilan por nuestra mesa y nos explican lo que estamos probando… un ballet perfecto, en el comedor y en lo que se ve desde la cocina desde nuestra posición. Una maravilla.
Platos que se empiezan comiendo en la retina de tan bonitos que son, tan sorprendentes, cuidados… y luego con el olfato y el gusto, claro! tantos sabores increíbles, contrastes, sorpresa tras sorpresa! Sabores que se quedan en la memoria.
No tengo peros para el DiverXO.
Hubiese pasado la lengua por cada lienzo.
Sólo estoy muy agradecida de tener algo así en Madrid, y que su creador tenga esa política tan extraña y democrática a la vez para precios y reservas, que me ha permitido conseguir mesa en dos semanas y poder pagar sin pedir un crédito ;) (que no es para ir todos los días, vale, pero tampoco la ópera ¿verdad?)
Voy a volver. Tengo que volver!
(Recomiendan no sacar fotos, pero no pude contenerme…)

Estoy impresionado, emocionado y muy contento por haber venido a cenar a aquí.
El alto nivel de cada nuevo plato a modo de lienzos se mantiene hasta el final.
La verdad es que suelo extenderme mucho más en mis comentarios cuando las hago, pero me está costando ya varias semanas hacer un resumen de la cena ofrecida por DiverXO.
Es simplemente, excelente.
Un lugar donde voy a volver con toda seguridad.

An experience for your palate and eyes. Each dish is designed and presented beautifully — often with multiple parts and surprises. Even some of the plates are designed and created (and signed by the chef) specifically for each course.
Prefix dinner only — 7 courses for $ 95 or 13 for $ 145. They start off the meal with a poem of sorts — explaining the chef’s inspiration. They also explicitly say, no dessert, but we were surprised with one at the end!
We got the 7 course dinner (again, all pre-​fix, so you can’t order):
Edemame with olive and yuzu sauce
Young coconut soup with beans, scallops, clams, caviar; Sardine skewers came out midway through this course — You HAVE to scrape the coconut out of the shell, so yummy. We saw some newbs leave the coconut — what a waste!
Toasted squid, strawberry, yogurt, coffee («kimchi») — interesting sweet flavor.
Partridge broth with eel, tomato and, eel skin; also partridge toast and baby eel came out midway — The baby eels were a little weird (imagine a pile of thin worms… eek)
Tuna cheek (tastes like beef!) with peas, potato, mushrooms; Bone marrow on a potato came out mid — you get it…
Hayck? (some sort fish) chin with foie gras, mushrooms
White asparagus with venison, citrus zest; Toast with pâté of red mallard
Shrimp marinated in bone of red mallard; Red mallard with shrimp head and caviar
Brioche with oxtail and quail egg — This dish was GORGEOUS — a little bun with an egg perfectly on top
Cakes with grapefruit gels, foam, ice cream with a surprise mustard garnish (could have done without the mustard — they actually told us not to touch a small sphere on the side, then the waiter swooped in midway and smashed the mustard on our plates!)
If you count all the different parts of courses, we technically got In 10 dishes total. Was it the best meal I’ve ever had? Hard to say, but definitely an experience.

On our third day in Madrid, we ventured out of downtown for our first tasting menu of our Spanish honeymoon. It was lunch at DiverXo.
My initial impression was positive. Clean, white layout with sculptures of flying pigs hanging around. I like whimsical. We were quickly seated at a corner table. One surprising thing: considering how difficult it was to get a reservation, the place never really filled up.
We were given the option of two tasting menus for lunch and went with the smaller one along with the bottle of wine. What foods should be avoided, they asked. None, we said. Are you okay with a local pigeon? Sure. Sweetbreads? Hell yes.
We were then presented with an «artist statement,» where Chef Munoz explained his vision for the meal and a menu which did more to piqué our interest than explain what were were going to get.
Then our eight courses came out, one by one. They were all on canvases with the chef’s signature on them. Okay, he’s going for «food artist» here. You can definitely see that in all of the platings; all are visually stunning. The flavors were all delicious as well. If you’re not familiar, this is Asian fusion that is very much rooted in Spanish cuisine. You’re given a mini paint bucket where they put the «tools» you are to use for each course. And you’re always given a rubber spatula to scoop off excess sauce, a nice touch. Some highlights:
–seafood soup served in a coconut. Like tom kha gai taken to the next level.
–One of the meatier courses was a local bird served with a mushroom salad. This bird was very much like a chickeny beef. A very nice and unique flavor
–Large prawn served with red mullet sauce. This was part one of a two part puzzle. The second being where the red mullet was served with the sauce of the prawn. Then we were given the head of the prawn to suck. Probably the best part of the meal.
–Eel with chipotle sauce was served as a little pinxto to accompany the prawn/​red mullet course. They did a lot of that. Little bonus bites at the end of the course. I liked that.
–Sweetbreads! Always a highlight for me. They were served with a ponzu sorbet, though and we were told to mix them together. The sourness overpowered the flavored of the sweetbreads and was the one big miss of the meal for me.
–The dessert dumpling. It was sweet, but filled with lamb neck meat. This was the best kind of sweet/​savory combination.
The service was interesting. Despite the fact the place was not full and there was no lunch service after us, they seemed to rush things a bit. The first course was the edamame, and we were only halfway done with it before they brought our next course. They kept it on the table and we continued to eat it in between courses, but they came out so fast that we had hardly any time to finish the edamame. I normally wouldn’t quibble about service things like this, but for the price we’re paying and the attention they seemed to put on service, it seemed odd. As a whole, the place seemed stuffier than it needed to be. Everyone seemed to be eating and not talking, so other than the tribal music it was a little too quiet. I guess I just prefer a less formal atmosphere.
Quibbles about service aside, this was a very nice dining experience. While the flavors here may not have wowed me as much as the meals we had at Arzak and Tickets later in the trip, those two are rather hard to beat. I really enjoyed the flavors here and would definitely recommend it.

Mi restaurante preferido en Madrid, uni de esos sitios en los que sufres un orgasmo gastronomico en toda regla. El solomillo con textura de bacalao te deja hipnotizado.
Vete con ganas de comer y pasar un rato porque son 2 horas minimo.
Si quieres celebrar algo, invitar a un buen cliente o una reunion con amigos especiales, este es tu sitio. Lo dicho: orgasmo.

By far, one of the best meals I’ve ever had.
DiverXO takes a tasting experience to whole new level, making a bold statement with its unusual and so incredibly mind-​blowing palette of flavors.
It’s all about surprises, stepping outside of the box, and drawing on canvas, as it says on a small introductory letter you get in the beginning of a 9-​course meal.
We found out about DiverXO from Bourdain’s show. Knowing just how much sought-​after this place is, I was still slightly skeptical sitting down at the table. «I mean, really, they can’t possibly make plain edamame taste any special», I thought, as the first course was placed on a table.
Boy, was I wrong.
Stunning taste and beautiful presentation. Every. Single. Dish.
DiverXO delivers its promise to the very last bite. This is one experience you will never forget.

Absolutely splendid. The flavor that they pack into the dishes is life changing.

Probably the best meal of my life. I had lunch there, alone, one day I was in Madrid with nothing to do. I opted for the «short menu», which takes over 2 hours to complete. Amazing. REALLY, best meal ever

I reasearched this place before I left for my trip to Europe in ⁹⁄₂₀₁₂. I came across this place watching Anthony Bourdain’s travel show. So I decided to try it out myself. Made reservations by email with the restaurant in advance and made sure it was confirmed. Came here when I was in Madrid after driving from Portugal. The food was wonderful! Food is fusion-​Chinese and Spanish. Ordered the middle tasting menu to try. All the dishes looked beautiful! It was like artwork. The service was great, no complaints. They spoke pretty good English, which is a plus. This place is a little hard to find for those of us not from around there. I’m unable to tell you about each dish but trust me, there were all delicious. Was unable to take pictures of the food when I was there but I heard that they let you take pictures now. My friend recently went there during her trip to Madrid. We were allowed to take pictures in the lounge area and outside. If I was in Madrid again, I would definitely eat here again. Definitely try this place out if you love food and you will not be disappointed. Well worth the money.

Estuve por primera vez hace un par de semanas y creo que será la última. No tengo nada malo que decir de la cocina, que es una apuesta arriesgada que fusiona todo con todo que en algunos platos sale muy bien pero en otros muy mal (para mi gusto). Pagando 120 euros por cada menú (bebidas aparte) uno espera disfrutar de la comida, y solo pudimos hacerlo a medias.
El servicio de sala bastante bueno, bien medidos los tiempos entre plato y plato, con buenas explicaciones sobre cada plato, buen servicio de vino (por cierto que la carta es bastante extensa).
El local es pequeño y por tanto hay poco espacio entre mesas.

Esta bien, pero me esperaba mas.

Not only my favorite meal of the trip, but probably a top 10 meal of all time for me.
Against my wife’s request I opted for the Diverxo 1 tasting menu rather than the tasting menu that was a little smaller. Diverxo 1 was the 3^rd largest of the 4 tasting menus offered.
I didn’t know what to expect since the restaurant combines chinese and spanish cuisine. There were a few items that were too extreme for my wife so I had to eat them (ie hot and sour soup w special noodles — baby eels, fried duck tongues, and squid heads with strawberries).
The best bites were some type of oxtail pastry type thing topped with baby eels which was the first course, won ton/​dumpling with a cracker, and ox which came as a thick narrow strip steak.
I could also eat those fried duck tongues by the bag. So good. Monkfish was also very rich and good.
Our reservation was at 10 and we weren’t out of there until after 1. If I had to do it over again I would get the 2^nd option tasting menu. The 3^rd was just way too much food. I can’t imagine the Chef David tasting menu which is the 4^th option.
Service was great and it was real nice talking to the wife of the chef (owner). Just a very good, very rich meal and one that I won’t be forgetting anytime soon.

Había leído innumerables críticas sobre el restaurante de David Muñoz, afamado chef, y de su restaurante DiverXo, creativo y de fusión de cocina asíatica y mediterranea, galardonado y agasajado por toda la prensa especializada y que pasaba por allí, con su segunda estrella michelin calentita. Los términos fusión me hacen recordar a la ridícula coreografía de bola de dragón y en el mundo gastronómico al «quiero y no puedo» de hago de todo, intento mezclarlo pero no hago nada bien. Las estrellas michelín y las críticas positivas por su cocina creativa eran un poderoso reclamo. Sentía más curiosidad que deseo. Nunca había ido a un restaurante de este corte. Reserve por probar con tiempo suficiente para ir en el cumpleaños de mi madre. Con tan mala suerte que cayó en un sábado con el resultado: reserva negativa a lista de espera.
El mismo día del cumpleaños –sabado tras un friday night duro– llamada de número desconocido al alba del borracho — 10 de la mañana-​. Despierta neurona, despierta, te-​le-​fo-​no. Un argentino ¿sigue usted interesado en la reserva que hizo en Diverxo? Neurona a tierra ¿Eh? Qué? Sí, la reserva que hizo por internet. Ehm, a sí, claro. ¿A qué hora? 14,30 o 15,30. Pues, tengo que consultarlo. Ahora te llamo. Que sí que vamos. ¿Alguna alergía conocida? Que yo sepa no, espero no descubrirla. Y allí que nos fuimos toda la tropa. Como Paco Martinez Soria con la gallina debajo del brazo y la boina encasquetada, paletos como somos, entrando con miedo y vergüenza, mirando todo con recelo, sentandonos con pudor ante una legión de camareros vestidos como si fuera un domo. La decoración, creativa y con inspiración asiática. Angela, la mujer del Cesar, nos explica la operativa: Menú degustación corto, medio y largo. Que no temamos quedarnos con hambre, que el corto equivale a un entrante un primero, segundo y postre. Optamos por el corto, ya que sólo el precio que figuraba nos hacía doler la sisa y la cartera. 75 corto, 100 medio, 150 largo. Aperitivo y 6 platos (que incluyen dos postres).
Aquí comenzó la experiencia culinaria más sublime de mi corta experiencia. Limitado por mi léxico que establece fronteras infranqueables para describir la amalgama de sabores, texturas, formas, colores y olores que goce y sufrí. Una comida que supuso el desarrollo integral de todos los sentidos. La creatividad de su cocina comienza en la presentación de los platos, la explicación que te hacen de los ingredientes de los mismos, y su modo de comerlos –muchos de ellos con las manos, y la calidad absoluta y majestuosa de las materias primas empleadas y el equilibrio entre ellas que se desborda en tu boca.
Para comenzar y de aperitivo, unas habas en su vaina, que se comen, mojandolas en una especie de mojo picón, exprimiéndola con los dientes para extraer los pipones. Presentado en una fuente de cerámica que recreaba una especie de vaso de mini estrujado y las cascaras había que dejarlas en otro similar. Y unas cortezas –tipo restaurante chino convencional– elaboradas por ellos para mojar en una especie de mayonesa de jabugo daba la impresión de tomar un pâté de jabugo sobre una corteza. Destinado a matar la gusa y aguantar la espera.
La sucesión de platos e instrucciones, el te chino para acompañar. Para empezar «Mejillón tigre estilo fusión, con escabeche de lima kéfir, sofrito de tomate y chile y huevas de pez volador». Se come con cuchara, recomendamos primero probar esto. En el paladar la montaña rusa de sabores. Ahora, toma un dim sum de guiso de capón con salsa de carabinero y shiitake de su propia grasa. Las papilas gustativas en un cenit multiorgásmico. Hamburguesa de secreto, presentado sobre una hoja de lechuga para comer con las manos y presentado en una caja de mcRoyal. Rico (como todo) aunque no excepcional. Le seguimos con un «dim sum de trompetas de la muerte, recubierto de piel de leche, sobre tomate kumato cherry y cecina de buey ahumado» más rico que teta de novicia. «Rape al estilo chifa con glaseado express, con espárragos blancos, chips de patatas moradas y salsa de limón». Yo que soy un modenno, adoro el pescado crudo y pongo cara rara si mi madre incluye pez en el menú, me lo comí sin rechistar y con satisfacción. Llegamos a los postres, de primero un «mousse de violetas con helado de haba tonka y crema de sésamo blanco» y de segundo «toffe de chocolate negro sobre mousse de té verde y fruta de la pasión». Para acompañar, como buen cafetero, solicité un italiano sin azúcar. La presentación inmejorable, con su cestita de distintos tipos de azucares y edulcorantes, negro, terrones, sacarina.
Salimos de allí como en una nube con el estomago lleno, sin rebosar por centímetros y sabedores de que habíamos degustado una alta gastronomía que valía cada euro invertido en ella. A colación de las críticas a Pedro J. No, 150 € para dos personas en DiverXo no es caro. La más sublime experiencia culinaria que he tenido en mi (corta) existencia.
P.D.: Sin fotos por preferencia de la estrella de los fogone

Y van 3, y las 3 de carne de gallina, de sorpresa continua, de nuevos sabores, de colores, de aromas, de matices.
No todos los días se puede ir a un sitio como este y, ya que estábamos otra vez allí ¿para qué andar con tonterías? De los 3 menús nos regalamos por Reyes el largo, el de 13 platos, el de 13 obras de arte.
Olvídate del personal estirado, aquí son normales, si se puede llamar normal a alguien que vive su trabajo, que disfruta con su obra, te hace disfrutar de ella y acaba de conseguir su segunda Estrella Michelín ¡Enhorabuena!
Ángela es celestial, como bien dice Ángela R en su comentario (no encontraba mejor adjetivo), y la suya es otra dimensión, lo debe dar el nombre ;-) pero afortunadamente baja a la nuestra para hacerte sentir relajado, explicándote cómo se ha cocinado cada plato y cómo disfrutarlo mejor, si mezclando los componentes o no, en qué orden tomarlos, si utilizar las manos, los palillos o los cubiertos occidentales…
También es recomendable dejarse aconsejar en los vinos por Javier, su sumiller, porque te sorprenderá y nadie mejor que él sabe qué le va bien a cada plato.
Soy incapaz de describirlos todos y sería inútil hacerlo porque en Diverxo están en continuo cambio, pero voy a seleccionar uno entre la excelencia de todos los demás: el carabinero con seta y dim sum relleno de capón con obleas crujientes. Simplemente perfecto. Quizá cuando vayáis vosotros David Muñoz haya pensado algo que supere la perfección, le veo capaz.
Y nada más que decir, hablar de dinero siempre me parece una vulgaridad, pero en este caso más aún, algo así hay que vivirlo cueste lo que cueste.

Un lugar excelente, con trato cercano, de tú a tú. David Muñoz es encantador y Ángela, su mujer y encargada del local, un ser celestial.
No se puede recomendar nada, porque no existe una carta. El menú varía cada día. Ideal para amantes de la cocina asiática, aquí encontrarán la fusión perfecta con nuestra cocina mediterránea.
Un lujo que, si los bolsillos lo permiten, hay que darse de vez en cuando.
LA PEGA: que no se puede reservar con más de un mes de antelación y cuando puedes hacerlo es muy difícil que el día que tú quieres esté disponible. Es lo que tiene la exclusividad.
:)

Es uno de los mejores restaurantes de Madrid, con comida de fusión asiática y mediterránea. De entrada no podéis perderos los distintos din sum, cada uno más bueno que el anterior con rellenos tan variados y sorprendentes que no pienso mencionar, para no estropear la sorpresa. De postre me quedo con el toke de fruta de la pasión y chocolates. El sito es pequeño, muy minimalista, pero acogedor. Cuenta con una estrella michelín
Hay que reservar con mucha antelación, porque siempre está lleno. Es para repetir sin parar porque querrás probar todos los platos. Existen varios menús, pero no carta, que cuestan según el número de platos. El menú «largo» es una pasada. Está compuesto por 11 platos y cuesta 120 euros. De los entrantes lo que más me gustó fue la famosa gamba al revés y la sopa de coco con cigala. De los principales la versión del cochinillo, cocinado como una pato pekinés.

David Muñoz, un chef Madrileño nacido en la elipa y formado en Londres, que cuenta con apenas 30 años, recibió el año pasado el premio nacional de Gastronomía.
por lo que si ya era difícil reservar mesa en su restaurante, imaginaos ahora, por lo que han tenido que optar por que las reservas se hagan a través de la web y con el aval de una tarjeta de crédito.
su restaurante es una propuesta diferente, de fusión que se inspira en sabores del Extremo oriente y en la que aplica técnicas culinarias de vanguardia.
aunque quizás lo que mas llame la atención, aparte de que los cameros a los que dirige la esposa de David (Angela Montero) vayan en camiseta, es que no tienen una carta, sino que ponen a disposición del comensal tres menús degustación de distinta extensión y precio. de 80,100 y 120 euros.
Tienen platos tan interesantes como el mini posticker de capón con carabinero adobado y sopa emulsionada de capón y su grasa; el dim sum al vapor de remolacha, liebre, navajas y chile habanero; el sabu sabu de pulpets en una sopa de pescadores agripicante con salmorejo de jalapeños… Vamos, todo totalmente insólito e inenarrable.