After 3+ hours of walking, my dogs were barking, and the breakfast pastry was wearing off. Time for a cerveza and some grub. I originally chose the place across the wat(something & tapas) when they told me they had wifi. Please note — the only reason I really care is because without internet, I have no idea what I’m ordeing. After a 10 minute wait in the lovely outdoor seating, I moved on. Across the intersection was this place — looking ike it had been here since the beginning of time, and the waiters probably too. They are efficient and a little bit gruff — but I kind of like that. I had been wanting to try the bacadillos calamares everyone talks about… And seeing that was there specialty… no translation needed! A calamari sandwhich, a beer and a water. Sadly it was a bottled water(which cost as much as the beer). I don’t order fancy water — I think he may have tried to let me know when he asked which one — beer or water, I said both. Tap is almost always fine with me. Mostly spaniards, a few english guys, some large parties(lots fo tables outside, I didn’t go in). Of course once I ordered, a downfall ensued! But being from Portland, this doesnt; bother me, I simply move my table under the covering. I love the location, the old feel and even the waiters — who are of the older and very professional variety. Sadly, the calamari itself was not great. t was fried calamari on bread. No sauce. Did he ask if I wanted sauce? Maybe but he had to know I didnt understand. Shouldt there be SOME sort of dressing/mayo/anything on the bread? Couldnt he have offered it on the side? And while cooked quite perfectly, it needed salt, and pepper, and sauce(did I say that already?). Ithought about asking but didn’t know how and figured I;d be ok. But after a bite of two, I really lost interest and made my way back to home(my feet thank me).
Juan D.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Recalé en este sitio como sala de espera entre un evento y otro el sábado pasado, a ver si el rato pasaba con una copa de vino. Aparentemente cuenta con una nutrida parroquia habitual, ya que los tres camareros que apenas caben juntos en la barra conocían a casi todo el mundo por su nombre de pila, incluidos a todos los futbolistas que estaban jugando en ese momento en la televisión y que es una cosa que a mí siempre me maravilla. Su Ribera no está malo ni es caro, aunque tampoco es el que más me ha gustado nunca; lo acompañaron de dos tapas distintas, lo cual es de agradecer, aunque ninguna fuera para tirar cohetes(una eran cortezas de cerdo y otra un trozo de chistorra con pan). El personal fue bastante correcto conmigo y agradecí que no me mirasen mal en ningún momento a pesar de ser una clara obstrucción en la barra en un perfecto esquema de bebedores de cerveza durante un partido de fútbol; esto, aunque parezca que siempre debería ser así, no es tan habitual como creemos. Desde luego, como escala me pareció bien; habría que entrar más a fondo en su material para valorarlo hasta su última consecuencia.
Eduardo D.
Rating des Ortes: 3 Madrid
El Pescador es un tradicional bar madrielño, con sus máquinas tragaperras y todo, ubicado en la mismísima Puerta de Toledo. Lo conocí porque estaba con unos amigos por la zona y decidimos poner atención a los consejos de los Unilocalers. Tengo que decir que los camareros fueron muy amables y eficientes, estuvieron pendientes de nosotros todo el tiempo. La comida tampoco estuvo mal, sin que se saliera de lo normal. Pedimos unas bravas que estaban muy ricas, con una salsa elaborada por ellos mismos. Ese tipo de detalles marcan la diferencia entre unas bravas decentes y unas bravas cualquiera. También probamos los calamares, que son una de sus especialidades, aunque no me parecieron tan especiales como mucha gente dice. Las croquetas estaban buenas, los champiñones al ajillo y los boquerones fritos también, pero nada más. Eso sí, las cañas muy bien tiradas como se puede ver en la fotografía. Estoy seguro de que este bar ha vivido épocas gloriosas y volvería si me pillara cerca, pero no me desplazaría desde el norte de Madrid sólo para probar sus platillos.
Antonio J L.
Rating des Ortes: 5 Granada
Cerquita del Rastro con un surtido de bocadillos y raciones de lo mejorcito de la ciudad. Cerveza bien tirada con los mejores calamares que te puedas comer de la forma que quieras, en ración, bocadillo… ¡Todos deliciosos! Y las bravas, la primera vez que las probé, solo me dieron ganas de levantarme y aplaudir al camarero ¡Por fin unas bravas dignas! Dignas y deliciosas. Perfecto para un picoteo informal con los amigos o una cena improvisada, y a pesar de la gran afluencia de público el servicio es de lo mejorcito que he visto en mucho tiempo en un sitio de este tipo.
Susana I.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Aquí probé yo mis primeros riojitas con sus racioncitas de calamares y sus bravas. Lo que más me gusta su terracita que siempre está llena, da el solecito pero sin demasiado calor. Los camareros muy atentos no te dejan esperar eternamente. Es un buen sitio para quedar y empezar la noche. Tienes el metro de la línea 5 al lado o sino te puedes ir andando a la zona de La Latina. Y también tienen una sangría que está riquísima y que pega, jejeje.
Alberto P.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Se dice por el Foro que los mejores bocadillos de calamares se comen en la Plaza Mayor. Yo no estoy de acuerdo. Hay que salir de la Plaza Mayor por los arcos que dan a la calle Toledo, bajarla y todo recto llegar hasta la glorieta de Puerta de Toledo. En la esquina del paseo de los Olmos con ronda de Toledo sí puedes decir que se comen unos de los mejores bocatas de calamares de Madrid. Este bar se fundó en 1947, es ya la tercera generación de pescadores. Se ubica frente al antiguo mercado central de pescado de la capital, lo que hoy es el ya extinto Mercado Puerta de Toledo, que a su vez será, en breve, parte de los edificios de la Universidad Carlos III de Getafe. Los futuros estudiantes han tenido suerte. Han ido a caer en unos de los caladeros de cefalópodos más frescos del centro. Además de los calamares, destacan sus boquerones en vinagre y las patatas a la brava, con una salsa artesana cuya receta está más a salvo que la de la coca-cola. Con el buen tiempo sacan la terraza a la calle, que casi siempre encontrarás a rebosar en los fines de semana, especialmente los domingos, por su proximidad al rastro. El bar debe figurar en muchas de las guías de viaje de varias editoriales, porque todos los fines de semana hay una nutrida representación de guiris de piel rosácea, disfrutando de su terraza y engullendo bocadillos de calamares: «otra serveza, po favorr»