Es un restaurante con pinta de comerse bien. Esta situado justo enfrente de Casa Mingo. Decorado de manera conservadora y sobria, un tanto rancia por lo que respecta a las tendencias actuales, todo muy limpio y muy ordenado, pero me imagino que le irá bien con el público al que tiene enfocado el negocio a juzgar por el personal que pudimos ver por allí. Fuimos a tomar una caña con unos amigos el día 1 de Enero dado que por la fecha la mayoría de locales cercanos estaban cerrados. Al ser nosotros«foraneos» se notó que la tapa que nos pusieron(un plato de patatas fritas de bolsa la primera y un platillo de panchitos la segunda) era más por compromiso que por otra cosa, porque hubo parroquianos que por un vino le pusieron una tapa de paella, y eso quedó muy feo. En fin, que para que sepáis el ambiente que se cuece por aquí, mucho encomendarse a la virgen pero si eres«de fuera» puede que te lleves un pequeño chasco como nos llevamos nosotros.