Una tienda de enmarcación con una variedad bastante amplia de cuadros y láminas ya montadas –que aunque no es lo que me gusta, yo lo comento, por si a alguien le interesa salirse de esas láminas de Ikea que si compras a buen seguro compartirás exclusividad con millones de personas en todo el mundo-. Fui buscando un marco que me quedara bien para un par de stencils en metal que atesoro en mi casa. Buscaba un marco dorado por aquello de que rompiese visualmente con la obra y me enseñó un marco muy ancho, plano, en dorado envejecido. La verdad es que me gustaba un montón. Me dio el precio. Me dejó de gustar. Y es que el susodicho marco era de pan de oro y, si bien es cierto que para lo que era, no estaba nada subido de precio, mi conciencia no me permitía gastarme semejante cantidad de pasta en algo así. La persona que me atendió fue muy amable desde el principio hasta el final.