Estamos tan acostumbrados a las grandes marcas y a que nos atiendan rápido y mal que la sensación es indescriptible cuando nos encontramos una óptica donde se toman el tiempo que necesitas y te tratan con tranquilidad y sin meterte prisa preocupándose por que encuentres la solución que necesitas(que no la más cara, sino la que te gusta y con la que te sientes cómodo). Esperanza y su equipo comandan esta pequeña óptica de barrio al estilo de las de toda la vida pero puesta al día, con un interiorismo diáfano, luminoso, agradable y moderno. La sala de graduación con un sillón de óptica antiguo es increíble, consiguiendo una sensación de intimidad muy agradable donde no están el resto de clientes viendo qué haces. Si por algo se distinguen en Espronceda Visión es por su paciencia y buen hacer, en mi caso más de seis pruebas hasta encontrar mis lentillas perfectas. Ah, ¡y sólo cobran al final por las lentillas, ni por información, ni por pruebas, ni revisiones!