Otro de mis estancos habituales. Éste me pilla de paso cuando voy a la Escuela Oficial de Idiomas. Es muy pequeñito, pero siempre está bien abastecido, y los dueños son muy atentos y agradables. Además, tienen mis caramelos favoritos extra-fuertes(ésos que según el envoltorio usan los pescadores cuando los mocos no les dejan currar. Bueno, no lo pone así, pero ése es el concepto…), los únicos que consiguen destaponarme la nariz en condiciones.