Irsushi

Pedí sushi a domicilio a través de la aplicación «Just Eat» un par de veces y, de momento, ya estoy saturada por una temporada.
Me encanta el sushi, como he comentado en otras reseñas, y tampoco necesito que siempre sea de primerísima calidad para disfrutar de él, pero ya estoy un poco cansada de esta proliferación de restaurantes que ofrecen sushi de calidad más bien regular, que solo sabe a vinagre de arroz y salsa de soja saladísima.
Este es uno más de esos. El tiempo de entrega es aceptable, la presentación también, pero el sabor… Pues eso, más bien regular, en mi humilde opinión de no experta en sushi, pero sí un poco adicta. No es que este tipo de sushi sea lo más barato del mundo tampoco, pero yo ya he llegado al punto en el que prefiero gastarme unos euros más y comer realmente a gusto, porque para comer cualquier cosa que ni fu ni fa casi que me compro un sándwich o una pizza, que es más barato.

Dos veces he pedido comida a domicilio en este japonés y las dos veces he salido escaldado. Eso sí, por razones diferentes. Me explico.
La primera vez llamamos a las 21:40 para cenar viendo Top Chef. A las 23:20 llegó la cena. Fría. Asustada. Me imagino que, una hora y cuarenta minutos de edad de comida a domicilio, equivale a 50 años de tiempo humano. Imaginaros pasar ese tiempo viajando en el maletero del coche y entenderéis cómo se sentía mi comida. Por otro lado, mi pedido, fideos chinos y gyozas, rozaban el 6, por lo que no quedé muy contento.
Pero yo, que soy de naturaleza optimista (y sadomasoquita) volví a intentarlo justo una semana después. Y no habrá una tercera.
Esta vez el tiempo fueron unos razonables 40 minutos. Pero la calidad de lo que me comí estaba un escalón por encima de las latas de comida húmeda que doy a mis gatos. A saber: unos tallarines con verduras con un extraño final en boca avinagrado y unos langostinos en tempura con un rebozado tan auténtico como una geisha de Cuenca. Y yo creo que el aceite en el que se frieron hizo la mili con los canapés de la boda de Chindasvinto.
Visto lo visto, soy incapaz de puntuar mejor este local. No he probado el sushi, pero, por lo que me dijeron mis camaradas, era un «meh» de manual.
Así pues, visita el Irsushi si te gustan las tempuras de Cuenca y esperar mucho por tu comida.

Gracias al consejo de Vanesa R. pedí a domicilio y desde entonces, cuando tengo mono de sushi pido aquí.
Lo puedes pedir online o por teléfono, si lo pides online te haces un perfil y vas acumulando puntos, y a partir de los 50 puntos tienes unas gyozas gratis, con 200 puntos botella vino blanco japones y así miles de cosas. Y la verdad que me parece un punto muy positivo y guiño hacia el cliente para fidelizarlo también.
Tienen menús de 11 € con varios entrantes para elegir y lo mismo con los segundos, lo único tienes pedido mínimo de 15 € por lo que tendrás que pedir algo suelto, tipo nigiri, todo exquisito.
También tienen sake, vinos blancos y japones (este súper aconsejable para el sushi), y son súper rápidos, en menos de una hora te lo traen.
Tienen varios locales en Madrid, así que lo tienes fácil para pedir :)

Después de pedir sushi a domicilio en muchos sitios, probar calidades mejores, peores y todo tipo de precios parece que por fin he dado con un restaurante en el que calidad-​precio van a la par.
Variedad de makis, sobre todo, aunque también niguiris y temakis. Hay algún plato que no tiene pescado, del tipo tallarines, gyozas y arroz pero menos. No los he probado porque cuando voy a sushi, sólo hay sushi para mi.
La primera vez que pides a domicilio te traen un catálogo ilustrado para que te resulte más fácil identificar los platos para los siguientes pedidos.
Por cierto, tienen mochis de postre, aunque este es el único pero que le pongo: cada una vale 2 euros y al ser tan pequeñas se me antoja un poco caro, ¡pero están tan buenas!!!