La Doña

Mucho no puedo contar sobre esta cafetería/​bollería/​panadería, pero, mientras escribo esta reseña, estoy tomando un café muy digno que me ha costado 1 con 50 y que me ha dado acceso a un baño limpio, una silla cómoda, calorcito en una fría tarde de enero y una conexión de 70 megas (sí, la he medido ¿vale? No estoy loco, tengo un carnet que me acredita como cuerdo) que es con la que estoy escribiendo estas lineas. Poco más se puede pedir.
He tenido que contenerme y agarrame a una columna para no caer en su oferta de 10 mini napolitanas de chocolate por 2 €. Los que me conozcáis bien, sabréis que este acto de contención me pone a la altura de Jesucristo. O algo.
La atención, correcta, gente joven y sonrisas sinceras. Pa qué más.
Así pues, visitad La Doña si queréis un refugio en la lluvia y entrenar vuestra fuerza de voluntad.

Me gustaría darle más estrellas, pero lo cierto es que no puedo, muy a pesar de que lo visito constantemente, porque es la panadería que más cerca me pilla del barrio. La abrieron hace unos meses y es una especie de híbrido entre una cafetería y una panadería. Tienen café, bollos, pan, tartas y alguna cosa tipo saladitos, pizza, y empanadas.
Algunas cosas están bien de precio, otras son muy caras. Suelen tener ofertas en bollería de 3×2 y cosas así, que están muy bien si no temes nada por tu línea (no es mi caso, así que suelo contenerme). La bollería está bien, y para el típico capricho dominical, híper socorrida.
Lo que ya no está tan bien es el pan. Venden unas barras de masa madre que, la verdad, si son de masa madre lo disimulan muy bien. La barra normal cuesta 65 céntimos, y la verdad es que por ese precio no puedes pedir maravillas. Tienen también algún pan especial de cebolla y de pepitas, que le da un poco de color, pero de este solo he probado el de pepitas, que está algo más rico que la barra normal.
Los chicos son jovencitos y muy simpáticos, y la verdad es que está abierto hasta tardecillo entre semana, que es siempre un aliciente para cuando no tienes qué cenar y terminas comiendo algo de embutido.

Surprised to see no reviews on this place. Yummy flaky pastries at reasonable prices. Sweet and savory options. Didn’t have a chance to taste the coffee but people looked content. Worth repeating.