La Montería

Para empezar, uno siente respeto por un bar-​restaurante que lleva abierto más de 50 años ¿a cuántos de esa competitiva zona habrá visto nacer y morir en ese tiempo? Eso sí, La Montería se ha ido adaptando, mantiene su barra, pero sus tapas han ido adoptando acompañamientos y presentaciónes actuales. También me parece más caro actualmente.
Sigue ofreciendo sus «monterías» (mejillones tigre) y mantiene una especialidad que le ha hecho famoso: sus gambas invertidas. Son gambas enteras –con cabeza– con una ligera «gabardina» que se hacen en freidora. Las gambas se empiezan comiendo por la cabeza (a alguna gente le da «cosa» la primera vez) pero están muy buenas y su fama es justificada; también el salmorejo mantiene un gran nivel, de los mejores de la zona de Retiro.
Se oye hablar mucho de otros sitios de la zona como Arzábal, La Catapa, Laredo o la magnífica La Castela pero se habla poco de La Montería, como si hubiese quedado en sitio viejuno (un adjetivo que siempre me sugiere algo «bovino»). Pero saltarse La Montería es un error si uno va de tapas por la zona. Además exhibe un galardón que no parece despreciable: premio Bib Gourmand Michelin 2014, un galardón que otorga Michelin a los restaurantes que ofrecen «comida excepcional a precios moderados».

Ayer estuve de nuevo aquí porque unos amigos querían probarlo. De nuevo comimos de tapas en la barra. Había bastante gente. Comí una ración de venado que estaba para chuparse los dedos y mojar la salsa sin importar las buenas maneras. Apareció por allí Emilio Butragueño que debía tener mesa reservada en el restaurante.

Mi madre me trajo aquí no recuerdo bien si porque había estado tomando algo un día o porque le habían hablado del sitio.
La idea era tomar una caña y un tigre que es lo que le da bastante fama al local. Aquí no son tigres, los llaman monterías (o el señor cuando lo pidió a cocina lo pidió así porque le dio la gana).
Era martes sobre las 21 y estaba hasta arriba pero conseguimos un huequillo donde posarnos.
Las cañas vinieron acompañadas de una tapa de boquerones fritos, recién hechos y ricos.
Las monterías espectaculares, un muy buen mejillón con una deliciosa bechamel y un correcto rebozado.
Dos cañas y 2 monterías 5,6 €.

Este es uno de los mejores sitios para tapear de Madrid en el barrio de Salamanca por lo bien elaborado de sus platos. El local es estrecho y es difícil hacerte un hueco en la barra porque siempre está a tope. Así que las pocas veces que he ido ha sido para abrir el apetito. Picar dos raciones de algo y poco más porque no son excesivamente grandes.
Su clásico el Boletus con huevos trufados, pero otras raciones como fritura de pescaditos (lo que yo llamo adobo), calamares, chopitos están igualmente estupendas. No destaca uno por encima de otro. Algo que tengo ganas de probar es el rabo de toro pues también parecen bastante especializados en él y es un plato que a mí, desde que lo probé en un viaje a las tierras cordobesas, me encanta.
Para mí es un sitio más bien para abrir boca, picar algo antes de cenar, un tapeo de esos de domingo de bareto en bareto. Aunque también tienen salón detrás de la barra y se pueden hacer reservas, lo que por supuesto siempre es más cómodo que estar de pie de cañeo y tapeo, especialmente para celebraciones o si simplemente quieres cenar y tener una buena conversación con amigos o familia, ya que la barra es más bulliciosa. El salón lo han remodelado hace unos años y ya no está igual, sino algo más moderno.
En mi caso no salió especialmente caro, porque eran varias raciones y un par de cañas entre varios; sin embargo, hay que reconocer que si no se va en el plan que nosotros solemos ir, el sitio sí es más bien caro. Pero merece la pena porque la comida está muy buena.

Unos amigos míos habían descubierto este sitio y aprovechamos para colectivizar dicho conocimiento el viernes pasado. Aunque mis horarios laborales me hicieron llegar más tarde que el resto, tuvieron cierta consideración conmigo y pidieron suficientes raciones como para que me diera tiempo a medio cenar. La mejor de todas fue, indudablemente, la de huevos rotos con boletus, foie y trufa. Boletus, foie y trufa, amigos, repetid conmigo este mantra porque nunca nadie pensó en una combinación de sabores tan perfecta.
Aparte de esto, también caté la cecina de ciervo (soy más de la de vaca) y vi pasar unas mollejas de lechal que tenían buen aspecto aunque el simple concepto me produzca serios problemas. El vinito extremeño muy buena cosa también, aunque lo había probado ya la semana anterior en casa de unos amigos y no me olvidé de él porque el nombre mola mucha y evoca épicas historias de magos y elfos.
Sin embargo, hubo un par de aspectos del sitio que, sin ser clave para denostarlo, me gustaron poco: para empezar, es estrecho y estaba abarrotadísimo de gente y todos luchábamos violentamente por nuestro espacio y las banquetas, lo que dio lugar a absurdas situaciones de espaldas que empujaban otras espaldas por mover la frontera. El otro fue que por el precio que terminas pagando apenas calmas el hambre porque las raciones, siendo buenas como son, no son particularmente abundantes, y si encima son para compartir entre muchos… A mí este modelo, como ya comenté con alguno de mis allegados, cada día me convence menos.
Aún así, un buen descubrimiento.

Uno de mis sitios preferidos de tapeo. Recomiendo las mollejas y también los solomillos de atún con salmorejo.

La verdad es que no puedo decir mucho. Entramos para… Digamos descargarnos física y anímicamente después de una incómoda reunión.
El bar estaba vacío. Eran las 12:30. Sólo pedimos un par de Cañas (no tienen café) que nos sirvieron muy bien tiradas con una tapita de chorizo muy rico. Me gustó el sitio y la lista de raciones tenía muy buena pinta. Volveré para probarlas y actualizar el comentario. (Los servicios impecables, por cierto).

Fantástico local para tapear. Buena materia prima y bien cocinado. Lástima que siempre este hasta arriba.

Muy buena calidad de raciones. Muy recomendable probar su boletus con huevos…

Just got back from a wonderful dinner here. I had a fish with vegetables dish that was outstanding and my husband had the oxtails that were fantastic as well. The only part about dinner I didn’t like was we were offered bread and we each picked a roll. Later when we got the bill we noticed we were charged 4.5 euros for our two rolls! The dessert, a cheese cream with figs and walnuts was out of this world. Would I go back? Yes… Would I take a roll? NO. However, this was one of my favorite meals in Spain.

3.5 estrellas. Excelentes mariscos, es un buen lugar para tener una cena más formal. Recomiendo pedir una variedad de entradas que todas son muy buenas. Yo pedí de plato fuerte carne (creo que era un lomo con papas) y, además de que fue una porción muy grande, no me encantó el sabor. De postre pedimos un yogurt con frutas que fue el mejor de todos.