Un restaurante minúsculo, apenas seis mesas, aunque creo que también cuenta con un reservado para seis u ocho personas más. Muy muy familiar y con una especialidad humilde y a la vez grandiosa: el cocido castellano leonés. En estos días de invierno, y si tienes buen saque, el cocido completo es espectacular. También son recomendables los rollitos de morcilla, los callos a la madrileña, el rabo de toro, manitas deshuesadas, la ensaladilla… Todo casero y familiar al 100%. Es importante reservar, sobre todo sí vas a por el fantástico cocido. Con el vino de la casa una excelente calidad precio. Subo foto de la carta para que os hagáis una idea.