La Taberna Mozárabe

El vino es bueno, la cerveza buena y la comida buena. Pero lo que hace al sitio excepcional es el ambiente que han logrado crear: cálido, original y absolutamente entrañable. Copa de vino, un pincho de tortilla, música clásica y mosaicos medievales… hermoso!
Los anfitriones son muy amables y sirven 2 tapas con cada bebida. La taberna mozárabe es lo más.

Sitio recogidito y agradable con 4 mesitas para estar en invierno tomando unas cañitas. En verano abren sus puertas a la calle con lo que si pillas las mesas de la ventana estás como en una terraza cubierta. Lo que me gusta de este bar es que siempre siempre te ponen tapa con la caña. Tienen 3 míticas, el paté que hacen ellos, muy especiado y muy rico, la tortilla de patatas, y un picadillo de txaka com lechuga y mayonesa muy sencillito pero eficaz. Los camareros nos son la alegría de la huerta pero están atentos.

¿Cómo no amar este lugar? Ponen música medieval! Parece que va a salir un trovador a recitarte el Mio Cid mientras te tomas unas cervezas bien tirás. Eso si que es crear ambiente. Algo que deberían aprender en otros bares que te ponen una selección musical que tira pa’ atrás.
Los camareros son muy graciosos, deben ser hermanos porque se parecen, bueno a mí claro. Uno de ellos tiene los ojos muy grandes y cuando te escucha los abre mucho, como cuando la gente no te entiende y ponen cara de WTF! y me hace mucha gracias.
Siempre te ponen tapita con caña, no suelen variar mucho, aunque te van compensando según bas bebiendo. Siempre cae tortilla, unas tostas con algo que lleva cebolla y un paté un poco fuerte (menos mal que el chino está cerca pa pillarte un chicle).
Luego tienen una carta de comida, que creo debe estar buena pero la verdad nunca he pedido algo más allá de un pincho de tortilla, está muy rica :) me hace feliz!
La caña está a 1,50 creo, un pelin cara pa mi gusto, pero como te ponen algo de comer te alegra el corazón.
Suele estar muy lleno de gente moderna que le gusta plantar sus mallas ajustadas floreadas en los sillones rojizos de cuero o de muchos músicos por su cercanía al Fotomaton!

Ayer estuve en este lugar. Después de clase nos fuimos con unas compañeras y la verdad que el servicio d este lugar es muy pero que muy bueno!
Los camareros siempre están de buen ánimo y eso te hace sentirte bien allí…en este lugar no recibirás ninguna mala cara como esas de «estoy cansado, ordena algo yá!»
Las tapas que vienen con lo que ordenas de beber están de ***** estos son 5 estrellas :)
Muy muy bien!

Bar perfecto! no se cómo lo hacen pero cambia acomodandose a la hora y el ambiente de la gente: si vas por la mañana a desayunar está muy tranquilo, con música clásica; perfecto para leer tranquilamente el periódico (aunque el café no es ninguna maravilla); por la tarde se anima un poco más, y a la hora de la cerveza, abren las puertas y estás en un ambiente estupendo de cervezeo entre la calle y el bar.
Lo malo es que es una de las calles más sucias del centro de Madrid con mucho tráfico. Pero la educación de sus camareros no tiene igual.

Es una pena que un sitio que tiene tanto potencial esté abierta a una placita con tanto tráfico porque de verdad que no paran de subir coches ni por San Bernardino, ni por Amaniel.
Es una taberna normal, con tapas normales, barato eso sí, para mí lo mejor que tiene es que siempre, siempre ponen música clásica.

Me encantó esta taberna en cuanto la vi. El ambientillo se podía saborear desde fuera, y un montón de gente joven, de la guapa de verdad, se concentraba delante de las puertas con los tercios en la mano. Era como la plaza del «Dosde» un día cualquiera de verano, pero sin sentarse en el suelo…
Nos sentamos en una de las mesas pegaditas a la puerta, por eso del calor, y nos encervezamos hasta la hora de recogerse al redil.
Estuvimos muy a gustito, con la musiquiqui de fondo, y venga cañas, y venga cañas…
No probé la comida, pero volveré pronto a catarla y os cuento.