Es una de mis opciones preferidas para desayunar cuando me pilla por la zona. Este bar comparte cocina con el local colindante, al parecer son del mismo dueño. Es bastante pequeño, tiene unas cuatro mesas y la barra, pero es muy agradable y los camareros que atienden son súper majos y atentos. Son de los que toman nota mental y desde el día dos te preguntan«¿Lo de siempre?». Me gustan las rebanadas de pan de hogaza con tomate triturado y aceite que preparan, de más o menos un palmo de grandes y tostaditas. Con un zumo de naranja recién exprimido y un cola cao entran solas. A veces incluso he estado tentado de pedir dos. También tienen jamón al corte, montaditos, bollos, churros y demás típicos. Creo recordar que también preparan platos combinados y menú al medio día.