Label

Soy fan de los locales con conciencia local, y eso que discrepo con puntos de vista que he escuchado aquí. Pero se agradece poder tomar una caña o copa a muy buen precio y sabiendo que es una iniciativa de autogestión que busca ofrecer calidad tanto a las personas que trabajan como a las que vamos al local.
Si la conversación se apaga, siempre puedes echar un ojo a sus carteles de actividades y la publicaciones anarco-​sindicalistas y libertarias. Ah, y creo que toda la comida es vegana (al menos la que he comido yo).

El Label es uno de esos bares que molan, pero que molan mazo.
No estaba lleno, pero tenía a sus parroquianos hablando tranquilamente en la parte de entrada del bar, donde hay un par de mesas. A la izquierda un bancal acolchado y un lugar donde reposan fanzines del barrio.
Más al fondo, donde se estrecha, unos taburetes junto a la barra, ideales para conversar con Gotxon, uno de los muchachos del bar, muy comprometido con el barrio y un encanto de chico.
Cuando llegamos sonaba de fondo folk irlandés (ya me tienen medio ganada). Serían como las dos de la mañana, y con los botellines nos pusieron una buena ración de empanada casera. ¡Buenísima! (Flechazo).
Para los fumadores, en la puerta, tienen una banqueta.
La máquina de tabaco me dejó hipnotizada totalmente forrada de pegatinas reivindicadoras.
Resumiendo, un rincón para conversar con los amigos con un ambiente inmejorable.

Hacía mucho tiempo que no venía a este sitio, y mira que está en mi barrio, al lado de los trabajos de un par de amigos y de las casas de otros tantos. Pero mira, el otro día lo elegimos para cerrar la noche a nuestra tranquila manera, y qué maravilla de redescubrimiento.
Lo primero: los precios son extremadamente baratos; no te tomas tú una infusión o un café por ese precio en ninguna otra parte. Lo segundo: el material; nos comimos una tarta de chocolate y coco vegana que ya la quisieran muchas reposterías de las que pueblan nuestras ciudades y barrios, y todo ello sentados tranquilitos en un ambiente bastante familiar. Y dicen las malas lenguas que también suelen poner unas hamburguesas veganas estupendas, pero el día que fuimos a probarla estaban cerrados (culpa nuestra porque no conocíamos el horario).
Si no fuera por lo perezoso que soy para arrastrarme unas cuantas manzanas, frecuentaría este local mucho más habitualmente.

Habéis visto ese episodio de como conocí a vuestra madre en el que hablan de las frases de cinco palabras que algún hombre tiene que pronunciar en su vida?
Bien, pues una de esas frases es «Tenemos que montar un bar», y los chicos de el Label es lo que hicieron, que ya me los imagino, como Ted y Barney, borrachos como una cuba gritando «Tenemoooooshhh queeerl monthaaaash uggg bhhhhaaaarrrrrrr»
La verdad es que el sitio es muy tranqulito, mas tirando al rollo de los bares en los que me gusta sentarme a escribir y tomarme un cafelito que a uno de esos bares para ir a beber hasta desmayarte sobre la pista de baile.
con sus tostas y su prensa (siempre aprovecho para leerme el fotogramas del mes de «grati») es un sitio perfecto para pasar el rato.

Va, venga. Está genial. Es autogestionado, es decir, cumple el sueño de muchas que hemos dicho «el curro está fatal, voy a montar un bar». Pues un grupo de colegas, lo hicieron, y espero que les vaya bien.
Vamos, yo no lo veo muy lleno, pero tampoco lo he visto nunca vacio. Los chicos que lo regentan (alguna chica, pero minoría) son muy buena gente. No sólo por cómo te tratan como clienta, sino como persona. Se preocupan, te conocen, se quedan con lo que te gusta, te sugieren pero no te agobian… Además de las labores que hacen por el barrio, de ayuda y conexión entre el vecindario.
¿Qué tienen, por si todo esto no te convence y te va más lo material? Zumos ecológicos deliciosos; cañas; buen café de comercio justo; tostas vegetas y no vegetas bastante abundantes… Tranquilidad, buena prensa, y buena parroquia.