Le Salon d’Apodaca

Cuando las bolas de pelo se acumulan a mi alrededor y empiezo a sentirme más gato que persona, sé que ha llegado el momento de ir a la peluquería. Aunque convertirse en gato es una transformación más afortunada que la que sufrió Gregor Samsa, lo cierto es que a veces paso demasiado tiempo sin cortarme el pelo y, como tampoco sé peinarme, acabo pareciéndome, casi de manera crónica, a Saruman El Blanco pero sin canas. Es en ese momento acudo a Apodaca y consiguen que me sienta mucho mejor conmigo misma.
En esta peluquería cortan el pelo muy bien y te hacen pasar un buen rato con música y proyecciones mientras te lavan la cabeza o con una bebida si vas a pasar allí mucho rato. Siempre son muy agradables, igual que el espacio; con una pequeña tienda en la entrada y exposiciones en sus muros que van cambiando periódicamente (la última: libros plisados). Nunca me he teñido de modo radical, pero he podido comprobar que los tintes que utilizan están muy bien y que todo el mundo sale de allí con brillantes y bienolientes cabelleras.
Aquí puedes hacerte un cambio radical y teñirte el pelo de cualquier color o retocarte las puntas en plan cobarde, como suelo hacer yo. Si les preguntas te asesoran sobre cualquier duda que tengas respecto a tu cabello o sobre qué podría sentarte bien, pero si no, son muy respetuosos con los clientes, porque el pelo es algo muy delicado que nos da o nos quita la seguridad en nosotros mismos de manera sorprendentemente rápida. En mi caso particular, de vez en cuando cometo el error de cortarme el flequillo, algo que me da cierto aire a niño filipino, pero es un cambio que no puedo evitar hacer por aquello de no parecerme a un viejo druida. En cualquier caso, en este lugar cortan los flequillos que da gusto y siempre atienden a mis deseos de la mejor manera posible.
El precio es considerablemente inferior al de otras peluquerías de este estilo, lo cual se agradece. Conviene reservar por teléfono, eso sí.

Yo siempre he tenido un problema con las peluquerías, bueno dos.
Uno es que nunca se cómo explicar lo que quiero, y dos, es que soy miope (mucho) y me quito las gafas mientras me cortan, y no veo absolutamente nada, hasta el resultado final, que suele ser muy decepcionante.
Pues bien, en Le Salon siempre han tenido muy claro qué es lo que quiero sin ni siquiera apenas preguntar, te asesoran, aconsejan, y te dejan fenomenal. He probado con cuatro de los peluqueros que tienen, y a cual mejor.
Y eso no es lo único, además te tratan como si fueras un amigo más. ¡Imprescindible!

Mi peluquera es Fátima. Sabe manejar bien las tijeras. Sólo gracias a ella conseguí dejarme el pelo largo y de mi color. Además me dió muchos consejos para que mi pelo estuviera cuidado.
El único inconveniente es el precio. Por lo demás, esta peluquería es genial.

La peluquería es un sitio bastante molón. Eso sí, de ello no cabe duda, nada más entrar te das cuenta de que no es como las demás, bastante original. Además, son muy amables todo el tiempo: que si estás cómoda, que si el agua está de tu agrado. Muy agradables, la verdad.
Fui hace un par de años a esta peluquería, porque quería «algo moderno», pero yo quería capas, muchas, no dos capitas y punto como me hacían a mí en mi antigua peluquería. Solo eso, tampoco quería ser la diana de las miradas.
Bueno, he de decir que fui por recomendación y a pesar de que con mi melena no dieron, he oído auténticas maravillas, sobre todo de Manu. Pero mi experiencia no fue buena, nada más ver mi pelo el peluquero lo flipó, le encantó, lo malo es que mi melena por calidad y cantidad y forma suele llamar tanto la atención de los peluqueros (cualquier peluquero ya, no solo este) que acaban emocionándose, y quieren «crear» y con el pelo rizado pasa lo que pasa…
Me quiso dejar tan fashion, sé que con toda su buena fé, que acabé con una cresta arriba en el cocorote que solo me vi al llegar a casa, pues no salí con el cabello seco del todo. Era un híbrido entre Espinete (por lo largo del pelo) y la gallina caponata (por el «cocorote» arriba). Vamos que entre que yo no quería que me cortaran mucho y dejar capas largas, pero él quería marcarme el rizo… pues quedé bastante rara. Lo mejor fue la cara que puse cuando llegué…y me vi en el espejo de mi descansillo. No hay nada que no se arregle con unas horquillas, pinzitas… trenzas. vamos, todas esas cosa que yo no usaba utilizar por aquel entonces. Lo bueno es que aprendí a peinarme, jejejee (estas cosillas hay que tomarlas con humor)
En favor de ellos, debo decir, que llamé para decirles lo pasado (porque no quería ni salir a la calle los dos primeros días) y Manu fue encantador y en todo momento me dijo que quería arreglarlo, que seguro que había manera. Pero yo ya no quise, entre otras cosas porque el único arreglo posible era cortar más de la cuenta y ahí ya iba a parecer de los Jackson Five. Y me quedo con la gallina Caponata y Espinete, que son de mi infancia y me traen buenos recuerdos jejejje.
A pesar de esto, no descarto ir, volver y ponerme en manos, esta vez sí, del famoso Manu.

Mucha gente me dice eso de «que envidia de pelo» o «me encantaría tenerlo rizado como tu, liso es tan soso». Soso, pero por lo menos es fácil de manejar, que puedes ir a peluquerías Trini, y muy loca se tiene que volver Trini para que te quede mal lo que te haga.
Yo tengo que venir aquí si quiero que mi pelo este más o menos bien durante un mes o incluso dos, y he de confesar que no me importa pagar de más para salir como una top (model).
Mucha gente es reacia a este tipo de peluquerías, por que piensan que con la cosa de que son estilistas, te van a hacer, por ejemplo, lo que le hicieron a Rosa de España en el pelo en la última gala de eurovisión o que vas a salir de ahí con el pelo como si pertenecieras a la pandi de Lucia Bosé. No te engañes, eso te pasará si no eres claro con lo que quieres, por que seamos sinceros, ellos son estilistas y los estilistas como a los directores de arte, ilustradores, etc… se nos va la pinza de vez en cuando. Ellos proponen tu les paras los pies y les cuentas tu vida que ellos te escuchan y se amoldan bastante bien a tus gustos.
Aparte de cortarte el pelo, también hay exposiciones y showrooms, pero como son bastante rápidos en atenderte nunca me da tiempo a ver nada, pero haberlas haylas. Un amigo mío incluso dice que vio una vez a un chico cosiendo una especie de vestido de novia en una maquina de coser vintage, ¿performance? ¿favor a una marimodistilla? ahí dejo esto.

I went to Salon d’Apodaca on the recommendation of a friend who used to go there for years. It was my own mistake to take her advice since she never has anything more drastic done than some highlights put into her long hair. I have short platinum hair and just needed a trim and my roots retouched. After the normal 3 hours and 2 rounds of bleach + tint with Fatima, I was done and headed home. Didn’t realize till I got home that the top of my head, rather than be platinum, was more grey and the back of my head (the new hair) was orange/​yellow. Along with some haircut basics that were blatantly overlooked (trim sideburns and even out the back of the hair).
I contacted them the next day to say that my hair was a mess and needed fixed and they were very professional and said they would fix it for free. I stop in that evening to show them my hair, and explain that I wanted 1 color on my head, not 2. Alvaro quickly fixed the cut errors and then went to trying to make the color all 1 shade by bleaching it again. Unfortunately they apparently didn’t understand that the 1 shade I wanted was not yellowish orange. So then more dye and an appointment for 4 days later to fix it AGAIN.
I went in for the last appointment with Manu and was bleached twice AGAIN and more dye, and yes it is finally the shade that I normally get. Unfortunately though now they have damaged my hair so badly it breaks off when I brush it.
I give them a 3 because they were super professional about fixing my hair and did not give me any attitude (which you would expect from most salons in Madrid) and in the end my hair is finally the right color.
I didn’t care for the fact that when I was explaining why I was upset with my hair, they tried to tell me several times that they could not get the same all over color because my hair is so dark, when I have had this exact same thing done many times before and never had a problem.
I would say if you are not having anything extreme done then go here, but if you want platinum, find somewhere else…
Decoloracion + tinte + corte = € 134

Odio ir a cortarme el pelo. Lo odio A MUERTE. Tengo un pelo muy raro, y solo me encuentro a gusto con el pelo corto. Es lo que hay, y con la edad que tengo, me temo que me va a costar muy mucho cambiar de opinión.
Sin embargo, una vez sí que intenté cambiarme el estilo. Yo he sido popi, así que ME MORÍA por un buen flequillazo que hiciese juego con mis patillas. Pregunté a una amiga y me recomendó Apodaca, así que allá que fuimos los dos.
Me cortó Manu. Sabe lo que se hace. Yo nunca conseguí tener flequillo y, la siguiente vez que me tocó cortarme el pelo, opté por pelarme y quedarme prácticamente sin un pelo de tonto. Había descubierto que el pelo largo no era para mí y que prefería (por aquel entonces) otros estilos capilares que salían mucho más baratos.
Ciertamente, no fue una cuestión de dinero: volvería a pagar oro para que me cortasen el pelo en Apodaca, y de hecho tengo amigos que siguen yendo y están encantados. Si yo tengo que recomendar una peluquería, generalmente recomiendo esta.
Y si alguna vez mi pelo se deja de ondular según crece más de cinco centímetros, prometo dejar de pelarme y volver a que Manu me construya ese esplendoroso flequillo que se nos quedó a medias.

Deep sigh. Yes, well, I braved (this is silly but I had butterflies in my stomach the morning of) yet another hair salon upon recommendation from a friend. I had my hair cut and «highlighted» with Manu, the owner of this 9 yr old Malasaña salon, about 3 weeks ago now and, obviously, I didn’t rush to rave about it here on Unilocal.Sadly, I haven’t been able to sing praises to anyone because, I’m gonna say it now– I wasn’t impressed. That’s it. So, here’s the deal…
Please bare with me cause I think this story deserves a bit of context because, in all honesty, I do think that Manu is a good, creative stylist. That said, my hair backstory is long, like most of the ladies I know round my age and up. We’ve all had our great moments, the hair cuts that make us feel supermodel-​ish, and we’ve also got our horror stories. Let’s just say that if we are not happy with our cut and/​or our color, it’s a bad hair day every day. And, we’ve all seen people with bad hair, and that’s how we see ourselves when we are bummed about our «do». It can affect how we see the world because we are paranoid about how the world sees us in return. This may be a stretch, but hair can become a state of mind (hence, the famous musical Hair??), so as logic might dictate: if hair is wrong, state of mind might be, too. At this point I can no longer complain or fuss about the prices I have to pay when I get my hair cut and colored at my go-​to salons back home in LA. Believe me, I would rather not pay 100+ for this service, but… my other tried and true options are – mediocre salon= bad to mediocre hair. And I have fine, weird wavy hair so if the cut is not good, I have a frizzy mess on my hands. Google «Duquesa de Alba» (though not nearly as fro-​licious). Anyway. You can call me spoiled, call me vain. I’m definitely fair game with this one. And, I can handle that. I can handle that way better than bad hair.
I am currently suffering from bad hair. Which means more mirror time in the morning and a some trepidation when I venture out in the streets. My approach to avoid current situation was to get a recommendation, go with the top stylist of the salon and take a very clear photo of the haircut I want, and be positive. My recipe failed, however, my high hopes dashed. A lot happened from the moment I sat in the hot seat to the final glance in the salon mirror. Time to wrap this up– Manu did come up with a great blonde color to blend with my last mega blonde highlights. The color is very nice, he toned my beach blonde down to earth. And he assured me that it’s a long-​lasting, gentle color (he uses Sassoon products). I am very grateful for nice color. BUT, the cut. It’s not the cut that I showed him in the very clear photo. He matched the length (though I told him I wanted it slightly longer), but I don’t at all understand the layers. They were almost like an afterthought, very haphazzard. The worst of it though is the frizz factor and the fact that one side is longer than the other! He either intended to give me a «modern» asymetrical look or he miscalculated. I say this, and it’s mind-​boggling to think so, because it looks accidental given that it’s really not that much longer on one side. Now, if I want a symetrical cut (which is always what I want) I only need to tilt my head to the right ever so slightly. But then I just look kind of stupid. The good news, as always with hair, is that it will grow.
If you want a creative cut in a fun atmosphere for a good price (80 for cut and color), this is your place. If you want a precise cut and you don’t want to feel so much at mercy of the one with the scissors (even though you ultimately are), I’d search for another.

Creo que es la única peluquería de Madrid a la que he ido. yo tengo una melena impresionante. Pero odio las peluquerías y me dan miedo los secadores, y todo lo que lanza aire caliente en general, y entonces aprovecho que muchos amiguitos son buenos con la tijera y como a mí la verdad, me da igual lo que me hagan en la cabeza, me dejo en sus manos y me encuentro estupenda. Pero la última vez, hará unos meses, que alguien me invitó a darle forma a mi corte de pelo (nunca entendí eso) fue aquí, donde vienen muchos conocidos e incluso mi familia, y quedé muy contenta.
Suelen hacer moderneces pero cuando tienes en pelo tan largo como el mío, les da más resperto y se guardan un poco su creatividad en el bolsillo :)