Oviedo

El peor sitio en el que he comido en mucho tiempo.
El menú, de 18 €, era pobre y falto de sabor en todos sus platos. Callos recalentados, ensaladas de simple lechuga y 2 trozos de salmón, lubina al horno con una cebolla (y ya), aunque ponía solomillo nos trajeron escalopines, secos y pocos frescos. El arroz con leche incomible y las natillas aceptables.
Lo peor sin duda el trato, agresivo y con ningún tipo de atención.
Destacar que incluso el camarero nos recomendó pedir el vino con gaseosa, ya que era tan malo que sin ella ni pasaba.
No se lo recomendaría a nadie bajo ninguna circunstancia

Ya me habían hablado de este sitio, pero algo me echaba para atrás, cupongo que el hecho de que estuviera en mi propia calle y que jamás hubiera ido, me daba una sensación de desconfianza.
Al final una comida familiar tuvo la culpa de que probase los mejores boletus a la plancha del mundo como entrantes y un rape de segundo que quitaba el sentido.
Seducidos por la fama de su arroz con bogavante, un par de familiares pidieron uno para dos y al ver la paellera supimos que no tendríamos que cocinar en toda la semana. Un arroz buenísimo, rojizo y muy sabroso que todos quisimos probar, pese a tener nuestro segundo en el plato.
Los dueños, los primeros en recomendarnos y advertirnos del tamaño de las raciones yd e que puede que fuera demasiado. Amantes de su trabajo y de su cocina, nos ofrecieron una tartera para llevarnos lo sobrante, por el sufrimiento generalizado ante la idea de tener que tirar tales manjares.
Es sorprendente cómo, teniendolo tan cerca de casa, nunca antes me había pasado al Oviedo a dejarme sorprender.