Palazzo es una cadena de heladerías facilmetne reconocible por tener a un simpático gordinflon con mostacho como estatua en la puerta de todos sus establecimientos. Pese a no tener unos precios populares, los helados y batidos están muy buenos y merece la pena pagar un poco más. Lo único malo es que, a mi al menos, me da una sensación de agobio, posiblemente por estar en plena Gran Vía y ser tan pequeño