Pink Monkey

good location and decoration… No common on the price, quality, and quantity of food there.

Sofisticada fusión asiática peruana.
El chef de Asiana estrena nuevo restaurante donde fusiona comida asiática y peruana. El picante y los cítricos muy presentes en una propuesta innovadora y diferente. La comodidad y el servicio no están a la altura de la comida ni del precio.
COMIDA
Innovadora y diferente. Si no te gusta el picante mejor no vengas. Todos los platos que probamos estaban muy ricos a excepción del postre (helado de fresa y vainilla) que no destacaba. Si te gusta probar cosas nuevas lo recomiendo.
ENTORNO
Entorno sofisticado lowcost. No es un sitio especialmente cómodo. Mesas justas, sin manteles, cubertería mediocre… Lamentablemente en este aspecto no está a la altura.
SERVICIO
Intenciones de ofrecer un servicio transgresor y «cool» pero se nota la inexperiencia y detalles como retirarte unos cubiertos sucios y volvértelos a poner no deberían permitirse.
No está a la altura en este aspecto.
La comida merece tanto la pena que le perdonó la incomodidad del sitio y la falta de experiencia de los camareros. Volveré, aunque se pasan un poquito con el precio.

Pegada de carteles
Coincidiendo con la pegada de carteles que da comienzo a la campaña electoral anoche me invitaron a mi primera cena con otros usuarios. Así que, ni corto ni perezoso me eché encima la gabardina de las grandes ocasiones y fui a mi primera cena de grupo a ciegas.
El lugar elegido fue Pink Monkey, el nuevo proyecto de Rafa, exStreetXo Callao, y aunque esté feo hablar de exes aquí vamos a hacerlo pormenorizadamente.
Pink Monkey es «street food para gente guapa» o «fusión asiática para principiantes» y abrió hace apenas cuatro días. La eleccion de la zona donde se ubica, la decoración y la carta son una declaración de intenciones muy honesta sobre qué es Pink Monkey y a qué público se dirige. Nada que objetar, si se monta un negocio es para ganar dinero, mejor ir a pedírselo a quien lo tiene.
Según el jefe de sala, desde que esa mañana había aparecido en Madrid Confidencial una pequeña reseña hablando de ellos el teléfono no había dejado de sonar, con el resultado de que tenían los servicios de los próximos tres fines de semana completos. Cuando alguien dice cosas de este estilo es imposible no recordar que el éxito del panadero que más vende en el barrio del Conde-​Duque despegó en el momento en que le dio por mandar por donde había venido a cada nuevo cliente que entraba en su negocio después de aconsejarle bruscamente que reservase su barra de pan por teléfono porque lo había vendido ya todo. O eso decía él.
Mientras esperábamos, unos cócteles. Una especie de pisco sour de maracuyá (Birú) y su propia versión del Bloody Mary (Asian Blood). Hubo unanimidad en que no eran nada del otro mundo.
Siendo un grupo de cuatro se pidió todo para compartir por recomendación de la casa:
TIRADITO DE HAMACHI: El tiradito de pez limón, muy rico y muy fino. Es una ración para dos.
KEBAB INDONESIO DE CORDERO Y SWEET CHILI: El pan que servía para enrollar el relleno era muy bueno, el problema era el relleno. Aunque no estaba malo, el cordero, tierno y nada seco, no estaba bien condimentado e incluso mojando el kebab en la salsa el conjunto tenía un sabor bastante plano. No sólo no deberíamos haber pedido dos si no que no deberíamos haber pedido ninguno.
DUMPLING DE GAMBAS Y TUÉTANO: En mi opinión el mejor plato de todos. Los sabores de las gambas y el tuétano perfectamente compensados. La pasta impecable; dorada pero nada aceitosa. La pieza es grande pero comérsela de un solo bocado merece el esfuerzo para apreciarlo de una sola vez. Muy rico.
NEM TOM VIETNAMITA DE CERDO Y CANGREJO: Recordaba mucho al de Sudestada. Aquél tiene un relleno con un sabor más potente y sabroso pero éste ganaba en la pasta, un poco más gruesa, dorada y nada grasienta. La salsa, el nuoc cham es muy parecido en ambos casos. El segundo mejor plato en mi opinión.
CURRY VERDE THAI DE CARRILLERA DE CERDO: Curry verde con la carne muy tierna. Ni bueno, ni malo si no todo lo contrario.
Entre los postres nada como para recordar. Un CHOCO BLANCO o «cosas blancas juntas en un plato sin mucho sentido» y una SELECCIÓN DE HELADOS Y SORBETES entre los que destaca el de chocolate con chili y los sorbetes de lemongrass y albahaca. Quizás es porque no les quedaba la BURRATA DE YOGUR GRIEGO que tanto prometía.
Pidiendo vino (La Maldición) y un par de botellas de agua sale entre 30 y 35 euros. Sin vino, cócteles y postres puede salir muy bien de precio. Recomendable para ir un mínimo de cuatro personas porque todo o casi todo es para compartir.
Llama la atención por contraste con la breve y buena carta de vinos de moda la mala selección de cervezas que tienen, todas de la casa Damn, de la cual servidor es un fiel detractor, y Budweiser como única cerveza de importación.
Por cierto, ¿cómo es posible que en sólo tres días de rodaje no tengan ya disponible una de las referencias de una carta de vinos tan corta?
El servicio aún no está entrenado pero no le falta buena voluntad, los tiempos sin ninguna espera larga que les dejase en evidencia. Cierta confusión muy divertida entre el jefe de sala y el que debía de ser un socio que sin uniforme que le identificase y aparecido de la nada con el aperitivo de cortesía nos pareció en un primer momento un comensal de una mesa vecina que nos traía uno de sus platos a la nuestra.
Un restaurante bonito, una atmósfera agradable, una comida correctita, un público joven e informalmente pijo que quiere probar eso del street food del Sudeste asiático sin tener que irse a un país de ésos en los que a saber cuándo habrán cambiado las sábanas del hotel, ¿eso es una cucaracha?
La compañía es, sin ninguna duda, es lo que le ayuda a ganar las tres estrellas.

El equipo del Asiana Next Door ha abierto una «versión evolucionada» del estupendo y otrora puntero restaurante asiático-​peruano, en un local con decoración chic y desenfadada. Los sabores son similares aunque su carta ofrece platos con toques mexicanos y mediterráneos y deliciosos cócteles (mmm…ese pisco de maracuyá de Alexis!!!) que podrás saborear en su terraza con calefacción, en la barra, en las mesas debajo del letrero de néón o en la de mármol. No es especialmente barato.