Nunca había entrado en esta pastelería porque suele estar vacía, sin decoración ninguna ni muchos bollos o pasteles que te llamen la atención para entrar a probar. Pero según se acercaba el día de Reyes fui preguntando a varias personas del barrio y me aconsejaron esta pastelería casi todos. El día 4 me pasé por allí y encargué un roscón. El día 5 fui a recogerlo y ¡menuda cola! Tardé 25 minutos en tenerlo en mis manos. Mientras esperaba mi turno me fijé en que se veía el obrador y estaban haciendo roscones sin parar. ¡La máquina de amasado estaba a tope! En la tienda había dos dependientas atendiendo a la vez y les costaba bastante localizar los roscones encargados. De hecho, te pedían que fueras buscando tu nombre en los roscones que tenían expuestos por toda la tienda mientras hacías cola para acelerar el proceso… Un poco desastre. En cambio el roscón: mmmmm. Estaba muy bueno de sabor y de textura. Ya no hay ni una migaja porque ¡¡soy una adicta al roscón de reyes! Espero todo el año para atiborrarme. El año que viene probaré el de la competencia para poder dictaminar cuál me parece el mejor del barrio: P
Ana H.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Esta pastelería de aspecto es de las más tristes que he visto en mi vida. No hay casi nada en el escaparate ni en el interior. No sé si es por dejadez o porque se lo llevan todo en cuanto lo ponen… Está todo buenísimo. Es un poquito cara para lo que me parece razonable, pero con su propio obrador y los dulces tan de calidad, lo normal es pagar 1,25 € por una palmera de chocolate, de las«tirando a pequeñas». La mujer que me atendió era un poco seca, pero como a ella no me la voy a comer… ;)
