Río

Sábado sin plan, amigos de amigos que son de la zona y el vigésimo tercer anversario de este bar… Pues para allá que nos fuimos.
Esperaba un lugar más grande, aunque puede que se me hiciera más pequeño de lo normal porque al ser la fiesta aniversario estaba hiper petado… O puede que ese petamiento sea su estado habitual, no lo sé.
Mucho heavy/​punky/​metalero, me moló el ambiente. La música creo que era acorde con la clientela, pero no lo puedo asegurar porque con el jaleo que había mi oído sólo alcanzaba a captar alguna que otra batería, no más.
Por lo que me contaron, estuvieron regalando minimojitos hasta instantes antes de que llegáramos (cachis!). Tampoco nos hizo falta, con lo que bebimos y el buen rollo general que había acabé la noche con muy buen sabor de boca general.
En cuanto a precio me pareció bastante barato, y tienen pipas saladas puestas permanentemente en la barra lo cual para mí siempre es un punto a favor. Soy feliz con poco.
Ahora que me pilla cerca el barrio puede que me deje caer algún otro día más tranquilamente.

Desconocedor de este barrio, con motivo de una prueba de un campeonato de escalada en el que participo nos pusimos en manos de uno de los «trepas» locales para buscar un sitio dónde comer y beber. Y oye, triunfamos.
Nos gustan los bares dónde se comen pipas, pipas saladas, sí, esa droga legal. Nos gustan los bares dónde te ponen patatas fritas para que te sirvas. Nos gustan los bares dónde te ponen bandejas con aperitivos, en este caso: Delicias de Motadela, como las bauticé yo. Nos gustan los bares dónde te ponen tercios de Mahou a 2,20 euros. Nos gustan los bares dónde te puedes comer un bocata de bacon y queso azul por menos de 4 euros (bendita mezcla!!!). Nos gustan los bares de barrio, con sus clientela local. Y nos gustan los bares dónde te ponen buena música y están decorados «raramente».
Y el Río lo cumple todo. Fan

¡Cuánto me acuerdo de este bar de mi época en el barrio!
Carabanchel fue el primer barrio en el que viví en Madrid y una de mis compañeras de piso me habló del bar Río. Bar de barrio, para jóvenes, buena música, hevilona, ambiente desenfadado…
Durante un tiempo fue como nuestro centro de terapia, que alguna compañera llegaba a casa con algún problema en el curro… vámonos al Río, que te dejaba tu chico, al Río y así con cualquier excusa. Era llegar, tomar uno de sus súper sándwiches y olvidarte de todo.
Me recordaba a las pelis americanas en las que cuando están depres se zampan un litro de helado, bueno pues los sándwiches de este sitio no tienen nada que envidiar a los americanos, dan la talla. Grandes, mucho relleno, con sabor… justo lo que necesitas para que se te pasen las penas (lástima de no haber conocido Unilocal antes y tener alguna foto para que los veáis). ¿Y el botellín? De Mahou, ahí queda eso.
Y otra cosa curiosa, que no sé sí seguirán haciendo… supongo que os va a sorprender: la Necroloto. ¿Y esto qué es? Pues una especie de porra en la que la gente apuesta cuándo morirán diversos famosos y si la palman ese mes y tú has apostado por él/​ella, ¡te llevas el bote! Yo no llegué a jugar nunca, que estas cosas me dan un poco de yuyu.